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| Rainier, El Asesino | |
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+5Evan Rasalos Zeromaru Darkspinus Wulfgar 9 participantes | |
Autor | Mensaje |
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Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Rainier, El Asesino 23/06/10, 01:09 am | |
| Preludio
El encapuchado terminó la estrella de cinco puntas y acto seguido sacó de una bolsa cinco piedras incoloras que y poniéndose de rodillas colocó respectivamente una en cada punta de la estrella.
Se puso en pie y observó su trabajo mientras asentía con un gesto de cabeza. Luego se acercó a un atril que había en el piso y abriendo el tomo que reposaba en él empezó a entonar un conjuro.
El aire de la habitación se volvió caliente y cargado, y el suelo dentro de la estrella de cinco puntas empezó a tornarse rojo, el encapuchado seguía recitando el conjuro de invocación, claramente de un ser de los planos inferiores.
Entonces por arte de magia, nunca mejor dicho, un gas rojizo emergió del suelo y empezó a tomar forma, el encapuchado se dio la vuelta y se encaró contra la criatura que se estaba formando.
Cuando la nube se disipó, un ser de color rojo, aparentemente con cola semejante a la de un diablo, con unos cuernos en la cabeza , perilla en el mentón y piernas de cabra se dejó ver.
- Encantado de verte. - Dijo el ser del inframundo, su voz era un sonido gutural, muy ronca y denotaba poder y seguridad
- Lo mismo digo Lucifer .- Le respondió el encapuchado mientras extraía una daga de su funda y la alzaba con sus dos manos.
- ¿Cuántas? - Preguntó Lucifer.
- 25.- sentenció - He tenido buena caza.
- Bien, con eso quedamos en paz.
El encapuchado empujó la daga hacia abajo haciendo amago de clavarse en el pecho del demonio, pero antes de tocarlo chocó contra un escudo invisible, poco a poco la punta de la daga fue entrando en el circulo, hasta que por fin entró hasta la empuñadura.
A una orden del encapuchado, de la punta de la daga empezaron a salir lo que parecían ser almas, la mayoría al salir se sentían desorientadas, chocando contra las paredes invisibles del escudo, una y otra vez, como peces en una pecera.
- Bien, recuerda lo que te dije, su abuso puede tener consecuencias graves, debes recuperarlo y devolverlo
- Claro, en manos de Lucifer estaría en mejor que en cualquier otras
- No juegues a ese juego Rainier, es un juego peligroso
- Yo solo digo que cuando consigas lo que buscas, me podrías matar
- Vivo me eres más útil, tus servicios, aunque caros, me satisfacen
- Y que pasaría si fracasase en la misión?
- El mundo como hasta hoy lo conoces, cambiaría, "ÉL" no lo permitiría y mandaría a los 4 jinetes del Apocalipsis para acabar con el mundo
- ¿Tu crees que "ÉL" es lo suficientemente poderoso como para hacerlo?¿Se osaría a enfrentarse a sus congéneres que intentan en este mismo momento hacerse con ese artefacto para destruirle y volver a reinar?
- La época de ellos ha concluido, ahora reinan otros tiempos, y otros dioses
- Me satisface estar en el bando correcto
- No se trata de bando correcto o bando erróneo, esta vez no, esta vez "ÉL" y Yo aunaremos nuestras fuerzas contra ellos, si el desaparece, también lo haré yo, y créeme que no te gustarán los Antiguos.
- No hace falta que me lo jures, pero se mire por donde se mire estamos en una mala posición, si recuperase el artefacto y os lo entregara, lo usaríais para hacer desaparecer por completo a los Antiguos, y empezaría una guerra que afectaría a millones de personas. todas ellas atrapadas en un juego de dioses.
- No te preocupes, no ocurrirá, el artefacto nunca debió existir, y por ello será destruido, por ello debes encontrar al Orfebre matarlo y traerme el artefacto.
- Bien, así se hará
- Rainier, confió en ti. - Tal y como había aparecido, Lucifer desapareció entre volutas de humo, y la temperatura se tornó normal.
El encapuchado llamado Rainier, se quedó ensimismado, dando vueltas a todo lo que Lucifer le había dicho, había algo que no encajaba, ¿Por qué Lucifer tendría tanto interés en el como para llegar al punto de no matarlo?
Recogió la daga, que se le había caído al suelo y la contempló, era una obra de arte, su filo era brillante como el platino, y en el había grabado unos signos desconocidos, la empuñadura era de oro y justo al final de la empuñadura tenía un orbe rojo, dejando de mirar la daga la enfundó a la vez que se tendía en una cama que había en la estancia.
Debía descansar, mañana sería un día duro.
***
Un ruido lo despertó, el niño se acurrucó en su rincón y vio como la puerta se abria de par en par entrando un hombre corpulento, con barriga cervecera y barba mal cuidada en la que se veían restos de la comida colgando.
El hombre parecía muy contento, llevaba en la mano 5 monedas de oro y las miraba complacido, el niño se interesó, nunca había visto monedas de oro, había oído hablar de ellas, pero nunca las había visto, se levantó y miro a su padre, el hombre que había entrado por la puerta, con ojos interrogativos.
- Hijo, sabes que somos demasiados, no puedo manteneros a todos...
El joven parecía no comprender que quería decir con ello, pero enseguida lo entendió al ver entrar un segundo hombre en la estancia, era un hombre bien vestido y de ascendencia noble, o así lo denotaban sus ropajes.
- El cuidará de ti de ahora en adelante...
El niño intentó replicarle, pero el noble lo tomó en brazos y lo sacó del cuchitril, el niño sentía como su mundo se desmoronaba, no opuso resistencia alguna y se resigno a aceptar su destino. El noble lo montó en su carro y dio la orden de arrancar.
***
Rainier se despertó sobresaltado, malditos sueños, no podía librase de ellos, desde la muerte de su maestro hace ya unos meses atrás, volvía repetirse la historia de su vida una y otra vez, torturándolo, viendo una y otra vez como aquel hombre que hacia llamarse Krugers lo cambiaba por 5 monedas de oro y Rainier era acogido por Jason Von Krobelus.
Se levantó y miró por la ventana, aún era de noche, se dirigió de nuevo al lecho e intentó conciliar el sueño de nuevo.
***
Otra vez el mismo chico, de complexión delgada, cabello negro largo, más o menos hasta los hombros y ojos azules.
Esta vez se encontraba en una habitación más grande, con una cama de roble y un mullido colchón de lino, también había un espejo colgado y un armario también de roble justo al lado.
El joven dormía placidamente en la cama y Jason lo admiraba sentado en un sillón a los pies de la cama.
De todos los chavales que había recogido y salvado, este le parecía el más enigmático, no había demostrado rebeldía por el abandono de sus padres y se resignaba a hacer lo que le ordenaban.
Quizá fuera el elegido para...
***
Un ruido arrancó a Rai de su sueño, que se levantó listo para hacer frente a cualquier amenaza, miró en rededor y no había nada, todo estaba tal y como lo había dejado. Se acercó con sigilo a la puerta, a mitad de camino, la puerta estalló en mil pedazos y tres individuos entraron por ella, el primero, el autor del destrozo de su puerta, un tipo no muy alto pero si ancho como un armario y con una barba poco cuidada blandía un mangual y vestía una armadura de placas de acero, el segundo un tipo de cabello blanco con un parche en el ojo izquierdo tenía en sus manos un par de Kamas y llevaba una ligera cota de cuero, por último el tercero, más bien tercera, pues era una mujer joven, más o menos de la edad de Rai, de cabello rojizo como el orbe de la empuñadura de su daga llevaba una elegante katana enfundada pero que apretaba con fuerza entre sus manos.
- ¿Rainier Von Krobelus? - Preguntó la joven, que parecía ser la cabecilla del grupo
- ¿Quién lo pregunta? - Respondió Rai con un tono tajante y frío
-No necesitas saberlo, con decir que venimos a cobrar el oro que se ofrece por tu cabeza basta - Respondió el del mangual
- Formáis un grupo peculiar... -Pero no pudo terminar la frase pues a un movimiento de la joven de cabello rojizo, los dos hombres se lanzaron a por el pelinegro.
El del mangual lanzó un golpe descendente haciendo girar su mangual que falló de objetivo, pues Rai era más rápido, mientras que el segundo esperando el movimiento del chico, se lanzó a por él Kamas en ristre.
