Crónicas de Fantasia.

Prólogo.
(Escrito por Ethan y Aldion)

En un principio, me gustaría decir que Fantasía es algo mas que un nombre que se designa para comentar algo que es irreal: En este mundo, Fantasía es el país donde viven elfos, vampiros y licántropos… y, a decir verdad, también humanos.

En un principio, se decía que este continente estaba habitado por silfos, hadas, y otros seres que se extinguieron con la guerra que causó la Luna Roja. La luna roja que enloqueció a la mayoría de licántropos y vampiros, y que causó el exterminio de las razas menores. En el lugar de residencia de los licántropos, todo había vuelto a la normalidad tras años de aquella guerra, pero habían lugares que no. Lugares como las “Tierras de nadie”, denominadas así porque fueron desoladas en el transcurso de la guerra, y aún no se han recuperado.


El continente de Fantasía se divide en cinco reinos, las Tierras Rojas, lugar de hábitat de los licántropos, un vasto desierto de piedra y arena roja. Tierras Élficas, un país lleno de bosques, entre la fresca sombra proporcionada por los árboles, habitan los longevos y sabios elfos. Las Tierras de la Luna Llena, en sus imponentes ciudades decoradas con arte gótico, habitan los vampiros, Reyes de la Noche. Por último, las Tierras Elementales, situadas en una cordillera, donde habitan todos los híbridos y renegados que no tienen lugar donde ir, y las Tierras de Nadie, mencionadas anteriormente.






Capitulo Nº1. Los mercenarios.
(Escrito por Aldion)


La puerta se abrió y un hombre encapuchado entró en la taberna, quedándose apoyado contra el marco de roble, se encontraba en Arboladian, cuando llegó a la ciudad se quedó estupefacto, la ciudad se encontraba interna en un bosque, sus casas, construidas en las copas de los árboles, dando un espectáculo totalmente maravilloso. Un complejo sistema de puentes unía una plataforma con otra, lo que le había llegado a perderse varias veces, aunque por fin se encontraba allí, “La Taberna del Templario” decía el cartel.


-Esto... ¿necesita algo señor?-. La camarera le sacó de su ensimismamiento, el joven se retiró la capucha y le dedicó una sonrisa. La camarera era bastante alta, mas alta que el, con una larga melena dorada, que se extendía en cascada por su esbelto cuello, pasaba por su espalda, para acabar en sus contorneados muslos, pero no pudo evitar fijarse en sus voluminosos senos. Rápidamente dejó de analizar a la camarera y se dispuso a hablar.


-Buscaba a un hombre que se hace llamar “Aldion, la ventisca” ¿sabe donde podría encontrarle?-. El joven tenía el cabello negro y desaliñado, mediría alrededor del metro setenta. Llevaba una desgastada capa de viaje de color gris, pero lo mas desconcertante eran sus negros ojos, totalmente impenetrables.


-Ah, tu debes ser el novato. Claro, en aquella mesa-. El joven se aproximó a la mesa que la rubia le señalaba y tomó asiento. Tomó aliento y dijo:


-Tu madre es una cerda-. Todos los allí presentes le miraron desconcertados, antes de entrar en un extraño estado de furia asesina.


-¿Que has dicho de mi madre?-. Exclamó uno de ellos furioso, levantándose de su silla y alzando esta por los aires.


-So-solo he dicho la contraseña-. Contestó el pelinegro levantándose de la mesa.


-Yo si que te voy a dar contraseña-. La silla de madera se dirigió hacia el, golpeando estrepitosamente el suelo, pues el sorprendido chico ya no se encontraba allí, había saltado hacia atrás esquivando el golpe por poco. -Ahora verás-. Aquel semielfo sacó una daga que tenía oculta en su manga y envistió, disponiéndose a rajar al joven, pero la mano de alguien detuvo la trayectoria de la daga. El hombre miró confuso al propietario de aquella mano, que se sentaba en la mesa contigua.


-No te interpongas Aldion-.


El rubio sonriente llamado Aldion no se movió, impidiendo el avance del otro con una sola mano.

buena historia rasalos. si buscas gente para ser elfo ponme a mi tio qe me encantan xd.

muy bueno, historia perfect (como me gustan los mundos medievales y fantásticos XDDDD) y gramaticalmente...simplemente perfecto.

Capitulo 2. La Princesa Sangrienta y el Mago Helado.

El rubio de orejas picudas sonrió. Tendría una edad de treinta y tantos años, aunque si era un elfo rondaría los cuatrocientos. Su cabello era rubio y corto, sin indicios de haber sido peinado en mucho tiempo, en su barbilla crecía algo de barba descuidada, que le daba aspecto de buen bebedor.

-No le hables así a Aldion, bastardo- un corpulento hombre se puso en pie, mediría cerca de los dos metros, y otro metro de ancho. Sus facciones eran alargadas, en su cabeza se podían avistar dos pequeños cuernos saliendo entre su melena castaña.

-¿Que me has llamado desecho social?-

-¿Acaso quieres morir esta noche?-

-Caballeros, silencio- toda la taberna quedó en silencio ante aquella aguda voz que provenía de una niña de cabellos dorados, apenas mediría un metro y medio pero sus ojos de color ámbar guardaban una gran sabiduría en su interior.

-¡Que viva la cerveza!- dijo Aldion alzando su bebida, acto seguido todo el mundo levantó su jarra y volvieron a sus ruidosas conversaciones. -No sabes como me pones cuando haces eso -dijo dirigiendose a la rubia. -Toma asiento porfavor, nunca creí que picarias en mi broma-

-Bienvenido al consejo de sabios- dijo un hombre de pelo oscuro, tenia un porte elegante y una armadura aparentemente cara.

-Soy Liese, la segunda matrona- los estamentos de los vampiros son: Las matronas, las únicas totalmente inmortales, se dice que un demonio les concedió la inmortalidad a cambio de su virginidad. Dicen los escritos que estas se aparearon con humanos, creando los vampiros de bajo escalafón, que al igual que cualquier otra raza de Fantasía, nacen, crecen y mueren, a pesar de que su tiempo de vida sea casi comparable al de los elfos. -Ahora que ya estamos todos reunidos comencemos las presentaciones.

-Xarfan, general del ejército de las Tierras Rojas- dijo mirando al hombre de cabello negro.

-Kron, guerrero a mi servicio, para quien tenga dudas, es medio minitauro-.

Unas décadas atrás, aprovechando la Guerra de Sucesion por el trono de las Tierras Rojas, un ejército de minotauros invadió Fantasia desde un continente lejano, arrasando todo a su paso, de hay el odio hacia los mestizos de esta raza.

-Zafira, cazarrecompensas elfa- bajo un manto de color morado se escondía una elfa rubia y esbelta.

-Aldion, un simple borracho-

-Si princesa, yo también deseo tener sexo con usted, podríamos crear el híbrido definitivo- respondió este.

-Y por último, Jan, cazarrecompensas novato. No se le ve cualificado para pelear, Aldion ¿por que le convocaste?-

-No lo se, estaba borracho, pero se te ve muy sexy con esa capa de viaje-

-Estoy cualificado para cualquier misión señora-

-Esta bien, si mueres será a riesgo propio-. Dijo la vampiresa fríamente. -Estais reunidos aquí por vuestras dotes de pelea, a partir de hoy seremos el escuadrón especial del ejército de Fantasia, y nuestra primera misión es, vengarnos de esos toros bastardos.

Todos los presentes sonrieron.

-Tia buena- dijo Aldion antes de caer dormido al suelo.