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 Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]

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Veran

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Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Empty
MensajeTema: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime16/06/10, 11:16 am

Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Cronicas2titulo

Buenas! ^^

Visto el "tirón" que tuvo la serie online de Crónicas del Caos en su primera temporada cuando la colgué en el blog, el Yayteam (Kraric & Veran) se unió para dar a luz a una nueva temporada, aún inacabada. Como Kraric no puede pasarse por aquí tanto como quisiera, me encargaré de subir sus capítulos con los correspondientes créditos.

Género: Ficción/aventura/misterio/terror
Advertencias: +16 años. En desarrollo.
Agradecimientos especiales: Andreu Romero (ilustrador)
Sinopsis: ------------ (véase Crónicas del Caos: 1ª temporada).
Fecha de publicación: 2/Diciembre/2009 - actualmente.
Notas: No es obligatorio leer la primera temporada, aunque ayudaría bastante a conocer e identificar a los personajes. Entre ambas temporadas están los libros oficiales de por medio (concretamente el primero y el segundo), y tampoco se hace necesaria su lectura para sumergirse en esta obra.

Comenzamos ^^
----------------------------------------------------------------------------------------------

Specter Purify - Misión 002 - Código en clave: Alas Negras


El avión iba precipitandose cada vez más sobre la zona en cuarentena. Algo había impactado sobre el ala derecha y el rotor comenzaba a fallar debido a la acumulacion de años y daños, que hacían que lentamente el queroseno se quemase a una velocidad alarmante.
Yo solo era un viejo estúpido nacido en Gales, alguién al cual habían pagado un grupo de extraños chavales para que les llevara a una zona de pastos del parque Yorkshire Dales para que saltarán en paracaidas. Sonaba extraño dadas sus características, pero la inmensa cantidad de dinero que pagaron fue suficiente para que mis dudas fueran transformadas en libras. El problema tras haber empezado a llegar a la zona fue el aviso del ejercito diciendo en todos los canales que la zona era un espacio protegido, y que violaba el protocolo de cuarentena que había sido llevado a cabo en él, y que como consecuencia directa para mi, el piloto, la carcel durante dos años, sería mi destino si no cesaba en mi avance hacia el centro del parque.
Viré todo lo rápidamente que mi vieja avioneta me permitió, pero entonces un fogonazo de luz verde procedente del suelo por poco impacta en el avión. A estas alturas estoy comenzando a "planear" para poder llegar a tierra sano y salvo, pero tras echar una mirada hacia atras y ver a todos los jovenes preparados para saltar grito una maldición y les grito que salten en este mismo momento...
Reparo en la que parece ser la jefa, en la que les dice de forma profesional que salten... Me sonríe... Y de forma escalofriante veo unos ojos rojos que desde su cara me miran, a la par que comienza a decir mientras me tira el paracaidas...

-Tomalo mortal... yo para nada lo necesito...

Solo acerté a verla saltar sin paracaidas de espaldas haciendo un gesto obsceno con los dedos de ambas manos.

__________________________________________________

El salto fue mejor de lo que pensaba. Todos los miembros de mi equipo en formación de estrella perfecta, sobrevolando la zona desde lejos aun me miraban al principio curiosos después atónitos... todos excepto Dimitri. Nicole, esa chica castaña se intentaba acercar a mi a toda prisa con la ayuda de Brunoi mientras las otras dos integrantes, Ashley y Hyassa, preferían prepararse para la misión dejando mi salvamento en las manos expertas de los demás.

-Veran... ¡el paracaidas se te ha olvidado! -me gritaba Nicole mientras agitaba los brazos frente a mi. Rápido acercate a mi... -añadió con su mayor esfuerzo mientras caíamos a toda velocidad a cientos de metros de altura.

-5 minutos para la entrada... ¡Todos preparados! -gritó Dimitri con gesto feliz mientras daba vueltas en el aire a la par que hacía girar la pequeña pistola que tenía en sus manos. Formación de estrella.

