Untitled

Tema: *Untitled* 02/12/08, 12:40 pm

PRELUDIO

LA LLEGADA

El esfuerzo del hechicero era más que patente a medida que pasaban las horas. Gotas perladas de sudor recorrían sus tensas facciones mientras su mirada se hallaba fijada en el círculo mágico que había dispuesto ante él.
Murmuraba una larga letanía de palabras incomprensibles, remodelando los flujos de magia para adaptarlos a lo que él tenía en mente. El aire que había en la gran habitación se fue volviendo más denso por momentos, provocándole al hombre la sensación de asfixia, pero no por ello desistió en su labor.

Siguieron pasando las horas, y el mago seguía empecinado en su conjuro. Tan concentrado estaba, que no advirtió que se formaba una fisura en el espacio-tiempo, dibujándose en el centro del círculo mágico un ovalo de espectro rojizo, de poco más de un metro de ancho y cerca de 2 metros de altura, quedando el postrado hechicero en una situación poco ventajosa.

Una figura atravesó el portal, al principio no era más que una sombra que se fue solidificando, revelando a un ser con aspecto humanoide, enfundado en una ancha y larga gabardina más negra que la noche, con la tez levemente bronceada rematada por cabellos grises y unos ojos azules que rebosaban malicia.

Había conseguido vulnerar las fronteras de las existencias paralelas, por su propio mérito. Lo que no conocía el pobre desdichado humano era que había llamado a uno de los Mara, tal y como indicaba el estigma carmesí en forma de espada alada que lucía en la frente. Cuando éste habló, su voz grave retumbó por toda la estancia y entonces el hechicero reparó que su conjuro había concluido.

-¿Has sido tú quien me ha llamado? – preguntó con rudeza, ignorando al humano pero mirando con creciente atención las runas mágicas del conjuro que le retenía preso, pues éstas formaban una barrera etérea y densa que no le permitía mucha capacidad de movimiento y que le separaban de quién había solicitado su presencia. Casualmente no era una protección perfecta, abundaban elementos que la hacían inestable, por lo que según la tradición podía hacer lo que quisiera con su invocador. Pero decidió seguirle la corriente, por el momento.

-¡Sí, soy yo quién te ha invocado! ¡Así que deberías moderar ésa lengua! – saltó el hombre al impertinente ser, perdiendo los estribos ante semejante muestra de rebeldía. Actuar en consecuencia de una invocación que se negaba a mostrarse humilde, el protocolo de magia le exigía hacerle sufrir su error.

El mago alzó una mano y de las runas circundantes salieron varios haces relampagueantes que atravesaron por completo el ser, pero éste ni se inmutó; a decir verdad, ése pobre ataque no le hacía mella ni en el cuerpo convocado ni en su auténtico espíritu. Pero conocía de sobras cómo funcionaba el protocolo de la invocación, así que fingió que la energía le producía una agonía inmensa, dejándose caer de rodillas al suelo y aparentando debilidad.

- Como maestro tuyo que soy, deberás obedecerme en todo lo que te ordene, o haré pedazos tu espíritu para que jamás puedas volver a materializarte. – Prosiguió el hombre, con una sonrisa satisfecha al ver que había doblegado al ser – Ya has visto de lo que soy capaz...

-No me jodas. – le interrumpió el ser de negro, mofándose del hechicero y ya harto de aquella farsa, al mismo tiempo que se ponía en pie con las manos extendidas hacia el hombre, empuñando en ambas sendas pistolas, de apariencia muy semejante. – Si creías que obedecería a alguien que no puede tener peor gusto en decoración de interiores, es que eres un iluso. – concluyó con una sarcástica sonrisa.

El rostro del hombre se volvió rojo, contrayéndose de pura ira.
-¡Blasfemo! ¡Pagarás cara ésa…! – sus palabras callaron cuando una bala atravesó su garganta y otra, disparada al mismo tiempo, le perforaba la carne entre ceja y ceja. La expresión del hombre dejo de ser una muestra de ira para pasar a la perplejidad y la consternación, en su último instante de vida sin comprender que había salido mal y porque la barrera de protección no había supuesto problema alguno para el ser conjurado.

