Las hazañas del joven Dókar

Esta es mi primera historia que hago, espero que os guste. Ya la ire completando.
UN VELOCIDROME UN TANTO ESPECIAL

1ª PARTE

Dókar se preparaba para su primera misión importante, cogía de su baúl unas pocas hierbas, piedras de afilar y unas cuantas pociones.
-Con esto bastará- Pensó para sus adentros.
Se equipó con su armadura de Mofamafu y se sentó en la silla junto al fuego. Comenzó a montar su lanza pistola que antes con mucho cariño la había estado limpiando, se levantó de la silla y recogió su gran escudo de acero cromado que le había forjado especialmente para él un gran amigo suyo. Cuando tuvo montada su Lanza Pistola de Hueso se la equipo a sus espaldas y salio de su cabaña. Al abrir la puerta un fuerte viento helado recorrió todo su cuerpo de arriba abajo, el cielo estaba gris y nevaba con fuerza, no había nadie a la merced del viento y las tiendas estaban cerradas. Solo se podía escuchar el viento.

Avanzó hasta el final de la aldea pero no se encontraba la vieja chamán.
-Debe estar en el gremio,- dijo con una voz temblorosa a causa del frío- iré a buscarla.

Se veían luces en las ventanas con lo que avanzó hacia la entrada. Empujó aquella vieja puerta de madera que nada más abrirse un silencio recorrió el gremio, pero al tratarse de Dókar siguieron con sus conversaciones como si nada hubiera ocurrido. En la última mesa se encontraba la vieja chamán hablando con una cara de preocupación con el Entrenador de la escuela. Dókar se acercó a la mesa:
-Mrm, mrm- Carraspeó con la garganta.
-Hablaremos más tarde-Dijo el entrenador mientras se levantaba de la mesa y se alejo a la barra. La vieja chamán le preguntó:
-¿Qué te trae hasta el gremio joven Dókar?
-Vengo por la misión que me prometiste, la del Velociprey de las montañas.
-¿Piensas ir con esta ventisca?
-Por supuesto- Afirmó Dókar con la cabeza.
La vieja chamán se metió la mano en el bolsillo de su túnica de piel y sacó un pergamino que colocó sobre la mesa.
-Este es el contrato.
- Solo tengo una piel de Conga como fianza.- Dijo preocupado Dókar.
- Confío en ti. Ve hasta el final de la aldea, atraviesa el antiguo bosque y sigue la senda que encontrarás al lecho del río y llegarás al campamento base donde podrás hacerte con unos cuantos suministros.
La chamán volvió a meterse la mano en el bolsillo de la túnica y le entrego a Dókar una botellita de cristal con un líquido rojo parecido a la sangre dentro.
-Lo necesitarás.

Kiiaaah, como mola, esta de PM XDDDD

Para ser la primera historia, esta muy bien, has hecho bien en no cagarla como yo y hacerla en 1ª persona



¡Saludos, espero al continuacion!

Gracias tio, la verdad esque los comentarios asi motivan a seguir escribiendo

muy buena,sige asi esta muy buena la historia...saludos

st buena la historia me agrado saludos

2ª PARTE

Dókar avanzaba por el viejo bosque que junto a las numerosas ramas y a las nubes de la ventisca lo hacían más oscuro de lo que era. Tenía los 5 sentidos al tanto de si aparecía un invitado no deseado en la oscuridad tenebrosa que el bosque albergaba. Cuanto más se acercaba al pie de las montañas más notaba la fuerza de la ventisca en su rostro que era lo único que llevaba descubierto.
Una vez llegado al campamento base Dókar se dirigió al baúl a recoger las pocas provisiones que le esperaban. No tenía tiempo de descansar en la cabaña con el agradable calor del fuego de la hoguera ya que estaba muy excitado dado que era su primera misión importante y no quería perder tiempo puesto que al caer la noche en las montañas las temperaturas descenderían tremendamente y no se lo podría permitir.