Las ordenes se admitieron de forma incuestionable por todos excepto por Ashley que dejando patente que no me seguiría, se alejó de nosotros en picado, queriendo caer en el epicentro de la catastrofe.
Lo que antes había sido un hermoso paraje natural, ahora parecía ser arrasado por una marea de caos verde, que resplandecía ante mis ojos, mientras devoraba todo tipo de vida, dirigido por los puntos marron rojizo del mismo centro.
Poco duró la tranquilidad, pues como si de antiaereos se trataran muchisimos "rayos" iridiscentes comenzaron a surcar el cielo en nuestra dirección siguiendo la trayectoria de la maldita Ashley. No hubo problema pues ninguno de ellos era efectivo contra nosotros, seminmortales, y Dimitri, que era el más vulnerable, se había desecho de los suyos tras tres disparos que lo desviaron de la dirección oportunamente hasta una posición privilegiada para su posición de francotirador, hiriendo su orgullo de guerrero cuerpo a cuerpo.
Todos los demás abrieron los paracaidas excepto Dimitri y yo, dadas las circunstancias. Le reconozco su valentía, pues 20 segundos después podría estar hecho pure en el suelo si no hubiera tirado de la anilla.
Cayeron lentamente todos mientras yo, mirando el suelo con desprecio hice algo de lo que ahora me siento orgullosa, pero que antes consideraba "desagradable"... abrir mis alas rojas.
Mientras mi caida se frenaba gracias a planear cuidadosamente, una invocación venía a mis labios casi a la par que Osiris, mi guerrero más fiel, caía pesadamente al suelo, curiosamente a la par que Ashley, creando un hermoso crater desprovisto de criaturas.
La vorágine que se creó a partir de entonces solo puede ser descrita por partes.
Ashley a pesar de su frágil apariencia de niña pequeña, desprotegida, de carita redonda, ojos azules y unos hermosos bucles rubios que llegaban hasta la altura de su espalda sabía como desempeñar misiones peligrosas; pues sus rasgos ocultaban una maestra de tercer dan en mas de nueve artes marciales, que potenciaba cada musculo de su cuerpo con caos para obtener, una fuerza más propia de un titan que de la hermosa muñequita de porcelana que aparentaba ser. Ella y Osiris derrotaron sin más ayuda que sus puños a una de las legiones de espectros que servían de avanzadilla y por sorprendente que parezca a una de las mutaciones más peligrosas que estos pueden tener al absorver vida, una Hydra. A la cual la pequeña arrancó con sus propias manos el corazón antes de que yo siquiera pudiera tocar el suelo.
Nicole, timida y tranquila, y la que mejor me caía del equipo en su parte femenina, parecía una chica cercana a mi edad, y de gustos similares a los mios, castaña de ojos verdes y enormes, siempre insaciable en cuanto a la lectura. Tenía el poder de potenciar cineticamente todo su cuerpo hasta alcanzar velocidades cercanas a los 180 kilómetros por hora, golpeando si quería a cientos de oponentes en un instante. De ella fué la misión de asegurar el perímetro, y asegurarse de que ningún espectro escapara, cosa que no solo cumplió con exito destrozando a espectros por doquier sin más ayuda que sus guantes imbuidos, sino cercando cada vez más a los asquerosos fantasmas corruptos.
Brunoi, el enorme y amable chico ruso amante de los animales, de ojos sorprendentemente negros que contrastaban fuertemente con su pelo rubio claro, y de musculatura sobrepotenciada por su terrible poder, la implosión. Usando el terrible don destructivo de explotar a voluntad, para regenerarse segundos después, acabó con las enormes formaciones de aberraciones convertidas en demonios sanguinolentos, más parecidos a zombies gigantescos.
De Hyassa solo sé que tras la tela que cubre su rostro se oculta una piel de ebano y unos enormes ojos negros. Desconozco aun su poder ya que no pude verla debido a las desapariciones que produjo en el campo de batalla junto con grupos de entidades que parecían "dirigir" inutilmente a sus congeneres, dejando el gigantesco ejercito sin dirección.
Y finalmente mi segundo oficial, el intrigante Dimitri. Alto, enjuto, de cabello moreno que le cae graciosamente sobre la pálida cara, casi ocultando sus traviesos ojos azules con los que siempre parece observarlo todo con curiosidad antes de descansar en un sitio tranquilo mientras escucha algo de música. Tras su enorme vulnerabilidad al daño producido por el caos en todas sus formas, se ocultan dos dones únicos impresionantes... la posibilidad de convertir su propio cuerpo en cualquier arma mediante la cual dispara o utiliza caos contra el enemigo, y su visión "astral" mediante la cual puede localizar y ver cualquier objetivo digno de ser llamado como tal.
Pocas bajas enemigas se le atribuyeron en la mision, pero al mismo tiempo parecía estar cubriendo desde una posición aventajada a todo el equipo con sus disparos, abatiendo enemigos que parecían querer dañarnos con apenas un movimiento de su brazo.
En cuanto a mi, Veran... comandante en jefe de la divisón de fuerzas especiales de la orden de Corver, cualquier información relacionada con mi poder se resume en alto secreto, pero como bien poco me importa, soy invocadora y guerrera a dagas de codo, las cuales son herencia directa.
Y a partir de un punto, poco recuerdo de la misión salvo haber gastado todo mi caos en... purificar.

_______________________________________________________

Los fantasmas, espectros y los peores seres del mundo oculto se cernían sobre las praderas del parque natural, obligando a la Orden a movilizar incluso a humanos para proteger a la gente mientras que su equipo llegaba.
Cayendo sobre la hecatombe los miembros sembaron el caos sobre unas filas muy bien organizadas para tratarse de seres con tendencia a moverse en solitario. Veran usaba las cuchillas contra aquellos seres cortandolos mientras estos simplemente atacaban como si de mortales se tratara, sin usar una pizca de caos, sin que parecieran tener interes en usar ningún poder. Osiris peleaba a su lado de forma cruenta protegiendola a la par que se escuchaban terribles detonaciones, disparos repetidos, algún que otro grito y sobre todo lo demás sonido de batalla.
Las horas pasaron hasta que casi ninguno quedaba ya en pie, mas todavia los espectros más poderosos quedaban en el centro de lo que antes era una formación.

-¿Qué vamos a hacer? -preguntó de repente Dimitri mientras sesgaba la cabeza de uno de los zombies que pretendían morderle. Ordenes señorita Veran

-¿A mi qué me dices? -fue lo primero que contestó, lo primero que le vino a la cabeza. Atacaremos el centro y lo que quiera que haya dentro.

Mas todo fue inutil, pues esta vez un ejercito de armaduras reanimadas, comandadas por tres tenebrosos caballeros les hacían retroceder hasta casi rodearlos. Todos lucharon valientemente hasta que Veran alzó las manos casi instintivamente, y ordenandoles que agacharan gritó:

-Protegedme mientras que preparo el ritual...