Rai desenfundó su daga y desviando el primer kama a un lado se echó a un lado dejando pasar de largo el segundo, intentó un contraataque, pero el hombre del mangual ya lo acosaba de nuevo lanzando la cabeza con pinchos contra él.
Rai corrió hacia la pared que tenía a un lado e impulsándose sobre ella cayó detrás de los dos perplejos hombres con una voltereta y listo para defenderse de sus atacantes.
Esta vez el primero en atacar fue el de los kamas, lanzando un ataque cruzado, que el joven esquivó rodando hacia delante y colándose entre las piernas del hombre, que estaban abiertas con el fin de afianzar su golpe cruzado.
Acto seguido el joven se puso en pie y cogiendo a su enemigo por el cuello, lo apuñalo en el pecho pasando la mano con la daga por debajo de los brazos del atacante, el hombre del mangual observó horrorizado la expresión de su colega.
Parecía como si la vida se le estuviera siendo arrebatada por momentos, su cara mostraba entre miedo y horror, finalmente su cabeza colgó inerte.
Rai liberó su daga y se deshizo del cuerpo.
- ¿Quién es el siguiente?
El tipo del mangual enfurecido por la muerte de su colega se lanzó a por el chico moviendo su mangual en todas las direcciones.
El pelinegro intentó pararlo con su daga, pero el mangual que llevaba bastante fuerza, arrancó la daga de las mano del joven dejándolo aparentemente indefenso.
- ¡¡Te voy a matar hijo de perra!! - Gritó el hombre del mangual mientras lanzaba un golpe lateral con su mangual en dirección al pecho del chico.
Actuando con reflejos sobrenaturales, Rai se echó al suelo esquivando el golpe del hombretón, que fue a parar contra la pared, quedando el mangual atrapado.
El pelinegro lejos de dejar escapar aquella ventaja, se puso en pie y golpeó al hombre en el torso con dos puñetazos que lo pillaron desprevenido haciéndolo soltar el mangual y lanzándolo hacia atrás.
Sin darle tregua, Rai giró sobre sí mismo y lanzó una patada con el talón a la cara del hombre, y como esperaba, dio en el blanco haciendo que la cabeza del hombre girase bruscamente.
El hombre tambaleante, intentó golpear al chico con un puñetazo típico del estilo callejero, pero Rai, adiestrado en las artes marciales paró el puñetazo con su antebrazo y con la mano libre golpeó al hombretón a la altura del esternón con la palma abierta.
El hombre salió disparado hacia atrás unos metros, cayendo muerto a los pies de la pelirroja.
Rainier observó la escena, la chica no estaba asombrada en absoluto, todo lo contrario, parecía decepcionada de algún modo.
- He matado a tus amigos, si no quieres acabar como ellos, te sugiero que te largues - amenazó el asesino.
- Esos no eras mis amigos, sino solo un par de peones que debían morir para poder poner en Jaque al rey enemigo
- ¿De que diablos hablas? - Rai sintió un ligero picazón en el cuello, y se llevó la mano derecha hacia él - Zorra...qué...m....mme....hass...hecho
- Tranquilo, relájate y disfruta, tu cuerpo está totalmente paralizado, no puedes hacer nada - dijo la pelirroja mientras se acercaba al cuerpo inmovilizado de Rai y le acariciaba la cara con sus delicadas manos
- ¿Cómo? - Logró articular el pelinegro
- Fue fácil, mientras tu luchabas contra ellos, te lancé una espina con veneno paralizador, pero como el efecto no es inmediato y estabas caliente por el combate, ni te inmutaste, ha sido más fácil de lo que esperaba, nadie diría que tu fueses el Rainier que tomó solo una fortaleza custodiada por noventa hombres bien adiestrados y que asesinaras nada más y nada menos que a Kendo, mi padre.
El joven quiso articular algo, pero no pudo, poco a poco se le nubló la vista y lo último que vio antes de perder la conciencia, fue a la bella mujer pelirroja, saliendo de la habitación y entrar a cuatro hombres con músculos esculpidos.
Fin del Preludio
Última edición por Wulfgar el 24/06/10, 11:32 am, editado 5 veces | |
| | | Darkspinus
Nº Mensajes : 502 Gamers Points : 18020 Reputación : 10 Fecha de inscripción : 13/12/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 23/06/10, 01:26 am | |
| Joder. Invocar a Lucifer no es bueno,xd. ¿Hablaban de Dios? Que historia más rara, colega.
Un saludo malvado.
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| | | Zeromaru
Nº Mensajes : 273 Gamers Points : 16817 Reputación : 3 Fecha de inscripción : 31/10/2009
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 23/06/10, 01:43 am | |
| Los antiguos? jojojojo esto mola. un tio que trabaja para el diablo y aun asi, todo ello espara mantener el orden... I WANT MOAR | |
| | | Rasalos
Nº Mensajes : 1467 Gamers Points : 20001 Reputación : 21 Fecha de inscripción : 15/08/2007
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 23/06/10, 01:45 pm | |
| XDDDDD Al final le pusiste Rainier ¿eh? xDDD
Saludos~ | |
| | | Evan
Nº Mensajes : 1637 Gamers Points : 20084 Reputación : 28 Fecha de inscripción : 12/03/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 23/06/10, 06:20 pm | |
| Fallos: Al principio, "que y poniéndose" "se dirigió de nuevo al lecho e intentó conciliar el sueño de nuevo." Queda un poco raro. Historia: Está bien, quiero más para poder seguir juzgando y así que Rainier eh¿? ... XD Edit: Me acabo de fijar en el nombre de la historia y es clavado a el nombre de un capítulo de una de mis histos XDDD bueno, cambiando el nombre XD "Paeth, el Asesino" jajaj, si es que lo de ser gemelos es mu malo. | |
| | | Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 23/06/10, 10:27 pm | |
| lol xD a mi esas frases tambien me suenan mal, pero a esas horas de la mañana no pienso con claridad, cuando cuelgue el otro cacho del preludio lo corregiré xD | |
| | | Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 24/06/10, 01:53 am | |
| Sorry por el doble post, pero es para avisaros de que ya he colgado el preludio restante, están en la primera parte que puse del preludio, gracias a todos los que han comentado, vuestros comentarios, me animan a seguir escribiendo, sin más dilación, espero que os guste esta enigmática historia con mas nudos que un pelo rizado. | |
| | | Zeromaru
Nº Mensajes : 273 Gamers Points : 16817 Reputación : 3 Fecha de inscripción : 31/10/2009
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 24/06/10, 11:12 am | |
| me he leido el resto del preludio y pinta muy bien aun que... es poner en Jaque, no en Hake | |
| | | Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 24/06/10, 11:33 am | |
| Bueno, eso in spanish, pero originalmente era Hake xD por eso esta admitido poner Hake o Jaque y opte por Hake, pero ya lo he cambiado por si las moscas xD | |
| | | caradryan21
Nº Mensajes : 831 Gamers Points : 18132 Reputación : 92 Fecha de inscripción : 14/09/2009
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 24/06/10, 11:34 am | |
| el preludio esta bastante bien pero eso de que el prota este a favor de Lucifer me da bastante que pensar sobre si habra cambios en la historia. | |
| | | Zeromaru
Nº Mensajes : 273 Gamers Points : 16817 Reputación : 3 Fecha de inscripción : 31/10/2009
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 24/06/10, 11:44 am | |
| - Wulfgar escribió:
- Bueno, eso in spanish, pero originalmente era Hake xD por eso esta admitido poner Hake o Jaque y opte por Hake, pero ya lo he cambiado por si las moscas xD
aaah ok entonces el fallo fue mio... D'oh! | |
| | | Evan
Nº Mensajes : 1637 Gamers Points : 20084 Reputación : 28 Fecha de inscripción : 12/03/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 24/06/10, 04:37 pm | |
| Oh!, me ha gustado la lucha =D está bastante bien...¿Qué querrá la pelirroja? Si quería vengar a su padre lo podría haber matado...o quizá quiera torturarle...quien sabe. ah, un fallo: a su enemigo por el cuello, lo apuñalo en Apuñaló Sigue así | |
| | | Darkspinus
Nº Mensajes : 502 Gamers Points : 18020 Reputación : 10 Fecha de inscripción : 13/12/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 25/06/10, 12:28 am | |
| Muy bueno. El resto del preludio me ha dejado una buena sensación en los ojos.
Un saludo malvado.
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| | | Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 25/06/10, 05:50 pm | |
| Capítulo 1: Recuerdos del pasado
Jason lanzó una estocada directa al corazón del chico, este sonrió levemente mientras desviaba la estocada hacia un lado con la espada y apenas tras haberla desviado, hizo una finta colocándose a un lado del hombre.