Decidió escalar la montaña para llegar a la cumbre donde se supone que se encontraría con su víctima. Las cuevas le parecían demasiado peligrosas y no tendría tiempo de explorarlas, así que se puso manos a la obra y comenzó a subir cuesta arriba.

Llegado a un pequeño saliente, descansó lo justo para que le bajara la sangre a los brazos. El tramo que le esperaba era bastante largo y tenía que estar descansado. Cuanto más subía más intenso se hacía el viento y golpeaba con más fuerza, esto preocupaba a Dókar ya que una caída desde esa altura podría ser mortal. De repente un fuerte viento golpeó furiosamente al joven cazador que perdió el equilibrio y se disponía caer al vacío, pero la afilada punta de su lanza se enganchó en una pequeña rama que le freno de golpe cortándole momentáneamente la respiración quedando suspendido a una gran altura respecto al suelo. Recuperando el aliento se agarró firmemente a la rama que le había salvado la vida y se dedicó a subir rápidamente para evitar otra circunstancia que le pudiera costar la vida.

Una vez llegado a la cima se arrodilló en la blanca nieve y respiró profundamente. Estaba todo muy tranquilo, esto le parecía sospechoso y decidió desenfundar su arma que emitió un dulce pero agudo sonido que resonó en toda la montaña. Con su gran escudo por delante iba avanzando lentamente ya que no podía ver más allá de un metro de sus narices. Se detuvo un instante. Un resoplido llegó hasta los oídos de Dókar que fue seguido de una dura embestida. Retrocedió hacia atrás a causa del impacto y pudo ver que se trataba de un joven pero bravo bulfango.
-Vamos a calentar.
Volvió a cubrirse con su gran escudo a la espera de otro ataque que no tardó en llegar, Dókar reaccionó y lo consiguió desviar hacia un lado dejándolo en buen ángulo para un buen contraataque. Éste le propició una fuerte punzada en la pata trasera creándole un corte profundo que poco tardó en sangrar. La bestia no se dio por vencida a pesar de la herida grabe que había sufrido se abalanzó hacia él.
-Ja ja, espero que te guste la carne chamuscadilla.
Un disparo a bocajarro en la mandíbula le hizo frenar en seco y morir en el acto. La sangre del desgraciado animal corría por la nieve recién caída que la iba deshaciendo de lo brava y caliente que era. Guardó su arma y se arrodilló sobre el cuerpo del bulfango sin vida, sacó su cuchillo y cortó un gran filete de carne que se la guardó en la mochila.
Éste prosiguió con su búsqueda de la fiera. Se topó con unas grandes rocas que le costaría treparlas pero obtendría una gran visibilidad de lo que le esperara tras ellas. Podía ver las diferentes montañas que rodeaban el valle del campamento base pero no consiguió ver la cima por culpa de la maldita ventisca que las azotaba. Una vez debajo de aquellas piedras se topó con un antiguo campamento abandonado y destrozado.
-Una pena, me habría servido de mucha ayuda calentarme las manos y pasar la noche aquí.
Dókar siguió su camino, apenas la capa profunda de nieve le dejaba avanzar y en esas condiciones estaba indefenso. Cerró poco a poco los ojos para tener mejor visión y divisó una pequeña sombra que se tambaleaba hacia él. Sacó su escudo y desenfundo su arma y se colocó en buena posición para propiciarle un grato y mortal disparo. La sombra se acercaba cada vez más y pronto se dio cuenta de que no sería una amenaza ya que caminaba indefenso y herido.
-Ayuda, necesito ayuda.- Repetía aquel hombre herido.
Dókar corrió hacia él.
-Ayúdame por favor, mi aldea ha sido atacada y ha desaparecido mi sobrino.
-Tranquilo, le ayudaré. Lleva me hasta ella y veré lo que puedo hacer.

Hostia, que bien te esta saliendo XDDDD solo tengo que remarcar que en el 3er paragrafo te has comido la palabra "viento" o lo que sea, despues de la palabra "fuerte"

Por lo demas, 5* ^^

Resuelto socio. Pronto pondre la 3ª parte, espero que os siga gustando.