Los demás se alzaron entonces con fuerzas renovadas, como si la confianza en la misión hubiera sido restaurada. Golpes les llovían de todos lados, provenientes de espadas que no habían sido blandidas en siglos, de escudos que acosaban en vez de proteger, de caballeros que dejaban su reino por hundirse en un infierno de esclavitud reanimada. Pasaron varios minutos, ya las heridas pasaban factura a todos, pero su jefa necesitaba algo más de tiempo para lo que pretendiera hacer... levitando con las alas rojas envolviendola, mientras con los ojos cerrados susurraba nombres perdidos en el tiempo.
Cuando todos estuvieron en el suelo de rodillas esperando el golpe de sus terribles enemigos, se dieron cuenta de que habían ganado... en cuanto escucharon a Veran decir en voz alta:

-Arcangeles supremos de la jerarquía: Metatron, Ra Ziel, Miguel, Rafael, Zaquiel, Haniel, Kamael, Zaquiel, Zafkiel, Saldaphon y Eleksarpé concededme por vuestro pacto de sangre, el poder para purificar este mundo de pecado... "PURIFICARE"

________________________________________________________

Día 25 de Noviembre:
Informe Operación en clave Specter Purify por parte del comando Alas Negras.


Tras perder el contacto con el equipo se procede a su observación desde un espacio prudencial. Ante lo cual se va observando sin novedad como se desarrolla la batalla durante unas 4 horas aproximadamente.
Tras lo cual, el ataque por parte del reducto más fuerte del enemigo reduce al equipo en una sola zona en formación circular alrededor de la comandante Veran.
Los enemigos, considerados de clase espectral Ω son efectivamente demasiado fuertes para el equipo, por lo que se procede a avisar a los inmortales para su inmediata salida. Se tratan de 6 Dullahan mutados de caos corrupto puro, así como una pesadilla que les guía.
Se procede a organizar el grupo de recogida de cadaveres para cuando el grupo de operaciones especiales caiga, debido a la incapacidad de extraerlos de forma segura...

A las 19:25 se produce un fenomeno sin precedentes... Unas enormes alas blancas surgen de la figura de la comandante Veran envolviendo al grupo en pleno.
Acto seguido 11 figuras aladas surgen de un halo de luz alrededor del area de acción del equipo arrasando mediante un extraño fuego de color blanco toda el area alrededor de un kilómetro a la redonda, en el cual caimos el equipo de observacion, sin sufrir daño alguno.
Bajas enemigas: Absolutas
Creemos que la comandante Veran invocó algo para llevar a cabo el exorcismo masivo de la zona, lo cual debe clasificarse debidamente.
La zona se haya restaurada al completo no pareciendo siquiera que el enemigo haya existido.

20:30 El equipo de Alas negras, llega portando a su comandante al parecer agotada por el esfuerzo. No se aprecian heridas en ninguno de ellos, y se procede a su extracción mediante helicoptero hacia la central de Corver más próxima.

Se ruega se proceda con especial precaución con la Comandante y su poder de ahora en adelante.
Este documento se haya ahora bajo tratamiento de confidencialidad Alpha y cualquier revelado de su contenido a personal no autorizado se interpretará como Alta Traición, cuya pena es la muerte mediante decapitación según las normas de la Real Orden de Inmortales y Seminmortales Corver.

Fin del documento

-----------------------------------------------------
Autor: Kraric.



A la caza de Fobos - Misión 003 (I parte)
A la caza de Fobos - Misión 003 (II parte)
A la caza de Fobos - Misión 003 (III parte)


Última edición por Veran el 23/06/10, 12:05 pm, editado 3 veces
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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime16/06/10, 03:06 pm

muy buen trabajo veran. nunca pense qe ocurriria algo parecido y quien iba a pensar que veran era invocadora XD. si necesitas alguna cosa para esta temporada o la siguiente (e leido qe estaba incompleta) no dudes en pedirme ayuda y intentare ayudarte en lo que pueda.
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Darkspinus

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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime16/06/10, 03:19 pm

Muy buen capi.
Ya veo que éste lo escribió maister Kraric.
A ver cuándo se pasa por estos lares.
A lo que iba: vaya cambio. Veran con un equipo de élite, y encima enfrentándose a todo tipo de monstruos raros. Fu.
Muy bueno, of course.

Un saludo malvado.
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Veran

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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime17/06/10, 10:31 am

A la caza de Fobos - Misión 003 - Código en clave: Alas negras (I parte)

.................................

El reloj de la plaza central dio las 12 puntualmente, como cabría esperarse. Era lunes, y la calle estaba desierta. Aquella aún lo estaba más, ya que en el plan de rehabilitación del casco antiguo incluía la remodelación completa de aquella zona: desmontarían aquellas casas viejas, cerradas y de ventanas tapiadas piedra a piedra junto al gran almacén de los años cincuenta de tres pisos, y luego los volverían a montar usando los mismos materiales pero con alguna ayudita moderna.


Sin embargo, el proyecto estaba parado. Y desde hacía una semana, ni siquiera los obreros se acercaban por allí, lo cual era una suerte.


Ashley, Nicole y Hyassa se habían adelantado, y aguardaban al resto ante el almacén. La fachada, mugrienta y vacía, estaba desolada, con desconchones por todos lados, nos miraba con sus ventanas tuertas. Dimitri discutía conmigo en voz baja algunos detalles y Brunoi, el seminmortal ruso, cerraba nuestra marcha vigilando cada extremo de la calle.


