Nueva historia

Prólogo: Un nuevo amanecer.

Caminaba distraído, levantando una espesa polvareda, por la amplia avenida que cruzaba el mercadillo de tenderetes tan famoso de la ciudad.
Famoso por la amplia variedad de productos y víveres que sus mercaderes ofrecían.

Alzó la vista y allí estaba, la famosa Torre Celeste, un anciano centinela que custodiaba de esta enorme ciudad. Una enorme edificación echa en su totalidad de bloques de piedra de una extraña tonalidad azul, de ahí su nombre.
En ella residían los altos cargos de la ciudad y a veces se hospedaban el gobernador y los regentes. Pero también era un criadero de las criaturas más maravillosas que jamás hayan cruzado estas tierras o surcado nuestros cielos: los dragones.

Allí se dirigía con paso apresurado. Esa misma mañana, temprano, su madre lo había despertado diciéndole que había recibido una citación urgente de la Torre Celeste.
Él la abrió con pulso tembloroso y se encontró con un breve telegrama.
En él ponía: Acuda cuanto antes al piso 23 de la Torre Celeste. Firmado Raum.

Raum. El mandamás. El regente de la ciudad. Si Raum te ordenaba algo, será mejor que lo cumplas si no quieres desaparecer del mapa. Sus hombres ‘‘custodiaban’’ con mano de hierro la ciudad. Era más una red de trapicheos y corrupción que un cuerpo de ley y orden. La ciudad estaba harta, y con la inminente reestructuración del gobierno, el pueblo preparaba algo muy gordo. Y esa agitación se notaba ya en las calles.

Abstraído en sus pensamientos, no vio venir a un grupo de encapuchados que se dirigían en dirección contraria. Y sucedió lo que tenía que suceder. El encontronazo sorprendió tanto a los implicados, que nuestro protagonista y un encapuchado cayeron de bruces al suelo. El encapuchado se levantó con una agilidad felina mientras nuestro protagonista, sorprendido, intentó levantarse lo más rápido posible. El contacto visual con el encapuchado (más bien con la encapuchada) fue fugaz pero intenso. En ese instante sólo pudo ver unos ojos rasgados y de un color verde tan intenso, que le daría envida hasta al más verde de los prados.

El grupo continuó con su camino mientras nuestro protagonista les siguió con la vista, perplejo.

El rumor de le gente que se aglomeraba a su alrededor le despertó de su ensimismamiento y rápidamente se puso de nuevo en camino hacia la Torre Celeste.

Surcó la gran avenida y cruzó después un par de calles hasta llegar a la plaza en la que se encontraba la entrada a la torre. En la plaza, a pesar de la hora que era, habían niños correteando y jugando apaciblemente entre los arbustos del parque. Miró de nuevo alrededor de la plaza y no pudo evitar volver a fijarse de nuevo en la bonita estatua que se alzaba en el centro de la plaza. Un majestuoso dragón preparado para alzar el vuelo con su jinete subido a su lomo fue todo lo que vio. Aquello le traía recuerdos de su infancia y le avivaba el deseo de convertirse en un ‘’alma celeste’’. Un caballero que defendía estas tierras a lomos de un dragón de monta. Aquello le llenó de una indescriptible euforia que le llevó de nuevo a reanudar su viaje.

Cruzó la enorme puerta custodiada por las majestuosas estatuas de dos dragones y por un par de guardianes y se internó en el interior de la torre.

Continuará. Y esta vez fijo que lo continúo jajaja

Mmm interesante y más te vale seguirla, capicci¿? no se porqué me da que la chica de algún modo no es humana XD y lo del gobierno mafioso...¿qué querrán del prota? ¿algo relacionado con dragones? ¿o simplemente achantarlo de alguna forma?.

tssss no esta mal carlitos no sta mal

Capítulo 1: El mensaje secreto.


Una vez dentro, cuando cerraron las inmensas puertas, la oscuridad engulló todo a su alrededor. Una única antorcha colgaba de la pared, justo encima de un guardia.
Este lo miró con desconfianza y dijo:

-¿Kadar?
-El mismo –contestó nuestro protagonista.

Kadar era su nombre verdadero, pero tenía otro. Le gustaba jugar a las cartas o a los dados con sus amigos del barrio, con la extraña suerte de que casi siempre ganaba, y por eso, le empezaron a llamar ‘’Kadar el azaroso’’. Pero con el paso de los años, derivó a Azar. “El destino me sonríe’’ decía entonces, divertido.

-Te esperan en la planta 23, -espetó de nuevo el guardia- sígueme.