Jason se esperaba esa reacción y lanzó una patada lateral a Rai, alcanzándolo en pleno rostro y haciéndolo perder el equilibrio cayéndose hacia atrás. Lejos de estar vencido el chico se levantó con un salto y con un extremo de su manga se limpió el fino hilo la sangre que recorría la comisura de sus labios.
- Eso es jugar sucio. - Se quejó el chico de unos 15 años
- Rai, quiero hacer de ti el mejor guerrero que el mundo halla conocido jamás y para ello debes aprender todos los recursos que te sean posibles para salir victorioso de una batalla. - Respondió Jason con un tono suave y reconfortante a la vez que mediante un gesto de su mano izquierda invitaba al joven a atacarle.
- Comprendo maestro. - Respondió el chico a la vez que se lanzaba contra Jason dirigiendo un corte lateral con su espada al flanco izquierdo de su maestro.
El hombre interpuso su espada parando el golpe, pero dejó una apertura en su lado dercho (el izquierdo de Rai), tal y como Rai había calculado, con un rápido movimiento de muñeca Rai impulsó su brazo izquierdo daga en mano hacia el hueco.
Jason vio la jugada del muchacho, pero ya era demasiado tarde, el joven tenía la punta de su daga amenazante y punzante sobre su costillar derecho.
- Muy bien muchacho, me has vencido. - Dijo Jason mientras enfundaba su espada, a lo largo de estos últimos 10 años, había adiestrado al chico en el arte de la espada, de las dagas, en las artes marciales, incluso en el veneno, además de educarlo como a un noble. El chico había demostrado un potencial hasta ahora nunca visto. Sí, Jason estaba decidido, el sería su sucesor, el lideraría el gremio de Asesino del cuál el era fundador y Líder.
- ¿En qué piensas maestro? - Preguntó el chico de ojos azules y pelo negro recogido en una coleta.
- En nada hijo, en nada...
***
Rai se despertó en el suelo de una fría y oscura celda, y al igual que en todas las celdas que compartían esa descripción, había mucha humedad.
Se masajeó la cabeza, lo último que recordaba era la batalla de hace unas horas.
Se puso en pie y dio un vistazo a su celda, no tenía ventanas, en un rincón había un montón de paja, que supuso que sería el colchón para dormir, pero dentro de las expectativas de Rai no estaba pasar un día en una celda, y menos cuando un orfebre con un artilugio tan poderoso campaba por ahí a sus anchas.
Así que rápidamente elaboró un plan de huída, se quitó la bota y presionó la suela, haciendo que esta cediese , luego introdujo su dedo índice en ella buscando algo.
Del compartimiento falso extrajo dos cuchillos no muy largos, pero pesados, que habitualmente utilizaba como proyectiles, luego se puso en pie, se quitó el pendiente de oro redondo de su oreja izquierda y haciendo jirones una de sus mangas de la camisa blanca de lino que llevaba lo ató al trozo de tela.
Bien, ya tenía lo necesario. Se dirigió a la puerta de madera en la cual había una pequeña apertura metálica arriba y la golpeó varias veces.
- ¡¡Guardia!! ¡¡Guardia!! - gritó Rai con voz lastimera
El guardia encargado se levantó de la silla y se encaminó a la celda del chico.
- ¿Qué co... - Empezó a preguntar el guardia una vez abierta la rejilla, pero no pudo terminar pues Rai le clavó un cuchillo en pleno ojo, y con puntería y habilidad increíble. lanzando el otro cuchillo, cortó la cuerda que ataba las llaves al cinturón del inconsciente guardia.
Acto seguido Rai coló por la rejilla su pendiente de aro atado a la tela, con el fin de usarlo a modo de anzuelo y coger las llaves.
Diez minutos más tarde, Rai ya estaba libre de su cautiverio.
Remató al guardia, que seguía vivo y recuperó su cuchillo, seguidamente, se puso en pie de nuevo y con intención de salir corriendo, pero una llamada lo detuvo.
- ¡Socorro!¿Hay alguien ahí? - Preguntó el desconocido, que al oir todo el jaleo, tenia la esperanza de ser liberado.
- ¿Quién habla? - Respondió Rai
- Soy Helios Gablun, sálvame por favor, fui apresado sin motivo!!
- Está bien...
Rai se dirigió a la celda de Helios y la abrió, de ella salió un hombre de avanzada edad, unos 65 años tanteó el chico, su pelo era canoso y le llegaba por los hombros, sus facciones eran amistosas y tenía una cuidada barba, que le daba el aspecto de un anciano bonachón. En cuanto a su vestimenta, llevaba un hábito marrón, típico de los monjes del bosque azul.
- Gracias muchacho, estos tipos me arrebataron mis cosas, tienes que ayudarme a recuperarlo, entre ellas hay un artefacto, que en manos inadecuadas, podría causar el fin del mundo!! - Dictó el anciano
Entonces, todo se ordenó en la cabeza de Rai, ¡¡Helios Gablun era el orfebre!! y el objeto del que hablaba, debía ser el que tenía que entregar a Lucifer para destruirlo.
"Bien, ayudaré al viejo este a recuperar el artefacto, entonces lo mataré y llevaré el artefacto a lucifer para que lo destruya..."
- ¿Sabes donde estamos, viejo?
- Creo que en la Ciudadela de los Cazarrecompensas. En las celdas exactamente.
- ¿Muy perspicaz, y tienes idea de dónde pueden estar nuestras cosas?
- Quizá estén en la siguiente sala, pero hay varios guardias...
- Eso no es problema, quédate aquí, cuando esté despejado te llamaré
- De acuerdo...pero una cosa...¿Podrías llamarme Helios?
- Lo intentaré
Rai se dirigió a la otra estancia cuchillos en mano. Antes de cruzar el umbral, se pegó a la pared y con sumo cuidado, asomó la cabeza para otear.
Había dos guardias armados con una alabarda cada uno y una pesada armadura de hierro, pero no llevaban casco, craso error pensó el joven.
Entonces cogió un cuchillo en cada mano y entro en la estancia como el que va al bar a coma a tomar algo.
- Buenas caballeros, ¿Vais a decirme donde están mis cosas por las buenas o tengo que mataros? - Preguntó Rai con un tono divertido
Los soldados se miraron un instante, y luego los dos se lanzaron a por el chico blandiendo sus alabardas.
- Como pensaba, sois demasiado idiotas para apreciar la vida... - Afirmó Rai mientras lanzaba un cuchillo al primer soldado y sin esperar a ver si hacia blanco lanzaba el otro a su otro enemigo.
El primer cuchillo alcanzó al soldado entre ceja y ceja matándolo instantáneamente, mientras el segundo proyectil alcanzó al soldado en plena garganta, haciendo al soldado soltar la alabarda y caer de rodillas mientras se agarraba el cuello e intentaba parar la hemorragia sin éxito, pues el cuchillo había alcanzado una arteria y la sangre salía a chorros. Rai se encogió de hombros y se acercó a recuperar sus cuchillos. Acto seguido registró la habitación y en un baúl encontró ropa, una espada y un zurrón con comida y bebida.
- ¡¡Helios!! - Llamó el joven
Al cabo de un rato el anciano apareció por la puerta.
- Vaya, eres hábil muchacho
- Eso dicen...
- Bueno, será mejor salir de aquí antes de que se den cuenta de que nos hemos escapado
- Toma, ponte esto.- Ordenó Rai mientras le lanzaba unos ropajes de campesino - No nos iremos sin recuperar lo que es mío, supongo que lo tendrá la pelirroja, se llevará una buena sorpresa cuando descubra que su recompensa ha escapado, pero será mayor aún cuando le atraviese el corazón con mi acero - Dijo Rai mientras se ceñía su nueva arma al cinto y acomodaba sus cuchillos arrojadizos
- ¿Estás loco? - Preguntó atónito el viejo
- Nadie te obliga a venir conmigo - Respondió fríamente el asesino
- Está bien, tu ganas, pero lo haremos mañana, aprovechando la fiesta de la cosecha, así será más fácil entrar, y salir...
- Buena idea, viejo, esta noche nos esconderemos, yo haré la primera guardia y tu la segunda, cada guardia será de 4 horas, ¿entendido?
- S-Sí
La pareja se puso en marcha, en busca de una posada en la que pasar la noche.