- Ya podrían haber puesto algo de vigilancia, o a alguien que se asegurase de verdad que no se acercara nadie… -me quejaba a Dimitri.


- Es entre semana, ni los niñatos salen a buscar juerga –me tranquilizaba mi segundo.


- Qué bien manejas el vocabulario callejero, Dimitri. Me sorprendes.


- Pareces enfadada…


Mis gafas de sol se escurrieron hasta la punta de la nariz para dejar sitio a una mirada helada que acalló su curiosidad. Por fin, llegamos hasta las chicas. El grupo formó un círculo.


- Bien; nuestro objetivo –empecé a explicar tras frotarme las manos. Empezaba a refrescar y nuestros alientos formaban pequeñas nubes de vaho – se llama Jet. Nuestra misión es detenerle y llevarle de vuelta a organización. Vivo o muerto.


- ¿Cuál es su don? –preguntó Ashley mirándose las uñas y carcomiéndoselas un poco.


- Ilusión. Veais lo que veais, dudad. Para reconocernos entre nosotros, haremos esta señal –Dimitri se rascó la oreja izquierda para indicarla.


- ¿No creéis que estar aquí, hablando de lo que vamos a hacer, hará que nos descubra? –siseó Hyassa haciendo un leve movimiento con la cabeza para señalar el edificio.


- Sabe que vamos tras él incluso antes de llegar. Los agentes anteriores que lo han intentado nos han quitado el factor sorpresa. Así que solo nos queda la fuerza. Somos muchos, y somos buenos. ¿Alguna duda?


- ¡No, señora! –respondió Brunoi con su vozarrón, encuadrándose.


- Ninguna –respondió el resto con menos entusiasmo y metidos en situación.


- ¿Y a qué esperamos?


Conocíamos la existencia de una ventana rota en el piso inferior, en un costado del edificio que podía servirnos de acceso. Dimitri le dio a Brunoi algunas ordenes en ruso, y el chico rubio quedó el último esperando a que el resto entrase y asegurándose de que no había ningún testigo de nuestra fechoría.


En el interior, la oscuridad estaba salpicada de manchas luminosas procedentes del exterior que se colaban por entre los tablones que cubrían puertas y ventanas. El olor a cerrado, a polvo, a viejo, a cera e incluso a heces hizo que Nicole frunciera el ceño y se tapase la nariz.


Podíamos adivinar que estábamos en una estancia bastante grande, que ocupaba prácticamente todo el piso. Se conservaban algunas cajas, bultos oscuros de siniestras formas que asemejaban monstruos. El suelo que pisábamos estaba hecho un asco, lleno de basura. En la pared, relucía un graffiti hecho con fosforescente, que brillaba en la oscuridad tenuemente con un tentáculo invertido y frases en latín rodeándolo.


- Parece reciente –susurró Dimitri –Pero es falso.


- Esperemos no encontrarnos a ninguno de esos falsos sectarios –respondí.


Con señas, indiqué al grupo que avanzara en formación y con precaución, alerta a cualquier seña. Al llegar a un extremo de la sala, encontramos un rellano con dos escaleras: de subida y de bajada. Indiqué al grupo que se separase y buscasen por ambos lados: Dimitri, Ashley y Hyassa hacia arriba; Brunoi, Nicole y yo hacia abajo. En hora y media fuera.


Vimos marchar a Dimitri y los suyos escaleras abajo. Nicole tenía un extraña y sombría mirada al verle marchar, pero desapareció fugaz en cuanto la oscuridad se los tragó.


Empezamos a descender, sin respirar siquiera para no levantar ningún ruido. Nicole se quedó atrás, vigilando la retaguardia, y Brunoi avanzaba a mi par, aunque su tamaño a veces le obligaba a tener que agacharse para no chocar contra algún madero medio caído.


Conté los escalones, sumidos en las tinieblas, guiándonos tanteando contra la pared y la barandilla. El aire era cada vez más asfixiante, y necesitaba centrarme en cualquier otra cosa que me despistase de mi miedo. No podía ver a mis compañeros, pero si escuchar el leve susurro que sus prendas levantaban al caminar y los aromas mezclados de ambos.


Tras cuarenta y seis escalones, llegamos al final, un rellano cerrado con una puerta arrancada de sus goznes que daba paso a más negrura. Nuestros ojos, acostumbrados durante el trayecto a la falta de luz, divisaron algunas sombras que no se movían. Olía a agua estancada y a suciedad. Al tocar la pared, percibí el tacto de algo metálico, que pronto reconocí como una enorme tubería que traspasaba la pared y continuaba hacia el insondable fondo.


Brunoi entró primero después de pedirme permiso con un gesto, para asegurar el terreno. Con una agilidad sorprendente, rodó por el suelo y se escabulló hasta esconderse tras un bulto grande, desapareciendo de nuestra vista. Nicole ocupó su lugar a mi lado, aguardando, mordiéndose el labio inquieta y con una mano en la funda de su daga.


No se oía absolutamente nada. Y eso me ponía nerviosa a mi también. Temí por aquel inconmensurable soldado ruso. Se encendió en mi una creciente sensación de peligro inminente que me erizó el vello de la nuca.