Comenzaron a subir por las escaleras que parecían interminables. Pasaron por muchas plantas, a cada cual más extraña. Curioso, Azar se asomó a algunas habitaciones que tenían la puerta abierta, y todas tenían forma semicircular. Cosa que le extrañó mucho.

Aburrido de la interminable escalinata, se dedicó a contar escalones y entre piso y piso había siempre 27. Con una simple multiplicación, supo adivinar los escalones que le faltaban para llegar. Y eso lo abatió aún más.

Por fin llegaron a su destino. El guardia se despidió y volvió a bajar, mientras Azar lo miraba y pensaba lo duro que era aquel trabajo.

Se acercó a la puerta de la habitación (de madera noble, como no) y la aporreó un par de veces con el puño.
En unos instantes, que se le hicieron eternos, la puerta se abrió de par en par dejando pasar la luz que inundaba toda la estancia. La luz matinal le cegó durante unos instantes puesto que estaba acostumbrado a la oscuridad de las escaleras. Después de ese tiempo pudo fijarse en la inmensa habitación que se desplegaba delante de sus ojos.
Dos increíbles ventanales dejaban entrar los rayos de sol matutinos que irradiaban toda la estancia. En el suelo, frente a él, se extendía una enorme alfombra de color rojo sangre adornada con detalles en dorado. Y pegadas a la pared semicircular, unas enormes estanterías que contenían cientos y cientos de libros.

-Pasa, no seas tímido –dijo un hombre que se erguía de pie, mirando por un ventanal.

Azar se apresuró a entrar y se acercó al enorme escritorio que se hallaba justo en frente de las estanterías, de cara a la puerta.
Cuando atravesó un trecho de la estancia, un enorme estruendo se escucho detrás de él. Kadar, sobresaltado, se giró sobre sí mismo a la velocidad del rayo.
El ruido fue provocado por dos guardias al cerrar la enorme puerta, que ahora se encontraban custodiándola lanza en mano.
Una risotada cruzó la estancia. El hombre que miraba por el ventanal, al ver la extraña situación, le asaltaron unas ganas terribles de reír que no pudo refrenar.

-Bienvenido, joven. – dijo el hombre misterioso con una amplia sonrisa en su boca-. Mi nombre es Raum.
-¡Ah! Encantado.

Acto seguido se dieron firmemente la mano.
Así que ese era Raum. Azar lo había visto en carteles y demás propaganda electoral, pero no lo había visto nunca en persona.

-Veamos, te he convocado aquí para que visites al profesor que vive en la pradera, junto al río. Debes entregarle un mensaje urgente.
-¿Yo? ¿Por qué?
-Eres alumno del profesor – dijo acercándose al escritorio.
-Sí, pero hay más alumnos… y mejores.
-Pero quiero que vayas tú, es mi decisión –su rostro había cambiado. La amabilidad había dejado paso a la seriedad. Le daba miedo.
-En ese caso, aceptaré encantado.

Mentiroso.

-Perfecto, pasarás la noche aquí y al alba marcharás hacia el río. Te acompañarán un pequeño grupo de mis hombres. Los mejores, claro – ahora estaba sentado en la silla y tenía los codos apoyados en el escritorio, con las manos juntas.
-No hace falta señor, sé donde vive.
-¡He dicho que te acompañarán! No te olvides de quien manda.

Azar no sabía como responder, no era muy normal que alguien reaccionara así. No era para nada normal.

-Está bien señor – dijo Kadar finalmente.
-Así será entonces. Márchate, avisa a tus padres, estarán preocupados. Eso sí, no te alejes mucho, la torre cierra al anochecer. Más te vale estar aquí entonces.

Se levantó, se acercó al ventanal y continuó admirando la ciudad bañada por la luz de la mañana. Hizo un gesto extraño con la mano, indicando al invitado se marchara. Así lo hizo.

Una vez fuera de la torre, una ráfaga de preguntas cruzaron su mente ¿Qué era todo esto? ¿Qué contendría ese mensaje? ¿Y esa reacción desproporcionada? ¿Qué coño pasa? ¿Tendrá algo que ver con la inminente reestructuración? Era todo muy raro, incluso para los tiempos que corren.

Esto y más inundaba su mente mientras su silueta se perdía entre un mar de gente.

Continuará.

Woops! Al final se continuó ^.^ me ha gustado bastante, narras bastante bien.

Y creo que el viaje no será tan fácil como parece...si no, no lo acompañarían soldados...preveo batalla inminente.

Nuevas historias ^^ Evan, cada vez tenemos nuevos compañeros

Buena hsitoria, está interesting continuala, para ver como se desarrolla