Ya se que he tardado un poquillo, pero mas vale tarde que nunca no? ^^


3ª PARTE

Dókar se encontró con un paisaje desolador. Había sangre esparcida por las telas de las cabañas y varios Popos muertos con las tripas derramadas en la nieve. Las mujeres lloraban y los críos se encontraban traumatizados
sentados en el regazo de la que parecía la chamán de la aldea.

- ¡Nuestro salvador ha llegado!- Anunciaba el hombre que Dókar acababa de ayudar y que le había traído hasta la aldea. Hubo un silencio por parte de todos y al unísono todos los aldeanos se acercaron llorando y lamentándose hacia él.
-Ayúdanos, te lo ruego, no podemos seguir así.-Decía una entre llantos.
-Te pagaremos lo que sea, tenemos mujeres de sobra.-Le suplicaba un hombre mientras le mostraba a su hija.
-¡Callaos! ¡Callaos! Le he llamado yo.
Dókar se giró y vio que la que gritaba había sido la que parecía la chamán de la aldea.
-Yo se lo comuniqué a mi hermana. Me dijo que traería a un inexperto pero joven y valiente cazador para librarnos de la bestia. ¡Aquí tenéis la respuesta a todas vuestras plegarias!

Dókar miraba a su alrededor, en las paredes de la cabaña habían numerosas pieles y huesos que colgaban a modo de decoración o para ahuyentar a los malos espíritus. Numerosas velas se sostenían sobre cráneos que
no aparentaba ser de algún humano y un tótem pequeño estaba colocado en una especie de altar.
-¿Cómo piensas hacerle frente al gran Velociprey albino?
Dókar puso una cara un poco extraña, pero después de beber un sorbo de aquel fuerte licor le contesto:
- Pienso enfrentarme a él como lo he hecho con los demás hasta ahora.
-Éste no es un Prey cualquiera, al ser de las montañas heladas a adoptado unas características y habilidades que no te podrás imaginar.
-Todos son igual de tontos que solo se dejan llevar por su apetito.
-No lo subestimes o tendré que ir a recoger tu cadáver ensangrentado y mutilado.
Dókar no hizo mucho caso de lo último que le dijo la chamán y al mismo tiempo que se levantaba se despidió con la mano y cruzó el umbral hacia un fuerte viento helado. Se disponía a marcharse para dar caza a ese maldito Prey que tantos daños había estado causando, pero una mano áspera y fría le agarro.
-Por favor encuentra a mi sobrino. –Le suplicó el hombre que le había traído hacia la aldea.
-Tranquilo, lo encontraré.
-Responde al nombre de Centurio, es la gran promesa de la aldea.

Dókar sin decir nada ni girarse siguió su camino y poco a poco se fue alejando de la aldea.



espero que os haya gustado, colgare la 4ª parte mañana si puedo

4ª PARTE


Una vez alejado de la aldea Dókar siguió avanzando por la espesa nieve que le rodeaba por todas partes.
Se topó con un gran desfiladero en el que no corría ni silbaba el viento y la nieve caía lentamente sobre sus hombros y las piedras de alrededor. No se fiaba mucho de ese lugar ya que si los Preys eran tan astutos
como la chamán de la aldea había dicho la emboscada sería mortal. Pero era la única manera de llegar rápido a la zona llana donde frecuentaba la bestia.