El ser de la gabardina negra, todavía empuñando sus armas, apoyó su mano derecha en la etérea barrera, quedando la pistola entre su mano y ésta, que ahora lucía dos grietas pequeñas, los lugares donde las balas habían perforado ésa nimia protección. Varios zarcillos azulados comenzaron a recorrer primero la punta de sus dedos para luego extenderse hasta su hombro, pero no sintió más que un débil hormigueo. Un instante después, la barrera desapareció y las runas del suelo que la habían formado desaparecieron, quedando únicamente meros restos calcinados.
Fue entonces cuando se fijó en la habitación, levemente iluminada por las velas de los candelabros adornados con calaveras en su base, montones de libros que trataban sobre magia y hechicería -alguno que otro sobre demonios- y un sinfín de materiales para realizar magia.

-Si al menos me hubiera invocado una chica guapa, tal vez habría resultado más entretenido… pero fui a parar a casa de un pirado, y además novato. – suspiró con desgana, enfundando de nuevo sus armas en el interior de su gabardina. El estigma que relucía en su frente perdió brillo, desapareciendo por completo, y sus cabellos se tornaron aún más pálidos. Entonces se volvió hacia el cadáver del hombre, mirándolo con cierta aversión.

-Mierda, no recordé preguntarte si conocías algún lugar donde se pueda comer algo de sushi, éste tipo de viajes hace que tenga apetito. – Dijo como si pudiera responderle, y justo después se encogió de hombros – Pensándolo mejor, olvídalo, tampoco creo que tuvieras buen ojo para eso.

Dicho esto, el ser abandonó la sala, sin afectarle en absoluto cualquier barrera mágica que todavía pudiera permanecer, pues tras la muerte de aquél que las habían creado, iban perdiendo eficacia. Momentos después, se hallaba en la calle, al aire libre y en plena noche. Alzo la mirada al cielo, pudiendo observar las dos lunas crecientes que brillaban en el cielo: una era de color gris, y la otra, roja como la sangre.

-Así que de nuevo en el mundo humano... – dijo ausente, al tiempo que echaba a caminar por una callejuela contigua, perdiéndose en las sombras de la noche.

Mientras tanto, en la otra punta de la ciudad…

-Oh, Selene, guía mi cántico más allá de las lejanas tierras, que mi voz resuene firme entre las dimensiones. Que tu luz, intensificándose en el cielo, permita que mi espíritu regrese a su origen…-

Así oraba una y otra vez, de forma interminable, en una salmodia lenta, casi como si el responsable del conjuro estuviera al borde de la inconsciencia. Alzó su mano, de aspecto fino y frágil revelándose en el movimiento sutil una figura enfundada en una larga túnica, en posición demandante hacia el techo abovedado que le daba cobijo, que le salvaguardaba en las tiniebla, y cuya parte más alta se hallaba al descubierto, revelando las dos lunas coloridas en el firmamento nocturno, pero para unos ojos entrenados, era como si el semiorbe grisáceo cobrara más vida, iluminando con su plateada luz el altar dónde se encontraba el ser del que provenía la voz.

La plegaria continuaba, y mientras eso acontecía, la sala circular se iluminaba todavía más, quedando el reflejo de la Luna atrapada en cristales y espejos, colocados en diferentes ángulos, que canalizaban cada insignificante haz de luz hacia la gema –una piedra preciosa- que reposaba en un estanque de agua cristalina. La gema apenas se apreciaría de no ser por el velo plateado de magia que la envolvía, al tratarse de un color más intenso y profundo que no reflejaba nada. La suya era una superficie que se tragaba toda la luz que la envolvía, excepto un par de puntos luminosos que se apreciaban en su superficie, dos esferas que trazaban una danza continua, de modo que no se podía saber si bailaban una en torno a la otra o bien si se chocaban entre ellas y se separaban. Su danza se volvió frenética y las motas de luz se fueron iluminando con tonos pálidos a medida que la estancia quedaba sumida en la negrura.

La figura guardó silencio entonces, recobrando una posición normal para alguien que estuviera orando. Con cautela y reverencia, casi como si estuviera pidiendo permiso, se acercó al estanque, en el que introdujo ambas manos formando con ellas un cuenco. No sentía el frío gélido de las aguas, sino una calidez acogedora. Parte de su túnica se empapó del líquido puro en el proceso, pero al retirar las manos y, por ende, alejar la túnica del embalse, ésta no quedó impregnada de agua, sino que la sensación cálida se extendió por toda la vestidura. En ése instante, cuando la silueta apenas había recogido la gema de su lugar místico, el aire se condensó, se retorció y se solidificó, creando finalmente un rayo plateado que surgió de la nada y que cayó justo donde antes había estado la piedra preciosa. El agua del estanque formó un remolino turbulento, pero tan rápido como se originó, cesó, volviendo el fluido a su aparente calma. Ahora había una nueva fuente de luz que iluminaba la estancia con un resplandor pálido.