***
- ¿Están listas la aguas termales? - Preguntó la pelirroja
- Todo está según lo pedisteis mi Lady - Respondió una muchacha de unos 13 años
- Perfecto, pues que no me molesten bajo ningún concepto - ordenó la mujer mientras se despojaba de sus ropas.
- Así será - respondió la jovencita a la vez que haciendo una reverencia se alejaba de la estancia, dejando solo a la pelirroja.
La mujer, alejó sus ropas con el pie, y se dirigió a las aguas termales, apenas se hubo zambullido, la puerta de la estancia se abrió estrepitosamente, apareciendo por ella un soldado con cara de horror y a la joven doncella intentando impedirle el paso.
- Lo siento mi Lady, no pude impedírselo - Se disculpó la jovencita a la vez que bajaba la cabeza.
- Bien, no pasa nada Mary, puedes retirarte.
- ¡¡Señora, ma-malas noticias!! - Gritó el soldado que apenas podía respirar a causa de la carrera que se había pegado hasta la mansión,
- ¿Qué es lo que pasa, soldado? - Preguntó la pelirroja
- ¡¡Los prisioneros han escapado!!
- No es posible...los mejores soldados custodiaban la salida...
- El caso es que fueron lo del siguiente turno, y al entrar encontraron a los dos guardias muertos y al tercero tendido delante de la puerta de Rainier Von Krobelus
- No pueden haber ido muy lejos...Que cierren las puertas de la ciudadela, y triplica la guardia hasta encontrarlos.
- ¡Sí, señora! ¿Algo más?
- La verdad es que sí, la próxima vez, haz caso a mi doncella, o te cortaré la cabeza yo misma. - Amenazó mientras lanzaba una mirada asesina al soldado.
El soldado se estremeció ante la amenaza, y salió como había llegado, corriendo...
***
- Hola, soy Jacob y este es mi hijo Fernando, quisiéramos una habitación para pasar la noche, venimos a la famosa fiesta de la cosecha de Copage - explicó el anciano.
- Bien, serán 23 monedas de cobre sin comidas
El chico sacó una moneda de oro de una bolsita de cuero y la depositó en las manos del posadero.
- Quédese las vueltas, a cambio no nos ha visto ¿de acuerdo?
El posadero asintió levemente mientras entregaba la llave de su habitación a Jacob y Fernando.
Fernando recogió la llave y subió escaleras arriba, en dirección al numero de habitación que estaba grabado en la llave.
Minutos después Helios y Rai, estaban ya en su habitación.
- ¿Fernando? - Preguntó Rai al orfebre, mientras que se descolgaba la espada del cinto y dejaba el zurrón con la comida
- Es como se llamaba mi hijo, murió protegiéndome a mi y el artefacto del que te he hablado hace un par de meses...lo siento, no he podido evitarlo...
- Entiendo...haré el primer turno de la guardia, duerme bien, "padre" - dijo en un tonito sarcástico el pelinegro.
- Hace meses que no duermo bien... - respondió el cansado anciano mientras se tendía sobre la cama.
- Duerme bien, viejo, pues será la última vez que lo hagas - murmuró Rai mientras abría una ventana y se deslizaba por ella. Había decidido explorar los alrededores, y preparar unas cuantas sorpresas.
El asesino, se deslizó entre las sombras de las calles desiertas, alejándose de la posada sin hacer ruido. Miró al frente y localizó un edificio más alto que los demás, sería bueno subir para ver cuantos guardias había...
Sin demora, el chico empezó a trepar por la fachada del edificio, aprovechando cada muesca como apoyo, llegando al tejado en apenas 2 minutos. Una vez en el tejado oteó la ciudad, una ciudad fantasma por la noche, y una ciudad activa por el día, quizá hubiese toque de queda por algún suceso...
Desde su privilegiada posición Rai contó 20 guardias hasta llegar a la entrada de la mansión, muchos más que esta mañana, sí, se habían enterado de que habían escapado y habían reforzado la seguridad.
abandonando su posición, saltó al otro tejado y así repetidamente acercándose cada vez, más a la mansión que tan bien conocía, finalmente, bajó del tejado de la última casa y echó un vistazo a la entrada, 2 guardias.
Rai recogió una piedra del suelo y la tiró.
- ¿Has oído eso? - Preguntó el pirmer guardia
- Sí, ¿Quién va, tu o yo?
- Creo que me toca a mi.- respondió el primer guardia dirigiendose hacia donde había ido la piedra lanzada por Rai.
Entonces rai salió de su escondite apareciendo delante del segundo guardia, que intento gritar algo, pero no pudo, pues el pelinegro le había puesto una mano en la boca y clavo un cuchillo entre una apertura, situada en su pecho de su armadura de acero.
El cuchillo cortó con facilidad la carne, clavándose en el corazón del desafortunado guardia.
- Oye Will, no he encontrado nada - Gritó el primer guardia a lo lejos
El pelinegro se acercó corriendo hasta situarse detrás de el primer guardia, listo para asesinarlo.
- Will si que lo ha encontrado
El primer guardia se dio la vuelta y se encontró con el muchacho que aún sostenía el cuchillo lleno de sangre en sus manos.
Acto seguido miró de nuevo a Rai a la cara, y una mueca de horror se dibujó en su cara, intentó salir corriendo, pero no llego muy lejos, pues un cuchillo de clavó en la parte de atrás de su rodilla cotándole un tendón y como consecuencia, tirándole al suelo.
El guardia cayó al suelo entre gemidos y agarrándose la rodilla, desenfundó su esplendida espada y la enarboló amenazante desde el suelo.
Rai se acercó al caído guardia y de una patada hizo volar su espada al otro extremo de la calle, luego saltó sobre el herido guardia clavándole un segundo cuchillo en la sien.
El chico se levantó y observo al guardia, que había muerto con un semblante que denotaba haber visto un demonio.
El chico esbozó una sonrisa y recuperó sus cuchillos. Luego siguió su camino hacia la mansión.
Cruzó la puerta de hierro entrando en los jardines que rodeaban la mansión, llegando hasta la fachada de esta.
Dio un rodeo llegando a un muro de piedra que rodeaba la parte de atrás de la mansión, el muro que rodeaba las aguas termales supuso Rai, un buen sitio por donde colarse.
Empezó a escalar la pared y asomó su cabeza para divisar posible enemigos, pero en vez de eso, encontró a la chica pelirroja del otro día dándose un baño.
El sitio en cuestión, parecía un paraíso natural, la estancia no estaba cubierta, y tenía una pequeña puerta por la que se accedía.
El suelo estaba cubierto por fina hierba, y el agua empezaba más o menos desde la mitad de la sala.
Parecía una piscina, era bastante profunda y estaba decorada con pequeños árboles además de una catarata por la que caía agua haciendo ruido.
Entonces unos recuerdos abordaron la mente de Rai mientras este cerraba los ojos.
En ellos estaban el chico y su maestro Jason, disfrutando de una comida en la casa de su anfitrión Kendo Fox, junto con los otros maestros del arte de la espada, todos reunidos, dejando a un lado sus diferencias, algo totalmente raro supuso Rai.
En verdad todo era un plan trazado por Kendo, para eliminarlos, pues había envenenado el vino...pero Jason que no bebió pues decía que la bebida te hace débil junto con Rai, su discípulo e hijo adoptivo fueron los únicos supervivientes.
Kendo se enfrentó a Jason, lo dejo fuera de combate y se fue junto a su hijo, pero como no esperarlo, el filo de la espada de Kendo estaba envenenado, y supuso la muerte de Jason en los brazos de Rai.
No obstante antes de morir, Jason entregó a Rai todo lo que poseía, y lo que era más importante, su legado...grabándole un tatuaje (véase http://www.decalsusa.com/images/sun%20tribal.JPG) en el hombro derecho.
Rai no sabía su significado, pero al menos tenía la certeza de que era la prueba de que era el nuevo dueño de todo y que era un Von Krobelus.
Rai volvió hasta la mansión y asesino al gran Kendo Fox a sangre fría, o eso dicen las malas lenguas, porque en realidad, el joven lo retó a un duelo a muerte y lo venció.
Un ruido atrajo la atención de Rai sacándolo de su ensimismamiento. La pelirroja estaba saliendo del agua.
El joven no pudo dejar de mirarla, era realmente atractiva. Su cabello era rojo, como el fuego ardiente, mientras que sus ojos eran marrones.
el pelo mojado le caía hasta la mitad de la espalda más o menos, y sus curvas eran perfectas pensó Rai.