Y el grito de Brunoi que se apagó cuando una puerta se cerró confirmó mis sospechas…


* * *


El grupo de Dimitri subió en completo silencio y con cautela, sin mirar atrás ni una sola vez. El líder contagiaba a sus dos compañeras con una increíble sensación de tranquilidad que alivió sus tensiones y las ayudó a mantenerse firmes, expectantes y alerta. Se encomendó a su dios mentalmente para lograr tal hecho, alejando así todas sus dudas y miedos, dejando libre su consciencia y lista para cumplir su trabajo como profesional que era.


Ashley tomó ventaja y Hyassa la seguía de cerca. Ésta última jugaba con algo diminuto entre sus dedos, moviéndolos con presteza y lista para usarlos. De Ashley emanaba un poder tremendo, enfocándose lentamente en sus músculos.


Dimitri sintió que algo le caía en el pelo, embadurnándole. Una especie de polvillo fino que se escurrió por el parche que cubría su ojo izquierdo hasta intentar colarse en su nariz. Respiró por la boca evitando estornudar, y miró con curiosidad el techo. Tablones de madera intentaban sujetar el tramo de escalera que tenían encima, sin mucho éxito. El madero chirrió, quejándose y alertándoles. Llevaba años ahí, y no pudo aguantar un segundo más: se partió en dos dejando caer consigo la escalera a pedazos.


Dimitri no gritó. Apartó de un fuerte empujón a las chicas de la trayectoria de las rocas y luego se echó hacia atrás rápidamente. Escuchó el grito ahogado de Hyassa y el chillido agudo de Ashley al ver el derrumbamiento formando una espesa e impenetrable cortina entre ellas y el seminmortal con un estruendo horrible. Hyassa cogió a Ashley casi en volandas, y saltó grácilmente cinco escalones más arriba. Ashley pataleó hasta zafarse de su agarre, consiguiéndolo a la par que el desprendimiento cesaba, y corrió hasta los restos casi trastabillando.


- ¡Dimitri! –los bloques de piedra les habían cerrado totalmente el paso, llegando hasta el siguiente piso sin dejar ningún hueco, ni por arriba ni por abajo ni por los lados, por el que esquivarlo -. ¡¿Estás ahí?! ¡Dimitri!


- ¡Tranquilas! –contestó el chico alzando la voz para poder hacerse oír a través de la piedra –Estoy bien. Me aparté a tiempo. ¿Os ha alcanzado?


- No, señor –informó Hyassa bajando un par de escalones -¿Qué hacemos ahora?


- Seguid. Buscaré un camino alternativo para reunirme con vosotras lo antes posible. Recordad el objetivo, y no uséis caos para llamar su atención hasta que no sea absolutamente necesario.


Hyassa no respondió. Bajó la cabeza en señal de aceptación, y echó a andar escaleras arriba. A Ashley le costó más arrancar. Vio que Hyassa se alejaba cada vez más, pero no quería dejar a Dimitri allí. No quería seguir sin él. Dimitri lo supo, aunque no pudiera verla.


- Ashley, estaré bien. Pronto volveré contigo –le dijo de forma protectora, bajando la voz –Sigue a Hyassa, por favor.


Ashley emitió un gruñidito de obligada resignación, ocultando lo que dijo entre dientes y que solo Dimitri entendió. Un “ten cuidado” que nadie se esperaría de ella, antes de seguir la marcha y alcanzar a Hyassa.


Dimitri contó hasta cinco mentalmente antes de intentar hacer nada. Tenía ganas de maldecir, pero si lo hacía estaría cometiendo un pecado demasiado grave. No se maldice. Nunca. Su dios se enfadaría muchísimo si lo hiciera.


El joven seminmortal comenzó a bajar las escaleras. El ruido del derrumbamiento habría llamado la atención de su objetivo seguro, pero el piso estaba que se caía a pedazos y, después de todo, no estaban tan fuera de lo normal. Pensó en un arma lo suficientemente potente como para destrozar la roca misma, y esta se materializó ante sus manos esperando su inyección de caos para ponerse en marcha.

..........................................................

Autora: Veran
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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime18/06/10, 12:14 am

Buen capi.
Pero me temo que ya sé lo que ha ocurrido...o lo imagino.
Mis dudas se confirmaran en el próximo capi, supongo.

Un saludo malvado para tí y para Kraric.

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Veran

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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime22/06/10, 10:15 am

A la caza de Fobos - Misión 003 - Código en clave: Alas Negras (II parte)

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Brunoi se apegó a la pared izquierda, separándose de las chicas, y se adentró en la sala. Sus ojos, adaptados a la tiniebla, podían percibir los muebles destrozados, los maderos podridos colgando del techo y tirados por el suelo. Estaban diseminados casi de forma estratégica, como auténticas minas. Avanzó de puntillas, muy pendiente de su alrededor. Las siluetas de Nicole y Veran ya quedaron demasiado lejos, ni siquiera podía ver la puerta por la que había entrado. Sentía su propio sudor frío resbalando, gota a gota, por su frente y espalda. O hizo evaporar enseguida y continuó su exploración.


El resto del grupo había quedado lejos, pero no se sentía solo. En ninguna misión se había sentido solo yendo con ellos. Siempre le acompañaba un sentimiento agradable, una seguridad que nunca antes había sentido. Sin embargo, y aquello era lo que más le escamaba, aquella vez no era así.


No se sentía solo, pero casi preferiría estarlo. Sentía una presencia no grata. Más bien, pensó el ruso, más de una presencia extraña.


Su mente, clara durante las misiones, entrenada, se distrajo una milésima de segundo. Regresó a las pesadillas que se le repetían noche tras noche, en blanco y negro, con más negro que blanco: un grupo uniformado rodeándole. Él, rodeando y ocultando en sus brazos a una figura bajita de cabellos rubios.