Ante ésa nueva fuente de luz, la figura acercó pausadamente sus manos a su rostro y con sutileza se echó hacia atrás la capucha, revelando su condición femenina. Sus cabellos cayeron con suavidad, como las cascadas que alteran levemente el cauce de un río calmado, revelando así una textura lisa como la seda y de una tonalidad más oscura que el ébano, únicamente tintada del carmesí que formaban varios de los mechones iluminados por el tenue foco. Sus rasgos, delicadamente cincelados, denotaban su exuberante juventud, y la piel de su rostro se hallaba claramente lisa, sin imperfección alguna. La joven abrió los ojos, unos ojos semejantes a las estrellas que brillaban en el horizonte de la noche, de un sobrecogedor azul cerúleo, para centrarse en la diminuta figura que se hallaba flotando en el aire, justo encima de dónde había caído aquél rayo místico.

El ser diminuto, que parecía hallarse ocupado mientras se sacudía con gracilidad el agua de sus orejas puntiagudas, inclinando la cabeza a un lado mientras se daba golpecitos en el lado contrario para expulsarla, reparó en que tenía audiencia.

-Ah… esto… emm… ¡Hola!- exclamó deteniéndose una vez terminada su tarea, no sin cierto embarazo en el pequeño rostro, al parecer por tener semejante aspecto desaliñado en comparación con la bella imagen que tenía delante suyo – Lamento mi pobre aparición en escena, era mi primera vez…-

Claro está, que más realmente parecía ser sacado directamente de los cuentos de Hadas que siempre gustaban a los niños. Con un cuerpo de no más de un palmo de altura, el ser de ensueño lucía una figura esbelta y estilizada, de rasgos igual de delicados que la joven, casi como si fuera una réplica a pequeña escala, de no ser por los cobrizos mechones que formaban su cabello, largo hasta la nuca, y de un color que hacía juego con sus ojos curiosos. Iba vestida en un traje de aspecto similar al cuero, incluso en el color, y su piel, de aspecto tan humano como cualquier otra, sólo se mostraba en sus brazos largos y aproximadamente la mitad superior de la longitud de sus piernas, concretamente la distancia que recorría sus rodillas hasta sus muslos. Realmente parecía como si luciera un body negro, pero en tamaño reducido. Y para terminar, un par de alas cristalinas surgían de su espalda, a medio camino entre las de una libélula y una mariposa.

El hada se relajó ante la dulce sonrisa que le dedicó la hechicera, puesto que no podía tratarse de otra cosa después de haberla invocado a éste plano de existencia. Sólo por eso ya podía intuir que el conjuro no había sido para traerla a la fuerza, sino que se trataba de algo semejante a un espíritu afín. La joven se arrodilló en el suelo, para estar a una altura más de acorde, y acercó hacia el hada su mano derecha, con la palma de la mano hacia arriba. La chica en miniatura no dudó en acercarse y plantar sus pies envueltos en el cuero en la palma de la mano. Al comprobar su suavidad, se dejó caer en sus cuartos traseros, al parecer cansada por el conjuro, ya que esos conjuros no sólo agotan al invocador.

-¡Kyaaa…! ¡Qué ganas tenía de venir a éste mundo! – chilló eufórica el hada y la joven, aunque se llevó la otra mano al rostro para cubrir la risa que provocó éste comentario, no pudo reprimirla demasiado bien. La voz del Hada tenía un cierto cariz infantil y al mismo tiempo melódico, sin duda acorde con la personalidad que mostraba. El ser continuó, recordando que no se había presentado aunque el protocolo se lo exigía- Me llamo Maya. No me importa en absoluto ayudarte, pero mi única condición es que me trates como una amiga más que como un ser invocado. Sé que te puede sonar extraño, pero…

Maya, como así se había nombrado a sí misma, se interrumpió cuando uno de los dedos de la joven, de la mano que momentos antes había usado para intentar encubrir su sonrisa, acarició sus labios con suavidad, en señal de silencio, y luego ascendió con mucha suavidad a la mejilla del Hada, para hacerle unas cosquillas ante las que Maya no pudo evitar reír levemente.