El joven se dijo que no debía entablar sentimientos por los enemigos, y bajando de la murallita, se dirigió a la posada.
- Hey Helios, es tu turno
- Déjame un poco más, por favor
Rai se encogió de hombros y de una patada tiró al dormido Helios al suelo.
- ¿Eh? ¡Rai, nos atacan!
- Viejo idiota, te dije que era tu turno... - dijo Rai mientras se echaba sobre la cama y se dormía al instante.
***
Otra vez el mismo chico, él mismo, esta vez estaban en el comedor Jason y él.
Rai parecía divertido, ante el había una caja con una cinta de regalo.
- Adelante, ábrela...
- ¡¡Gracias Maese Jason!! -el chico totalmente ilusionado abrió la caja y observó con los ojos como platos una elegante daga, con el filo reluciente y con un grabado, la empuñadura era de oro y al final poseía un orbe rojo.
- ¿Te gusta? perteneció a mi familia durante linajes, todos la usaron para combatir, pero yo no, porque mi estilo, no me lo permite...soy un luchador que prefiere un solo arma
- ¿Bromeas? ¡Me encanta! - Dijo el joven Rai, mientras la cogía entre sus manos y la sopesaba.- No me separaré de ella jamás.
***
Rai se despertó envuelto en un frío sudor y con las sabanas pegadas. Se incorporó y se encontró a Helios dormido en una butaca. Bufó y se dirigió a la ventana, desde la que pudo observar que había mucha gente de allá para acá, era de día, y no precisamente pronto.
- ¡¡Helios!! ¡¡Te quedaste dormido, tenemos que irnos!!
Fin del capítulo 1
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| | | Zeromaru
Nº Mensajes : 273 Gamers Points : 16817 Reputación : 3 Fecha de inscripción : 31/10/2009
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 25/06/10, 06:02 pm | |
| Rainier... ¡Mirón!
Buen capitulo Wulfgar. tengo ganas de ver como recuperan "El objeto" | |
| | | Evan
Nº Mensajes : 1637 Gamers Points : 20084 Reputación : 28 Fecha de inscripción : 12/03/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 25/06/10, 06:08 pm | |
| Mola muuuucho, me ha encantado, está genial...no tengo adjetivos XDDDD Más te vale continuarla....y a saber que haría Rai mientras espiaba... XD | |
| | | Darkspinus
Nº Mensajes : 502 Gamers Points : 18020 Reputación : 10 Fecha de inscripción : 13/12/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 25/06/10, 09:46 pm | |
| Muy buen capi. Rainier es un maestro del asesinato. Un detalle interesante: me encantan las pelirojas.
Un saludo malvado. Lol a las coñas del "mirón".
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| | | Siarnaq
Nº Mensajes : 365 Gamers Points : 16886 Reputación : 5 Fecha de inscripción : 18/06/2010
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 26/06/10, 11:17 am | |
| esta muy bien tio,a ver como lo recuperan | |
| | | Alatreon123
Nº Mensajes : 12 Gamers Points : 15855 Reputación : 3 Fecha de inscripción : 09/06/2010
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 27/06/10, 02:12 pm | |
| Una historia muy buena Sigue escribiendo, que quiero ver como recuperan el "artefacto"... | |
| | | Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 28/06/10, 06:30 pm | |
| Bueno, Zack, aqui tienes tu cap de los lunes, dijiste que escribiese algo y lo he hecho, como mínimo quiero un coment tuyo ¬¬
A los demás que disfrutéis del capítulo!!
Capítulo 2: El día de la cosecha
- ¡¡Helios!! ¡¡Te quedaste dormido, tenemos que irnos!!
- ¿Eh?¿A qué viene tanto jaleo?
- Vamos, tenemos que darnos prisa.- Respondió Rai mientras recogía sus escasas pertenencias.
- Vale, vale, tranquilo chico
- Ah, por cierto Helios, para que no nos reconozcan, he obviado que llevaremos puestas las capuchas...
- ¿Estás loco? Con el calor que hace si nos viesen con las capuchas pensarían que somos asesinos...
- Helios...
- Está bien, está bien. - Dijo frunciendo el ceño.
Minutos más tardes, Helios y Rai abandonaban la posada y se mezclaban con la masa de gente que acudía al la mansión, tanto a comerciar, como a ofrecer tributos a Lady Jessica.
La pareja pudo observar que no eran los únicos con la cabeza tapada, pues el sol pegaba tan fuerte que la gente se cubría el rostro para pasar menos calor, algo que según Helios, no tenía ni pies ni cabeza.
Rai cogió a Helios por el brazo y lo llevó medio a rastras entre la muchedumbre, haciendo caso omiso a la sarta de insultos que este soltaba a diestro y a siniestro.
Los dos hombres se abrían camino entre la gente, a empujones o simplemente pidiendo paso.
- Para ser el día de la cosecha, no es que haya muchos guardias... - Comentó Helios para romper el hielo.
- Puede que su número se haya reducido. - Respondió el joven dejando escapar una risita
- Vaya, no me digas, ¿Y cómo es eso posible? - Se interesó el orfebre
- Quién sabe... - Dijo Rai sin darle más importancia y acercándose más a la entrada de la mansión.
***
- Lady Jessica, tiene visita. - Dijo un guardia entrando en la sala donde esta se encontraba y que estaba equipada para ser usada como gimnasio.
- Ahora estoy ocupada.-Respondió restando importancia al asunto y siguiendo su entrenamiento.
- Mi Lady, creo que es importante...
- ¡¡Te he dicho que ahora no!!
Haciendo caso omiso al guardia y a los gritos de la chica, dos hombres entraron a la sala empujando al guardia a un lado e indicándole con un gesto que se largase.
- Lady Jessica, no le conviene tratar así a los invitados. - Dijo el primer hombre.
Aparentaba unos 40 años, no era de constitución fuerte, más bien normal y tenía el pelo de color castaño, ojos rojos y una barba bien cuidada.
Sus atuendos eran exóticos para aquellas tierras, llevaba una armadura de cuero estilo gladiador de color ébano, además de una Gladius que reposaba en su cadera derecha, y en el brazo izquierdo, llevaba un pesado Clípeo.
El segundo hombre, más alto y fornido que el primero, llevaba un pelo rubio largo y rizado recogido en una coleta y en su rostro resaltaban un par de ojos azules como el mar.
Vestía una armadura similar a la del gladiador y no llevaba armas.
- Vaya, Máximo y Ajax no os esperaba tan pronto... - Dijo la pelirroja mientras cogía una toalla y se secaba la perlada frente.
- Venimos a por nuestro pacto. - Aclaró Máximo, el primer hombre que había entrado
- Sé por qué venís.- Respondió la chica decidida
- Entonces, ¿Lo has conseguido? - Inquirió Ajax
- Puede que sí, puede que no... - Respondió la pelirroja cogiendo su katana - ¿Para qué sirve exactamente ese anillo? - interrogó la chica
- Su uso no tiene relevancia, hicimos un trato, el anillo a cambio de 1 millón...
- Jessica, no te conviene jugar con los dioses. - Convino Ajax
- Pues lo siento, no tengo el anillo. - Mintió la pelirroja
- Es una pena, si no quieres entregarlo por las buenas a cambio del millón, tendremos que arrebatártelo por la fuerza... - Amenazó Ajax dando un paso al frente.
- Tranquilo Ajax, yo me encargo, tu vete yendo, te alcanzo en breve.-Intervino Máximo desenfundando su Gladius y adoptando posición ofensiva.
- Está bien, Máximo.
El joven salió de la habitación como si nada hubiera pasado, dejando dentro de la estancia a Máximo, al pobre guardia y a Jessica.
***
- Bien, ya estamos dentro, ahora lo importante es recuperar nuestras cosas.-Dijo Rai mientras buscaba un guardia con la mirada.
- Con el gentío que hay, no creo que reparen en nosotros, chico, no es necesario que los mates.-Comentó Helios al ver al joven buscando guardias.
- No te creas tan listo, viejo, busco a un guardia, porque ellos nos dirán donde están nuestras cosas.
- ¡Oh!
- Por cierto Helios, que forma tiene el artefacto ese que buscamos
- Pues verás tiene forma de anillo, es de oro y con una piedra incolora en el centro
- Bien, busquemos pues primero mis armas…quédate aquí, cuando las tenga vendré a por ti.- Mintió Rai, pues su plan era conseguir sus armas y el anillo.