Brunoi despertó al recibir un brusco empujón con una fuerza inusitada. Brunoi gritó cuando su espalda chocó y rompió la pared, cayendo entre una lluvia de cascotes sobre el suelo duro y sucio de una habitación paralela. El cemento se le coló por su nariz y garganta, formando una pesada telaraña. Tosió mientras se quitaba aquella masa uniforme de encima y buscaba la salida. Percibió el hueco por el que había entrado, pero estaba bloqueado: una figura lo estaba bloqueando.


Intentó gritar, advertir al resto del grupo, pero no podía respirar siquiera. Los contornos de aquel obstáculo se fueron concretando hasta formar una figura humana, mucho más baja y enclenque que él. Sus dientes fueron la única luz en su oscuridad, al sonreír y mostrárselos todos chasqueando los dedos, antes de desaparecer del campo de visión de Brunoi.


Su chasqueo había sido como frotar una cerilla y lanzarla a la pira. Una chispa saltó de sus dedos y se deslizó al suelo, encendiendo un fuego que rodeó en círculo a Brunoi formando un cerco impenetrable a su alrededor. Brunoi, con toda tranquilidad, escupió la maldita flema que no le dejaba ni respirar y sonrió. ¿Ese seminmortal pensaba que podía pararle con fuego? ¿A él?


Chocó sus puños y caminó despreocupadamente hacia las llamas. Iba a atravesarlas y no iban a hacerle ningún daño.


Pero cuando solo le quedaba un paso de distancia, de entre las llamas surgieron unas figuras humanas que le hicieron retroceder. Intentó traspasar otro punto del círculo de fuego, pero por allí había más individuos. Lo intentó por otra parte, y se topó con más. Estaba rodeado, no solo por fuego, sino también con personas. Personas que, cuando se cerraron el cerco a su alrededor, sus rostros quedaron iluminados por la luz del fuego danzarín.


Brunoi se quedó de piedra. Perdió totalmente la concentración, y un pitido ensordecedor acudió a su cabeza, bajito pero insistente. A su lado derecho vio soldados uniformados, soldados alemanes con los rostros destrozados a golpes y quemados. Luego había otros, también uniformados, pero con menos seriedad. Ropas oscuras y ajustadas, con un símbolo no escrito en los libros de historia de ninguna parte, aunque ligado a una banda terrorista. Sus caras, más reconocibles para el soldado ruso, estaban también molidas a golpes y ennegrecidas. Y para cerrar el círculo, el líder de aquella banda, mirándole con sorna bajo su máscara de carne carbonizada. Fijándose un poco mejor, a cada miembro de aquel escuadrón mortal le faltaba alguna extremidad. El líder en concreto, solo tenía una pierna, su torso y su cara. Y todos ellos aún chorreaban sangre, aun mantenían los jirones de piel, músculo y huesos que había dejado el fortísimo tirón que se había llevado parte de sus cuerpos. Todos aquellos hombres le miraban fijamente, con una expresión de reproche en sus ojos, y el líder le señaló. Con voz gutural, dijo algo en el idioma natural del seminmortal que le heló la sangre: “Mira lo que nos has hecho, monstruo… y delante de inocentes.”


El pitido que Dimitri oía dentro de su cabeza fue in crescendo conforme recordaba aquellas caras, conforme rememoraba como habían acabado así.


Sus recuerdos no daban mucho de si. Recordaba que estaba rodeado de soldados alemanes, encerrado en un bunker, recluido en un pasillo estrecho y con una mujer en sus brazos, malherida, también uniformada con la banda característica de las SS. La primera tanda de disparos la había dado solo a ella, ya cansada después de combatir contra Brunoi. Para él, había sido la primera vez que alguien le plantaba cara así. Que alguien duraba más de una explosión, más de un puñetazo. Y él se había llevado cortes, arañazos e incluso puñaladas salidas de ninguna parte que le habían hecho sentir vivo. Había sido un combate justo, en el que ninguno de los dos, ni él ni ella, salió ganador. Al terminar, los dos agotados, jadeantes del esfuerzo, la chica tiró sus armas al suelo en señal de rendición, y mirándole fijamente a los ojos, le suplicó algo que el maldito pitido y silbar de las balas había enmudecido. Antes de que su cuerpo cayera al suelo, Brunoi ya la tenía en sus brazos, y como una auténtica mole indestructible, avanzó entre los soldados enemigos y disparos sin importarle los daños, protegiendo con su enorme corpachón a la chica. A partir de ahí, no había más imágenes, sino sensaciones: dolor en sus nudillos y puños, sonidos de huesos destrozados, chisporroteos y explosiones ensordecedoras. Y luego, el silencio.


El grupo terrorista. Entre ellos había un seminmortal, y no contaban con él hasta que fue demasiado tarde. Consiguieron reducirle y encerrarle junto a la chiquilla de tirabuzones rubios en un cuarto oscuro, sin agua ni comida. La chica era fuerte, pero él no iba a dejar que viviera una situación así por mucho tiempo. Provocó al grupo, y cuando se presentaron y decidieron acabar con ellos allí mismo, el pitido se hizo de nuevo más fuerte, y, al igual que en el recuerdo anterior, no hubo más imágenes: golpes, estampidos, dolor… muerte. Y luego, el silencio.