A medida que avanzaba iba adquiriendo más visibilidad y su cuerpo iba entrando en calor. No le hacía mucha gracia tanto silencio por lo que sacó de la mochila una bomba de humo en caso de que surgiera algún peligro
y tuviera que esconderse. Caminaba lentamente, ya estaría a mitad del desfiladero cuando disipó un cuerpo encima de la nieve. Éste no estaba enterrado por lo que debía ser reciente.
-¿Qué le diré al pobre hombre? Es más, no puedo cargar con el cadáver hasta la aldea. Me retrasaría mucho y el olor a carne fresca no es recomendable en estas montañas.
Dókar se arrodilló para darle la vuelta al cuerpo. Nada más tocarlo un fuerte latigazo le golpeó el pie y quedó suspendido en el aire.
- ¡¿Qué cojones?!
Había caído en una trampa…
- ¿Quién anda ahí?- Preguntó una voz ronca que salía de todas direcciones.
-Soy tu salvador, gilipollas. Suéltame de una puta vez, me va a estallar la cabeza con tanta sangre.-Dijo Dókar enfadado.
Un cuchillo lanzado con muchísima precisión cortó la cuerda y Dókar calló de cabeza contra el cadáver que estaba duro y congelado. Se levantó y vio como salía de entre unas piedras un joven que se acercaba hasta él. Cuando estaba a unos pocos centímetros de él, Dókar le propició un puñetazo en la cara tirando al joven al suelo.
-Esto es por haber preocupado a tu abuelo y por haberme colgado boca abajo.
-La trampa no era para ti, capullo. Era para el Giadrome.-Dijo el joven mientras escupía un poco de sangre.
-¿Giadrome?- preguntó extrañado.
-Es como lo llaman los cazadores de oriente. Aquí nos conformamos con llamarlo “Velociprey albino”.- Dijo con un tono irónico.
El joven se levantó y se limpió la sangre del labio con la mano.
- Soy la promesa de la aldea Arann. Me llamo Centurio.
- Se quien eres, me han pedido que te buscara. Yo soy Dókar, cazador de la aldea Pokke. Parece ser que vuestra chamán me pidió que acabara con ese Giadrome.
- Está anocheciendo,- dijo Centurio- mas vale que nos refugiemos si no queremos morir helados aquí fuera.

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4ª PARTE

A unos cuantos metros de la trampa en que Dókar había caído se encontraba una pequeña depresión en la piedra donde Centurio tenía sus pertenencias. Nada más entrar a Dókar le llegó un magnífico olor a carne de
bulfango. Hacía horas que no había comido nada y ahora sus tripas hacían un ruido bastante fuerte, que al oírlo Centurio soltó una leve risita. La cueva no era muy honda, pero tampoco se puede decir que fuera pequeña. Dókar observó a su alrededor y no vio mas que piedras, palos y una mochila. En el techo habían estalactitas. Unas estaban completamente formadas y a otras les colgaban pequeñas gotitas. Mientras Dókar estaba mirando
el interior de la cueva Centurio ya había encendido un fuego y lo estaba avivando.
-Así que te han encomendado la misión de vengar el honor de tu aldea. ¿No crees que eres un poco pequeño para estas cosas?- preguntó de una forma un tanto arrogante.
Centurio aparentaba unos 16 años, no más de 20. Era más bajo que Dókar y su cara no portaba ninguna cicatriz y apenas tenía barba. Su armadura, si se le podía llamar armadura, era de piel de Popo y llevaba en la
cabeza un gorro que era el cráneo de un Prey. Parecía bastante antiguo, seguramente habría sido del antiguo cazador de la aldea.
-Para tu información he superado el reto de madurez y desde hace tiempo he tenido que ahuyentar a los Preys que se acercaban a nuestra aldea. Pronto me nombrarán cazador oficial y realizare misiones del Gremio.
-Sí, lo que tú digas, pero no cometas el error de comparar un Prey con el líder de la manada.-Dókar se bajo los pantalones y le mostró una tremenda y horrible cicatriz de una mordedura que tenía en la pierna
izquierda.- Casi la pierdo.
Centurio se quedó horrorizado ante aquella cicatriz. Nunca había visto ninguna semejante.
- ¿Aquí no se come?- Preguntó Dókar mientras se ponía los pantalones y dejaba tanto su arma como su mochila en un rincón de la cueva.
- Se me han acabado las provisiones, pero iré a coger un poco de carne del bulfando que había usado como trampa.
Dókar fue echando más palos secos al fuego y preparando una estructura para asar la carne. Éste se fijó en el arma de Centurio; un enorme martillo de cola de diablos que debería pesar como la cabeza de un Rathalos.
Centurio entró en la cueva con dos grandes trozos de carne que a pesar de estar congelados tenían muy buena pinta. Se los dio a Dókar, y éste los puso sobre la estructura que había creado para la carne. Los dos
estaban contemplando como se asaba la carne. Estaban en un completo silencio que sólo era roto por el crujido de las fibras de la tan dura carne de bulfango.
-Oye.
-¿Cómo es que tienes un martillo de cola de diablos si tu aldea esta casi en la cima de la Montaña Helada? Pregunto Dókar mientras seguía contemplando la carne.
-Mi padre era cazador. Viajó por todo el continente en busca de nuevas presas que matar y así poder
dar de comer a nuestra aldea. Era muy conocido en todo el Gremio por Euríon de la aldea de Arann. El martillo fue enviado por el jefe del Gremio hasta nuestra aldea. Fue lo único que encontraron de Él.
-Lo siento…
-Su misión era capturar al mítico Rathalos Plata. Al pasar una semana y no aparecer por ninguna parte fueron enviados cuatro cazadores en busca de mi padre. Buscaron y buscaron, pero solo encontraron su martillo entre
unas cáscaras de huevo en un nido abandonado. Mi padre sirvió de cena para las crías de ese puto Rathalos Plata.