-No te preocupes, Maya, se hará tal y como quieres.- le dijo guiñándole un ojo para luego sonreírle, momento en que el Hada se recostó más cómodamente en la palma de la joven, escuchando atentamente a su interlocutora, y ahora nueva amiga- Cierto, me toca presentarme. Me llaman Nyx…

Sé que no es de lo mejor que hay -por no decir que tampoco es de temática Monster, debido a que espero la confirmació de cierta persona para que me eche un cable a hacer una que se corresponda, pero espero que os guste de todos modos. Es un relato que estoy escribiendo actualmente, todavía quedan hacer muchos retoques y reajustes pero se hace lo que se puede ^_^ Simplemente lo hago por ocio, tengo demasiadas ideas y pensamientos en mente y necesito expresarlos, y que mejor que escribiendo una historia.

Tal vez sea algo extraño de entender, así que se aceptan críticas y se responderá a cualquier duda. Sencillamente, es una historia de hechicería en un "mundo" moderno, aunque ya se irán dando más detalles a medida que avance.

Ah.. de momento no tiene título XD

Tema: Re: *Untitled* 02/12/08, 04:05 pm

Buen preludio, pero ve poniendo el titulo porque queda mejor.

Tema: Re: *Untitled* 02/12/08, 05:19 pm

Es que no tiene título, no es precisamente algo fácil de elegir en éste caso, menos tomando referencias de otra obra que tiemp atrás comencé a escribir y que se quedó a medias.

Aunque a falta de título, se quedará así, con ése nombre tan peculiar Wink

Tema: Re: *Untitled* 09/12/08, 09:35 pm

me ha gustao, llevaba tiempo sin pasarme x aki jejeje, la verdad es que una cosa que yo hago mal continuamente es intentar ponerle un nombre a lo que escribo antes de acabarlo, creo que lo mejor es acabarlo y entonces puedes decidir el nombre de lo escrito basandote completamente en el texto y no en lo que tienes en la cabeza ^^ espero que continues pronto por que tiene muy buena pinta y las invocaciones me han recordado a algo que escribi hace tiempo que "saque" de otro libro fantastico

Tema: Re: *Untitled* 09/12/08, 10:06 pm

Gracias por el comentario.

¿Sabéis? Sí que tiene título la obra, y es que se va a llamar tal cual, "Untitled", así se le queda XD.

Después de mucho razonar se ha llegado a ésa conclusión, aunque comparte rasgos, no es como la anterior historia que se quedó cortada.

Lo que estoy en el intento de hacer un relato sobre cacerías del Monster, pero no sé que tal quedará... supongo que se debe intentar Wink

En breve, continuará la historia.

Tema: Re: *Untitled* 09/12/08, 10:17 pm

estoy esperando la continuacion con impaciencia

Tema: Re: *Untitled* 09/12/08, 10:25 pm

sta muy muy bueno eee aver cuando la continuacion

Tema: Re: *Untitled* 09/12/08, 11:08 pm

Bueno Kane, querías mi opinión y aquí la tienes. Dejando aparte la complicidad que tenemos tu y yo y todo el royo ese para así poder ser lo más imparcial posible...

Por lo que has dado a entender en el preludio, la historia tiene buena pinta. Invocaciones, magia... son elementos que a muchos les gusta y que son fáciles de tratar puesto que no están inventados... la magia es algo que se puede cambiar y moldear al gusto propio.
Los personajes que han salido... creo que tienen un carácter definido y, por lo que parece, los personajes tendrán un desarrollo en la historia distinto, que no por ello significa que no vayan a coincidir.
Lo único que me falla un poquito es la forma de expresarte. Ya te comenté aquel trozo que no entendí en su momento por la forma en que estaban expresadas las situaciones. Tienes a un buen mentor para tomar referencias, pero estoy segura que tienes un estilo propio que puedes explotar.

Cuando haya continuación, avisa Wink

Tema: Re: *Untitled* 10/12/08, 07:15 pm

esta muy bien narrado tio , me ha gustado , espero la continuacion

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