Rai conocía bien los rumores sobre Lady Jessica, y si eran ciertos, sabía dónde buscar.
El pelinegro pasó desapercibido o eso creía, pero unos ojos azules lo observaban, el chico sintiéndose observado, miró en rededor, buscando algún sospechoso, y lo encontró.
Era un chico rubio, con el pelo largo y rizado, recogido en una coleta, a unos cuantos metros de él, sus ojos era de un color azul profundo, como el mismísimo mar.
El chico intentó abrirse paso hasta el joven de ojos azules, sin éxito, demasiada gente en su camino, y lo que era peor, volvió a mirar a donde momentos antes se encontraba, y como por arte de magia se tratase, ya no estaba.
Rai oteó nervioso, buscándolo, nada, no había ni rastro de aquél hombre. Se encogió de hombros y se dirigió a una puerta aparentemente cerrada, y que conducía al interior de la mansión, cerrada al público por el momento.
El chico llegó sin mayor problema hasta la puerta, y la abrió, todo estaba demasiado tranquilo.
Quizá fuese un golpe de suerte, para variar. Sin más demora, el joven se adentró en la mansión y empezó a buscar el gimnasio, pues según decían, Jessica era una coleccionista de armas y artilugios mágicos, que guardaba en alguna parte del gimnasio. ***
Máximo se lanzó a por el aterrorizado guardia, que presa del pánico no pudo moverse, y la Gladius del cuarentón cortó en dos al pobre guardia.
- Vamos Jessica, no lo hagas más difícil…
La pelirroja miraba con terror al guardia tirado en el suelo partido en dos mitades, casi simétricas con una expresión de horror y asco.
- N-no tengo el artefacto…-Dijo la chica mientras desenfundaba su Katana, una reluciente Katana envainada en una vaina roja, del color del fuego.
- Será interesante la pelea entonces, nunca antes había luchado contra una hechicera de fuego.- Respondió Máximo despreocupado.
Jessica, alzó su katana con el brazo diestro y pasó su mano izquierda por el filo de esta, instantáneamente, el filo de la espada comenzó a arder.
- ¡¡No te parecerá tan interesante cuando estés apunto de calcinarte!!- Gritó Jessica mientras avanzaba corriendo hacia Máximo katana en mano y lista para atacar.
Máximo viendo venir el ataque, se puso en posición defensiva y alzó su clípeo, parando un corte ardiente de la katana de la pelirroja, que no obstante, había dejado un poco quemado el clípeo, sin perder más tiempo, pegó un puntapié a la joven en pleno estómago obligándola a retorcerse y lanzó un corte descendente con su Gladius en dirección al cuello de la chica.
Jessica reaccionó a tiempo y consiguió alzar su katana envuelta en llama para bloquear el ataque, al tiempo que envolvía su mano izquierda en fuego y lanzaba un puñetazo ardiente a la cara de Máximo.
Sin embargo, como era de esperar, el gladiador, curtido en los coliseos romanos, saltó hacia atrás esquivando el puñetazo de la joven.
La pelirroja, se puso en pie recuperándose del puntapié recibido y apagó su mano izquierda.
- Vaya, ¿Estás algo quemada no?- Bromeó Máximo
Jessica haciendo caso omiso al doble sentido de la frase del gladiador, lanzó una estocada.
Máximo hizo una finta, quedando a un flanco de la mujer y golpeó a la pelirroja con el clípeo en la cabeza, aturdiéndola y haciéndola caer de espaldas al suelo.
- Pensé que me divertiría más…- Dijo en gladiador mientras se acercaba a la joven.
Máximo apartó de una patada la katana de la chica, que ya no ardía y enfundando sus armas se agachó y acercó a Jessica, hasta que sus rostros prácticamente se podían tocar.
La chica apenas opuso resistencia, pues estaba semiinconsciente, el hombre la agarró del cuello de su vestimenta, y la obligó a incorporarse y mirarle a la cara, acto seguido, alargó una mano y arrancó un colgante que la pelirroja llevaba.
Máximo lo miró con detenimiento. Era un anillo de oro con una piedra incolora en el centro. Asintió complacido y lo guardó entre los pliegues de su ropa.
Rápidamente se puso en pie, desenfundó a Gladius, su espada, y la alzó con ambas manos sobre el pecho de la joven, que lo miraba con odio e impotencia, y se preparó para descargar el golpe mortal.
***
Rai avanzaba por lo pasillos de la mansión, cuando de repente el sonido del fragor de la batalla llamó su atención, se oían el entrechocar de dos espadas.
Sin más dilación el pelinegro se dirigió a la estancia de donde provenía el ruido, ya había registrado 4 habitaciones y ninguna era el gimnasio, puede que esta vez tuviese más suerte.
Entonces se escuchó un último tintineo, y las espadas dejaron de entrechocar. Rai palideció, eso solo significaba una cosa, desechó sus pensamientos más oscuros y aceleró la carrera, llegó a un pasillo sin salida, había dos puertas, optó por la de la derecha.
Desenfundó su recientemente obtenida espada, y deslizó un cuchillo arrojadizo entre sus dedo de la mano izquierda.
Acto seguido, cogió impulso y de una patada abrió la puerta de par en par.
Era lo que buscaba, el gimnasio, la pelirroja que decía ser hija de Kendo estaba tirada en el suelo y un tipo con una espada estaba a punto de ejecutarla.
Sin pensarlo dos veces, lanzó un cuchillo al sorprendido gladiador, que lo alcanzó en pleno vientre, y se lanzó contra él.
A la carrera, sacó otro cuchillo.
El gladiador hizo una mueca de dolor, y se llevó una mano al vientre, miró intermitentemente al chico pelinegro y su vientre, ese bastardo de había hecho sangrar…
Extrajo el cuchillo omitiendo una mueca de dolor y lo lanzó al suelo mientras que alzaba su clípeo para frenar la acometida del chaval que se había incorporado a la pelea.
- Vaya, vaya, te sugiero que huyas chaval, mira como ha acabado tu compañero.- Dijo señalando al guardia tendido en el suelo con su gladius.
- Siento decepcionarte, pero no soy un guardia, si lo fuera tendría suerte…
Máximo arrugó la cara interrogativo, pero la única respuesta que obtuvo fue una lluvia de estocadas por parte del joven, que arremetía, cortaba y clavaba sin descanso y sin cansarse aparentemente.
Apenas podía mantenerlo a ralla con el clípeo, así que pensó en pasar al contraataque.
- Dime chico, ¿Cómo te llamas?
- ¿Para qué quieres saberlo? Muerto te servirá de poco
- Buajajaja.- Rió sonoramente el gladiador – Si vas a matarme, como última petición, me gustaría saber tu nombre
- Viejo pesado…Si tanto insistes, me llamo Rainier Von Krobelus, hijo de Jason Von Krobelus y actual líder de los Asesinos.- Se presentó el chico, sin dejar de avasallar al hombre.
- Interesante…yo me llamo Máximo, gladiador de los coliseos romanos y enviado de Ares.
Al chico la presentación de Máximo le sentó como un jarro de agua fría, y se distrajo lo suficiente como para que Máximo lo empujara con el clípeo.
Rápidamente Rai volvió a afianzar su equilibrio y lanzó su segundo y último cuchillo, desgraciadamente, Máximo lo paró con el abollado y quemado clípeo, quedándose este clavado en el escudo gladiador.
- Buen intento chico, pero el mismo truco no te servirá dos veces.-Rugió el gladiador, a la par que lanzaba un tajo con todas sus fuerzas.
Rai interpuso su espada, pero la Gladius de Máximo, segó el arma partiéndola por la mitad.
El gladiador, giró la muñeca antes de terminar el primer movimiento haciendo que su espada pasase a forma horizontal lanzando un corte con forma de semiluna.
Rai se agachó dejando pasar la hoja del gladiador por encima de el y rápidamente, se pegó al gladiador, clavándole de nuevo el cacho de espada que le quedaba, y a la vez extrayendo el cuchillo que previamente había lanzado hacia el clípeo.
Máximo sintió penetrar de nuevo el frío acero en su abdomen, y haciendo caso omiso al dolor que esto confrontaba, lanzó un cabezazo al pelinegro.
Pero demasiado tarde, Rai ya no estaba, haciendo una voltereta lateral, se había alejado del radio de acción de Máximo y antes de caer siquiera, ya había lanzado el cuchillo previamente recuperado.