Cenaron los dos en silencio, sin mirarse. Dókar hacía la primera guardia por lo que cogió su lanza
pistola y se sentó cerca de la entrada con una antorcha en la mano. La noche iba a ser muy larga y fría.

No me había dado cuenta de que teníamos a un nuevo escritor en la plantilla xd
Escribes bien, colega, continua,eh?
Mira mi historia, la continuaré pronto....
xdddddddddddd

Gracias socio. Por fin alquien que la lee!! xDD Pronto pondre la siquiene parte

Genial(inserte emoticono de Quagmire, family guy)
Mola, me gusta la historia y escribes bien, sigue así...a ver como continua esto...

5ª PARTE

Ya comenzaban a verse los primeros rayos de sol cuando Dókar estaba despertando al joven Centurio. Los dos se equiparon en silencio y antes de partir apagaron la hoguera con los pies. La ventisca había amainado y a
pesar del frío de la montaña el sol ardía con fuerza y quemaba la cara.
-¿Dónde crees que podemos encontrar al Giadrome?- Preguntó Dókar mientras observaba el horizonte con una mano en la frente para protegerse del sol.
- Supongo que se encontrará al final del desfiladero donde el terreno es llano y puede tomar el sol tranquilamente.-Respondió Centurio.
Los dos cazadores marcharon por el desfiladero hasta llegar al terreno llano que Centurio había nombrado. Una vez en el, observaron al Giadrome tendido en la nieve adormilado y 3 giapreys cerca de su líder. Dókar y Centurio se escondieron tras un pedrusco para elaborar un plan.
- Bien, tú te conoces mejor que yo estas montañas Centurio.Tú verás lo que hacemos.
- De acuerdo, escucha. Tú te encargarás de poner una bomba trampa a unos cuantos metros de esta
piedra y de distraer al Giadrome mientras yo me ocupo de los giapreys. Intenta aguantar todo lo que puedas, cuando acabe con ellos aniquilaremos a la bestia.
- Me parece bien, pero no tardes mucho, cabrón, que se le ve bastante grande.- Dijo Dókar mientras se sacaba la bomba trampa de la mochila.

