Si alguien leyó el post de "La melodía de la Promesa" sabrá de que va esto, para los que no, pues es la segunda historia breve que hice para mi instituto
------------------------------------------------------------------------------------------------
Tinta de Servilleta:El primer cliente del día pasó al umbral del bar. Cerró la
puerta con cuidado y observó el ambiente: el que parecía el dueño del bar, un
hombre entrado en años y en carnes, miraba ausente las noticias. El otro
camarero, estaba ocupado garabateando algo en las servilletas del bar.
El recién llegado se sentó en la barra, al lado del que
tomaba apuntes en la servilleta:
-Un café sólo, por favor- pidió.
El joven camarero, que no pasaría de los veintitrés años, lo
miró un momento, hasta que se situó.
-Enseguida- le respondió mientras le preparaba la bebida al
cliente.
Mientras le servían, Manuel, pues así se llamaba el hombre
que acababa de pasar al bar, echó una ojeada a la servilleta.
-¿Dibujas?- le preguntó al camarero, que, ya volvía con el
café.
-Sí, se puede decir que sí...- se limitó a contestar éste.
-Me llamo Manuel- le dijo- soy crítico de arte, y, créeme,
lo que acabo de ver, sobre un lienzo, sería todo un éxito.
-Yo me llamo Javier- respondió el camarero- y lo siento, no soy
ni dibujante ni pintor.
Los dos hombres empezaron a charlar, y, como apenas había
trabajo, nadie los interrumpió.
-¿Seguro que no estás interesado?, este boceto abstracto
tiene buena pinta- intentó de nuevo convencerlo Manuel.
Javier respondió desviando su pregunta:
-Tengo más, me gusta ir guardándolos, si quieres te puedes
quedar con este-.
Y por más que Manuel intentaba ganarse a Javier, éste, no se dejaba convencer.
-Bueno- dijo el crítico mientras daba un último sorbo a su
cuarto café- se me ha hecho tarde, voy a tener que irme, pero, mañana volveré
y, tendré una oferta que no podrás rechazar.
El hombre se levantó y salió de la cafetería. “Ese hombre, Javier, tiene mucho talento” se
dijo. Y podía leer en su mirada que se moría por dibujar, debía de haber algo
que se lo impedía...
En realidad, poco importaba, no estaba dispuesto a perder a
alguien con tanta capacidad, tendría que idear una buena estrategia para que
aceptase. Y sin duda, la idearía.