El atónito gladiador intentó interponer su clípeo, pero no pudo, las fuerzas le fallaban, las dos heridas del abdomen de le hacían flaquear.
En una de ellas aún permanecía la espada rota clavada, lo que mantenía la sangre dentro de lo que cabe dentro, pero de la segunda, manaba sangre a borbotones.
Como esperaba Rai, el gladiador perdía fuerza por las heridas, y por ello no pudo frenar el segundo cuchillo, que traspasó la armadura clavándose hasta la empuñadura en el magullado abdomen del gladiador.
El pelinegro se encontraba sin armas, pero la pelea no duraría mucho más, Máximo no podía con el peso de su clípeo, así que se deshizo de él.
Apenas se mantenía de pie, y se tambaleaba como un borracho intentando encontrar el camino de vuelta a casa.
Rai se alejó instintivamente, esquivando una acometida, si así se podía llamar al penoso ataque del malherido gladiador, intercambiando posiciones.
Ahora era Máximo el que se encontraba al lado de la puerta y Rai al lado de Jessica.
Rai vio caer al gladiador de rodillas, agarrando con una mano su espada, y con la otra su agujereado vientre.
Finalmente cayó al suelo con un sonido hueco, boca abajo.
Rai se dio la vuelta y se acercó a Jessica, tomó su pulso, y respiró aliviado, estaba viva. Acto seguido buscó en sus ropas su preciada daga, dando con ella en cuestión de segundos. Su segundo ademán fue buscar en los dedos de la joven el anillo que había descrito Helios, pero no se encontraba.
Un sonido alertó a Rai de la presencia de otro ser en la habitación, se volvió y descubrió que el cadáver de Máximo, estaba boca arriba.
Frunció el ceño y restó importancia a aquel pequeño detalle, acto seguido recogió a Jessica y la katana de esta y la llevó en brazos a sus aposentos.
Fin del capítulo 2 | |
| | | Evan
Nº Mensajes : 1637 Gamers Points : 20084 Reputación : 28 Fecha de inscripción : 12/03/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 28/06/10, 06:46 pm | |
| Gran capítulo, me ha gustado mucho, supongo q el tipo de la coleta recogida y ojos azules se habrá llevado el anillo...sólo una cosa que me ha molestado xD:
clavándole de nuevo el cacho de espada que le quedaba
Cacho queda muy "basto y burro" XD | |
| | | Zeromaru
Nº Mensajes : 273 Gamers Points : 16817 Reputación : 3 Fecha de inscripción : 31/10/2009
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 28/06/10, 09:47 pm | |
| gran capitulo Wulfgar XD que mas decir... te iba a preguntar que diablos era un Clípeo pero ya dejaste clarolo que era... mmm... buen capitulo XD | |
| | | Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 28/06/10, 09:57 pm | |
| Es un escudo tio xD Un escudo de gladiador jejeje y Gladius es el nombre de la espada de Máximo, que a la vez la gladius hipanensis es el tipo de espada que usaban los Hispanos una vez dentro del imperio romano xD | |
| | | Darkspinus
Nº Mensajes : 502 Gamers Points : 18020 Reputación : 10 Fecha de inscripción : 13/12/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 29/06/10, 05:44 am | |
| Muy buen capi. Jessica, la hechicera de fuego...
Muy bueno...
Un saludo malvado.
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| | | Wulfgar
Nº Mensajes : 1451 Gamers Points : 19066 Reputación : 14 Fecha de inscripción : 27/11/2008
| Tema: Re: Rainier, El Asesino 15/07/10, 11:17 pm | |
| Capítulo 3: Huída de la villa
Una vez dejó acomodada a Jessica en su cama, Rai se dirigió en busca de Helios, su plan no había resultado y no podía deshacerse de él aún.
Recorrió rápidamente el camino ya andado hasta llegar a la rebosante entrada a la mansión, que cada vez se llenaba más y más de gente.
Echó un vistazo rápido y localizó al anciano entre la multitud, sin perder tiempo se acercó abriéndose paso entre la muchedumbre apartando a la gente y cuando estuvo lo suficientemente cerca, alargó su brazo derecho y tiró de la manga del viejo.
Helios buscó al autor del tirón y descubrió entre sorprendido y aburrido que era Rainier.
Quiso decir algo, pero el pelinegro no le dejó lugar a hablar tirando de él en dirección a la entrada de la mansión.
***
Ajax se materializó de nuevo, saliendo en forma de líquido del cuerpo de Máximo, una vez materializado, introdujo una mano en el abdomen del muerto y extrajo el preciado anillo, lo acomodó en uno de sus bolsillos y se dirigió a la salida más próxima, los aposentos de lady Jessica, que daban al baño termal.
Anduvo tranquilo por el corredor, no temía enfrentarse a aquél chaval que había matado a Máximo, pues sabía que no tendría ni una sola oportunidad de derrotarle, al fin y al cabo, Máximo no representaba ni una milésima parte de su poder.
Ajax era diferente, era el enviado de Poseidón, uno de los dioses más poderosos que formaban el triunvirato del olimpo, y al fin y al cabo Máximo solo poseía una fuerza un poco potenciada y una resistencia notoria gracias a la pequeña cantidad de poder depositada por Ares en él.
Al fin llegó a la habitación, y al entrar se llevó una sorpresa, Jessica yacía en la cama, pero no había ni rastro del chaval, mejor pensó el guerrero, así acabaría con la molesta hija de Kendo rápidamente y sin estorbos.
Se posicionó delante del cuerpo inerte de la pelirroja y convocando el poder de Poseidón, convirtió una de sus extremidades superiores en agua, y posteriormente en hielo, un afilado y aparentemente irrompible hielo, dándole forma de cuchilla larga.
Alargó su mano convertida hacia el cuello de la chica, y se dispuso a degollarla, pero algo lo detuvo, escuchó unos pasos por el corredor, maldijo por lo bajo y corrió en dirección a las aguas termales, sumergiéndose en ellas y fundiéndose con ellas, así sería invisible.
La puerta de la habitación se abrió y dos personas entraron, Rai y Helios, el abuelo parecía divertido, mientras que Rai tenía cara de pocos amigos.
Señaló un sillón de la estancia, ordenando a Helios que se sentase en él, y acto seguido se dirigió hacia Jessica.
Buscó rápidamente y encontró lo que buscaba, un jarro, a continuación, puso rumbo a las aguas termales y sumergió en jarro en ellas con intención de llenarlo, algo no era normal en ellas, y Rai lo sabía, aunque no sabía exactamente el qué.
Mientras, Ajax, convertido en agua, observaba todo y cada uno de los movimientos de Rai, listo para tacar si hiciese falta, pero no fue necesario, el chico llenó el jarro y se introdujo de nuevo en la habitación.
- ¿Qué te propones chico?- Interrogó Helios
- Voy a despertarla, inconsciente no nos sirve de mucho.- respondió Rai acercándose a Jessica y vaciándole el jarro de agua fría en pleno rostro.
La chica se revolvió y sacudió empapada, intentó levantarse, pero se encontró con Rainier mirándola fijamente y con mirada amenazante.
- ¿Dónde está?- Preguntó Rai sin perder ni un segundo
- No sé de que me hablas...- Respondió Jessica fríamente
- Entonces viva no me sirves.-Dijo Rai mientras a una velocidad embriagadora, desenfundaba su daga y la ponía bajo el cuello de la chica.
La miró durante unos instantes, no podía matarla, no sabía por qué, pero era incapaz, la chica lo miraba fijamente, sin miedo a la muerte, estaba dispuesta a aceptar su destino.
El pelinegro retiró la daga lentamente, no sabía cómo ni por qué, pero se sentía algo por la chica...
Poco le importaba que hace unos días lo intentará matar...
Alzó la daga repentinamente y la lanzó contra la pared, quedándose profundamente clavada.
- No puedo hacerlo...-Musitó el pelinegro mientras se llevaba las manos a la cabeza y resoplaba.
Helios miraba divertido la escena, quizá tuviera realmente sentimientos Rainier.
- Dime algo, Rainier, si miro dentro de tu pecho, ¿Veré tan solo un hueco donde debería haber un corazón?- Intervino el anciano.
- Infórmame si así es- dijo Rai dirigiéndose hacia donde estaba la daga mientras de un tirón se desabrochó la camisa.- Entonces podría arrancar el corazón de Helios para reemplazar el mío.- Respondió mientras extraía la daga de su prisión pétrea.
- Me temo que es demasiado grande para alguien como Rainier...