Dókar salió pegado a la piedra y arrastrándose por la blanca nieve buscando un buen sitio donde situar la trampa.Centurio logró subirse a un pequeño montículo que se situaba justo detrás del Giadrome y sacó de la mochila 3 cuchillos y diferentes variedades de plantas y setas que tenían un sospechoso aspecto venenoso. Las restregó por la punta de los cuchillos. Se escucharon tres silbidos que resonaron en toda la montaña. Centurio había conseguido envenenar a uno de los giapreys y a los otros dos los había dormido y paralizado. El giaprey envenenado ante el dolor en la pata que el cuchillo le había ocasionado emitió un estridente chillido
que alarmó al gran Giadrome. Dókar tenía que llamar la atención de éste tal y como su compañero había dicho en el plan. Dókar disparó al aire con su lanza pistola y el Giadrome al no ver a nadie más se fue directo hacia él. Centurio aprovechó para salir de su escondite y aplastar la cabeza del giaprey con su martillo de un solo golpe.
Dókar, por otro lado, estaba defendiéndose ante los golpes de la bestia que le propiciaba repetidamente ajena a la masacre de su grupo.
- ¡¡¿Cuánto te falta Centurio?!! ¡¡Este bicharraco empieza a ponerse pesado!!
-¡¡Menos cháchara y preocúpate más de ti que eres el que está en peligro. Esta noche cenaremos puré de Giapreys!!
Centurio acabó con el último giaprey de un martillazo en la columna que casi parte al animal como si fuera una rama seca. Se escuchó un disparo. El culpable de el fue Dókar que no se pudo resistir a enviar al Giadrome al suelo.
-¡No habíamos quedado en que solo aguantarías los golpes hasta que llegara yo!
-¡Lo siento por defenderme Centurio, pero a veces la mejor defensa es un buen ataque!-Gritó Dókar con una sonrisa en la cara.
Aprovechando que el Giadrome estaba en el suelo Centurio se aproximó para golpearle ferozmente, pero tan solo logró romperle una garra, pues la rapidez del Prey fue asombrosa. Una vez los 2 cazadores juntos la misión a penas seria complicada. Centurio y Dókar al caer la noche tendrían su recompensa.

Hombre es una historia de la leche siguelaaaaaa

6ª PARTE





Dókar y Centurio se encontraban solos ante el Giadrome; la venganza, el honor, la bestia…
Tenían que conseguir que cayera en la trampa. Centurio se apresuró hacia el Giadrome y esquivando un coletazo de éste le golpeó con el mango del martillo en el muslo derecho. Ante el golpe la pierna cedió un poco
pero consiguió arrearle un placaje al cazador que le envió de vuelta con Dókar.
- ¡Ja, ja! Sin un escudo con el que defenderte vas a acabar muy mal parado.
- Di lo que quieras, pero con el golpe en la garra y ahora en el muslo le acabo de dejar la parte derecha inmovilizada.
Dókar sonrió y le tendió la mano para ayudar a levantarle. Los dos se miraron el uno al otro, sonrieron y gritaron al unísono. Corrieron hacia la bestia con armas en mano. Primero Centurio golpeó al prey en la cabeza con su martillo, Dókar le cortó la punta de la cola con la punta de su afilada lanza a lo que el Giadrome solo pudo gritar carraspeada y agudamente ante el dolor que le acababan de causar. Centurio le propinó un segundo golpe en el
lomo y Dókar no iba a ser menos con lo que alargó su lanza pero por sorpresa de éste el Giadrome consiguió esquivarlo y aprovechando el descuido del cazador le mordió en el hombro clavándole los dientes en el duro músculo pero sin llegar a alcanzar el hueso.
- ¡Aaaaaaahrg!
Esta vez el grito era humano.
Centurio solo pudo alejar los dientes de la mandíbula clavados en el hombro de una patada en el cráneo de la bestia. Dókar ante el dolor y estar tumbado en el suelo consiguió dispararle en la garra que ya antes
había dañado Centurio. El fuego abrasador atrapó la garra del Giadrome que ante la herida ya causada y ahora el fuego se desprendió por los aires y cayó chamuscada en la nieve. El polvo blanco se derretía ante el calor de la garra quemada. Su tono carbonizado logró manchar la nieve que un blanco puro había intentado conservar.
- ¡Dókar! ¿Te encuentras bien?
- He tenido días mejores…
El Giadrome aprovechando que los cazadores estaban parados huyó cojeando y sangrando a su cueva.
- La bestia inmunda se escapa Centurio, aprovecha ahora que esta mal herida.
- No te preocupes por él, está acabado y se a donde se dirige. Ahora lo importante es curarte la herida del hombro.