El grupo cercó aún más el trecho a su alrededor. Atravesaron el fuego sin muestras de dolor, como si fueran espectros. Brunoi, a oscuras, solo y en peligro, volvió a escuchar ese viejo pitido, ensordecedor y tan fuerte que le llegaba a cegar. Intentó resistirse, sabía que pasaría a continuación e intentaba evitarlo.


Bajó la vista al suelo para evitar mirarles y evitar así perderse totalmente. Pero fue un error. Cuando respiró hondo y se sintió más sereno, habiendo acallado aquel molesto pinchazo sónico, alzó de nuevo la cara para encontrarse con las dos mujeres, las dos chicas que habían protagonizado los recuerdos más fuertes y duraderos que había en él. El grupo de terroristas y soldados alemanes prestaban ahora su atención a ambas, y las apuntaban con todo tipo de armas. El pitido hizo acto de presencia con su máxima intensidad.


Y ya no hubo más imágenes.


* * *


Ashley se reunió con Hyasa en la escalera superior sin mirar atrás. Una se pegó a la barandilla, y la otra a la pared, expectantes. Hyassa examinó el rostro de su compañera, y le alivió descubrir que no había ni rastro de debilidad, pero si de cierta frustración. Ashley mantenía una mueca extraña, como de niña pequeña que le habían negado algún capricho. La asesina suspiró bajito, esperando que Dimitri superase aquel bloque de piedra que les había separado cuanto antes y pudiera restablecer el orden como solía hacer su sola presencia.


Llegaron hasta el piso superior. Ya no había más escaleras, y aquella zona era la más dañada de todas por las que habían pasado. El suelo se había estado cayendo a pedazos a lo largo de los años y para pasar, apenas tenían una simple tabla o incluso nada. Hyassa fue en cabeza una vez su mirada hubo recorrido el cuarto que ante ellas se abría. Ashley la siguió de cerca, escudriñando cada esquina. Ambas permanecían alejadas de los rayos de luz que conseguían traspasar las ventanas tapiadas de aquella planta y que las ayudaba en su búsqueda. Con todos sus sentidos puestos en ello, ninguna encontró lo que estaban buscando: no había caos, no había absolutamente nadie ni nada. Aquel lugar estaba vacío incluso de alimañas.


Hyassa se volvió para anunciarle a Ashley que regresaban al rellano principal, cuando lo vio a espaldas de ésta. Un individuo de su misma altura, oculto en las sombras y que se movía como un felino entre ellas.


- ¡Detrás! –fue su grito de advertencia.


Ashley se agachó, girando sobre sí misma como un trompo dando una patada al aire mientras por encima de su cabeza volaban dos agujas envenenadas en dirección al desconocido, que las esquivó por poco y chocaron contra la pared.


Sabiéndose descubierto, el individuo abandonó todo sigilo y saltó sobre ellas. Hyassa se esfumó ante sus ojos mientras Ashley se levantaba y le lanzaba una ráfaga de puñetazos en su dirección. El conseguía esquivarlos por muy poco, e incluso hubo alguno que chocó contra su rostro y le hizo retroceder lo suficiente hasta situarle en uno de aquellos rayos de luz que se colaban por las grietas.


Ya podía ver a aquel seminmortal, y su visión dejó a Ashley paralizada y conmocionada.


Era ella misma. Su propio reflejo, en carne y hueso. Con sus mismos pantalones oscuros, su misma blusa y su mismo chaquetón. Con la misma expresión de shock.


La visión duró poco. La cara de Ashley se llenó de sangre cuando una de las agujas de Hyassa acertaron en el blanco, la cabeza de su reflejo, que puso la mirada perdida antes de caer suavemente al suelo, sin levantar más ruido que el de sus ropas susurrando al rozar contra las frías losas.


Ashley tuvo un deja vu. En su retina se había guardado esa misma caída, de esa misma persona, aunque el escenario era bien distinto. Era una casa grande, muestra del increíble poder adquisitivo de la familia, y el fuego se propagó deprisa. No le costaba subir las escaleras, bajar al sótano ni penetrar en las habitaciones principales. Tampoco tardó en encontrar a los criados, a sus padres y a las dos chicas.


Las gotas de agua no se parecían entre ellas tanto como esas dos hermanas. Incluso sus rizos rubios se doblaban los mismos grados que la otra. Y esos rizos rubios se convirtieron en ceniza ante los ojos de Ashley. Sus ojos perdidos, su boca enmudecida, ya ni siquiera podía seguir gritando de dolor por las lenguas de fuego que se alimentaban de la tersa y suave piel de su pequeño cuerpecillo. Las hermanas se miraron una última vez, hasta que cayó, al suelo hundida en el crepitar de las llamas.


Y aquella vez, había vuelto a morir. Delante de ella otra vez. Sin que Ashley pudiera hacer nada. Aunque aquella vez, podía hacer una excepción…


La rubia se giró hacia Hyassa, que la miraba esperando a que reaccionase de una vez.


- Vamos, ese seminmortal esta cerca –dijo Hyassa sin saber interpretar la mirada penetrante de su compañera.


- No has tenido compasión ni aquella vez ni esta… ¡Ella no había hecho nada! ¡No tenía nada que ver!


- ¿Qué? Ashley, tenemos trabajo que hacer. Ese tipo es un…


Hyassa no pudo seguir hablando. Ashley arremetió contra ella con todas sus fuerzas, chocando su cabeza contra el pecho de Hyassa, quedándose esta sin respiración. Como un toro enfurecido, Ashley la arrastró hasta la pared, haciendo un enorme boquete.