Rai pensó en contestarle, pero se dio cuenta de que no tenía ánimo para ello, entonces reparó en algo, ¡¡Durante aquella pequeña discusión había descuidado a Jessica, y esta había aprovechado para escapar!!
- Maldita sea...- Murmuró Rai mientras echaba a correr hacia la puerta de la habitación con intención de capturar a la chica y que no diese la voz de alarma.
Helios se dio cuenta de que todo aquello había sido por su culpa, y marchó tras Rai para intentar ayudarlo.
Mientras Ajax, tomo forma corpórea y escapó de la mansión, con el artefacto, pasando inadvertido ante cualquier mirada.
***
- ¡¡Guardias, guardias a mi, socorro, un asesino!!- Gritaba la pelirroja mientras a trompicones y penosamente agarrada a la pared avanzaba por el corredor.
- No corras Jessica, es inútil...- Dijo Rai mientras se acercaba a paso rápido a la chica seguido por Helios.
No pasaron ni cinco segundos cuando cinco guardias armados con una armadura de acero, dos de ellos con picas, uno con una hacha de doble filo y los otros dos con unas espadas cortas entraron en la mansión y se interpusieron entre Lady Jessica y la pareja hostil.
- ¡Matadlos!- Sentenció la mujer mientras se paraba a tomar aire y a despejarse.
Inmediatamente dos de los cincos guardias, los armados con las espadas cortas, se lanzaron sobre Helios y Rainier, mientras que los otros creando una barrera ofrecían seguridad a la noble.
El primero lanzó un tajo descendiente al pelinegro, que no iba armado más que con sus brazos, pues no había desenfundado la daga, pero eso le sirvió, interceptó la trayectoria del tajo, realizando un golpe con su mano derecha totalmente abierta y con el canto, que dio en plena articulación del guardia, mientras con la otra mano, torció la mano del pobre guardia para hacerse con el control de la espada corta y seguidamente acuchillarlo.
Ni si quiera se molesto en sacar la espada, el guardia soltó un gorgoteo y se desmayó presa del dolor, si no estaba muerto, se desangraría tarde o temprano, dejó caer inerte el cuerpo del guardia ante su atemorizado compañero y adoptando una pose de combate cuerpo a cuerpo incitó al guardia a atacarlo.
- Vamos, atácame, estás en ventaja, no llevo armas...
- Calla bastardo, ¡te ensartaré con mi espada!- respondió el atemorizado centinela a la burla del letal asesino mientras atacaba al chico con un golpe ascendente.
El pelinegro lanzó una patada descendente con su pierna izquierda, con intención de desarmarle, y acto seguido volvió a su posición.
El desarmado guardia, alzó los puños adoptando posición de boxeo, e intentó acertar con una gancho con el puño izquierdo.
Demasiado débil, el chico paró el golpe en seco con su mano izquierda y los agarró por la muñeca, impidiendo que se escapara, acto seguido tiró de él y golpeó al guardia repetidamente en el abdomen, haciéndolo doblarse de dolor, justo como quería, Rai agarró de los hombros al hombre y lanzó un rodillazo, que impacto en plena cara con tal potencia, que empujo al hombre fuera de combate e inconsciente unos metros atrás.
El anciano admiraba la pelea, Rai se movía con elegancia, nada que ver con los movimientos de aquellos bastos guardias.
¿Quién sería aquél chico?
Los tres guardias restantes intercambiaron miradas y decidieron atacar a la vez al asesino, dejando a Jessica indefensa posada en el suelo.
- Tenemos que trabajar en equipo, si atacamos a la vez no podrá defenderse.- Aconsejó el del hacha.
Haciendo caso omiso al consejo, un guardia intentó ensartar a Rainier con su lanza, pero el chico la esquivó echándose a un lado mientras desenfundaba su daga y aprovechaba el movimiento para apuñalarlo por la espalda a la altura del pulmón derecho.
El guardia gritó de dolor y cayó de rodillas, soltando la lanza y manando sangre por la boca, tenía un pulmón perforado, y se le estaba inundando en sangre, no tardaría en morir ahogado.
Tan rápido como desenfundó la daga, el pelinegro la cogió por la punta y la lanzó contra el otro guardia que sostenía una lanza.
No tuvo mucho éxito, ya que el guardia estaba preparado y se apartó esquivando la daga.
Mientas con un movimiento de pie Rai alzó la lanza del agonizante guardia y aprovechando que estaba distraído esquivando la daga, ensartó al guardia con la lanza.
Los ojos del guerrero se desorbitaron al penetrar la lanza en sus carnes, y a punto estuvieron de salirse de sus cuencas cuando Rai alzó un poco la lanza para que el guardia se deslizara en el palo, pareciendo un pincho moruno.
El guardia del hacha admiró aquél espectáculo, que apenas había transcurrido en 1 minuto, 1 minuto en el que no había podido reaccionar presa de los hipnotizantes movimientos del chico.
Para cuando quiso actuar, el joven había ensartado a su compañero y lo había empujado hacia atrás, clavándose la punta de la lanza en el suelo y haciendo que el guardia se deslizase dolorosamente por el palo.
El hombretón que sostenía el hacha se la jugó al todo o nada, en un desesperado movimiento, intentó sesgar la cabeza de Rai, alzando el hacha y moviéndola en movimiento con forma de semiluna, pero el chico ya estaba preparado, y se agachó dejando pasar por encima el filo de la mortal arma.
En un movimiento relampagueante, desarmó al hombre y asiendo el hacha con las dos manos, lanzó un golpe de arriba a abajo, que alcanzó al guardia en plena cabeza, quedando el hacha profundamente clavada.
Los ojos del guardia se tornaron totalmente blancos, y cayó hacia atrás muerto.
- ¡¡Vamos Helios, no te quedes quieto, tenemos que salir de aquí antes de que vengan más guardias!!- dijo el joven mientras recuperaba su daga y se acercaba a Jessica para recogerla nuevamente.
La pelirroja intentó oponerse, pero Rai, más fuerte que ella, no tuvo problema en impedírselo.
Mientras Helios, Rai y la secuestrada Jessica surcaban los muros de la mansión, Rai alcanzaba a oír el revuelto que se había causado en las calles, seguramente habían descubierto los cadáveres y los estarían buscando.
Adelantó a Helios y giró por un pasillo aparentemente sin salida, que acababa en una ventana.
Dejó a la chica reposada en el suelo y de una patada destrozó el cristal, mientras indicaba a Helios que se diera prisa.
- Helios, bajo yo primero, una vez abajo, bajaremos a Jessica y luego bajarás tu, ¡vamos, aprisa!- insto el joven sin dar tiempo al viejo a responder mientras saltaba por la ventana, que no estaba a mucha altura.
Siguiendo el plan los tres salieron sin demora de la mansión, seguramente seguidos por un batallón de guardias.
Rai siguió corriendo entre la multitud, cargando con la chica, todos lo miraban pero se limitaban a eso, quizá fuera el hecho de que pensaran que había derrotado a Jessica o quizá que estuvieran demasiado conmocionados, pero nadie les impedía el paso.
- Muchacho, no creo que pueda aguantar este ritmo mucho más.- dijo Helios entre jadeos.
- Estupendo...- bufó Rai sin dejar de correr, necesitaban un transporte y rápido...
Se paró en seco y buscó rápidamente con la mirada un posible transporte, no tardó en localizar un carromato tirado por un par de caballos que se dedicaría al comercio de heno y paja según supuso Rai.
Corrió hasta la posición del carromato y depositó a Jessica sobre la paja, mientras hacía una señal a Helios para que montara también, acto seguido se dirigió al despistado conductor y lo golpeó ferozmente en plena cara varias veces, haciéndole perder el norte, y sin más dificultad, lo agarró de su andrajosa ropa y lo tiró al suelo sin miramientos.
Rai subió al carromato y tomó las riendas de este, azuzó a los caballos repetidamente y con un relincho echaron a correr, en dirección a la puerta norte.
Si todo salía como esperaba, no habría guardias, ya que estarían todos buscándoles en los alrededores de la mansión. El carromato avanzaba a toda velocidad por las calles de la ciudadela de los cazarrecompensas, los pobres ciudadanos, saltaban a un lado para salvar el pellejo, pero siempre había alguno que no era lo suficiente rápido y era atropellado.
Al cabo de unos minutos el trío compuesto por Rai, Helios y Jessica, abandonaba la ciudad sin destino aparente, cualquier lugar sería mejor que aquél...
Fin del capítulo 3
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