El sol que brillaba en las montañas poco a poco iba escondiéndose tras unas nubes de un color muy oscuro. El viento cobraba fuerza y los primeros copos de nieve comenzaron a caer sobre los cazadores. Centurio alzó la cabeza y miró el oscuro cielo.
- Esto no es bueno. Rápido, te llervaré a un lugar seguro.
El cazador ayudó a su compañero a levantarse. El viento helado golpeaba el rostro de los cazadores que solo podían defenderse ante tal ataque cerrando los ojos y teniendo poca visión. Lo cual no era nada bueno.
Mientras tanto los copos de nieve comenzaban a caer con fuerza y hacían más difícil la visión y el avanzar por la nieve que iba acumulándose.
Centurio consiguió guiar a Dókar ante la puerta de una gigantesca cueva que había en mitad de las montañas. En el techo habían estalactitas de hielo muy afiladas y el camino se dividía en dos por culpa de una gran grieta profunda y ancha que se encontraba en el centro de la cueva. Una vez resguardados de la tormenta Centurio
avivó un fuego para que se calentaran. Miró afuera y observo las nubes. Nunca antes había visto una tormenta como esta.

impresionante... Siguelo

anda hector sigue la historia aber cuando pones el siguiente qe qero ver mas

7ª PARTE

Sin duda alguna no era uno de los mejores días de Dókar. Centurio le acababa de poner unas hierbas trituradas en el hombro y un vendaje con el que las tapaba e impedía que la hemorragia continuara.

Fuera la tormenta había alcanzado su auge, era imposible salir en busca del Giadrome herido.

A pesar del fuego Dókar estaba tiritando, tenía mucho frío y se le empezaban a entumecer los dedos de las manos.
- Centurio… Creo que es el momento de utilizar la brujería de la vieja chamán.
- ¿Qué dices? Espero que no estés delirando.
- En mi mochila encontrarás una botellita con un líquido rojo dentro. Tráemela.
Centurio obedeció. Sacó la botellita de la mochila y se la dio a Dókar.
- ¿Qué se supone que es? Parece sangre.
- Esto es una Megadroga de Demonio. Contiene tanta energía como para despertar a un muerto…
Centurio tragó saliva.
Dókar abrió la botellita. Con el contraste del frió de las montañas y el calor de la Megadroga comenzaron a salir burbujas y un humo muy denso se deslizaba por el cristal cayendo hacia la mano del cazador. Dókar le dio un
pequeño trago, cerró los ojos y espero a que la bebida surgiera efecto. Un escalofrío recorrió su espalda que fue seguido de un calor y una energía que nunca antes había conocido. Dókar se levantó de un salto, guardó la botella de cristal y cogió su lanza pistola.
- Es hora de acabar con esto.
Centurio le mandó una sonrisa y sin pesárselo cogió su martillo y su mochila y se adentraron en la cueva.
- Dókar, sígueme. Estas cuevas pueden ser muy traicioneras.
Centurio tenía razón. Eso era un completo laberinto. Dókar no sabía a donde iba pero confiaba en la experiencia en las cuevas de Centurio.Tenía ganas de encontrarse con el Giadrome y acabar con el de una vez.

Dókar se había dado cuenta de que estaban avanzando por una pequeña pendiente y el camino se iba estrechando.
- ¡Ssssh! Tenemos a la bestia bien dormidita.- Dijo Centurio en voz muy baja.
Los cazadores se encontraban en un peldaño y el Giadrome estaba completamente dormido y temblando a causa de la herida de la garra. Bajaron descendiendo por unas rocas que no estaban muy empinadas y cuando ya estaban abajo los dos cazadores se dieron cuenta de que el final de su aventura estaba llegando a su fin…

PD: que sepais que a esta historia le quedan como mucho 2 partes.
UNSALUDO

Bueno chicos, como podeis ver estoy tardando mucho en poner la siguiente parte, pero esque estoy de examenes esta semana y la siguiente y he tenido que estudiar.
Espero que no os desengancheis de la historieta.
Paciencia que pronto subire la siguiente parte.

Unsaludo