El aire frío de la calle no la despertó. Ashley golpeó con sus puños a Hyassa cargándolos todo lo que podía, mientras caían un piso. Y otro. En el segundo, Hyassa consiguió llenar sus pulmones de aire y su propia sangre que se le escurría por la nariz como un río, y reaccionó. Ashley se vio dándose puñetazos con el aire, y un instante antes de chocar contra el techo de un anexo del edificio, Hyassa apareció tras ella e intentó inmovilizarla con una llave. Ashley pugnó por librarse, pero el golpe contra la teja fue más fuerte y ambas cayeron medio inconscientes en el suelo, pero vivas.


Ashley rodó por el suelo, separándose de Hyassa. La sien empezó a sangrarle por el golpe, pero se limpió con la manga y esperó a que Hyassa se levantase para continuar. La chica de la piel de ébano se levantó a duras penas, con la cara y su ropa manchada de sangre. Gimió de dolor al apoyar el talón en el suelo, y cojeó al intentar moverse.


Ashley se enfureció más cuando a sus oídos llego con la misma claridad que aquella vez el crepitar del fuego y el olor a quemado. Al buscar el origen, vio un círculo de fuego que rodeaba a Brunoi, encogido sobre si mismo y con la mirada enloquecida clavada en ellas. Las chicas se miraron entre sí. A Ashley se le quitaron todas las ganas de venganza. Conocía aquella mirada.


Era el anticipo a una carnicería.


Brunoi gritó. Fue un aullido inhumano, cargado de rabia e ira, y que terminó con una risa histérica y estruendosa que les heló la sangre. Y antes de que pudieran darse cuenta ni hacer nada, ya le tenían encima.
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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime23/06/10, 01:23 am

Lo imaginaba.
Pero lo que decía aún no se ha confirmado del todo,xd.
Buen capi, sin embargo.
El malvado utiliza los recuerdos de los personajes contra ellos mismos y sus compañeros.

Un saludo malvado.
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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime23/06/10, 12:03 pm

A la caza de Fobos - Misión 003 - Código en clave: Alas Negras (III parte)

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La locura de Brunoi era imparable. En su estado, sus instintos más básicos eran los más oscuros. En su ojos no quedaba humanidad, pero si una sed de sangre que le instaba a moverse. Atravesaba el fuego con total impunidad, y sus puños y pies golpeaban todo lo que se le ponía por delante.


Ashley, mejor preparada que Hyassa para semejante situación, corrió hacia el gigantón ruso. Brunoi la vio llegar, y le lanzó un puñetazo que ella esquivó agachándose y le pasó rozando, haciendo revolotear sus rizos aplastados por la sangre. La pequeña se enganchó al corpachón del seminmortal, sujetándose férreamente a él. Brunoi se movía de un lado a otro dando bandazos, y la pobre chica parecía estar a punto de salir volando y atravesar la pared en cada uno de ellos. Sin embargo, se asió bien a él y aguantó, haciendo fuerza para desviar sus golpes hacia el aire, donde no podía hacer daño a nadie ni a él mismo.


Hyassa lo contemplaba todo, pensando que podía hacer para poder controlarle. Supuso que se trataba al bastardo que habían ido a buscar: había sumido a Brunoi en una de sus ilusiones y por eso actuaba así. Estaba intentando defenderse de esas ilusiones, se convenció a si misma.


Decidida a actuar, Hyassa renqueó un poco, tragándose el dolor, hasta que consiguió arrancar en una carrera y saltar por encima de Brunoi. Éste seguía atacando a la nada, mordiendo, arañando, golpeando, estrujando al aire. Antes vio como estuvo a punto de golpear a Ashley, pero a ella ni si quiera hizo el ademán. ¿Era consciente de que estaban ahí?


Aquella observación casi le costó la vida a Hyassa cuando, desde detrás, una bola de llamas salió disparada en su dirección. Fue Ashley la que con un grito la advirtió, y tuvo tiempo apartarse de la trayectoria, estrellándose el proyectil contra Brunoi. Su chaqueta salió ardiendo, y Ashley pugnó por arrancársela sin caer de aquella bestia que actuaba como si estuviera acorralada y a las puertas de la muerte. Al final lo consiguió, pero cayó al suelo y el ruso pasó por encima de ella haciéndola notar todo su peso.


Hyassa no prestó atención a ese último movimiento. Había descubierto al culpable del estado de Brunoi: el seminmortal que buscaban estaba allí, riéndose ante su cara, apoyado contra la pared como si lo que allí estaba pasando no fuera a afectarle.


Brunoi, ahora que no tenía a Ashley encima para que desviara sus puñetazos, había abierto varios agujeros en las paredes, maldiciendo en ruso y riéndose como un loco. Ashley se levantó, se frotó los pantalones y volvió a la carga, esta vez, tratando de derribarle. Entre los dos seminmortales se abrió una pelea en la que uno lanzaba puñetazos por doquier cargados con tremenda fuerza y la otra los esquivaba e intentaba devolvérselos de tal forma que quedase inconsciente.


La luz que ahora iluminaba la estancia permitía a Hyassa examinar a su enemigo, además de total libertad para usar su don único. El seminmortal no era muy agraciado, tenía el rostro lleno de espinillas y el cabello corto, pero con un flequillo largo y repeinado que le caía solo encima de un ojo. Llevaba ropas negras, ajustadas, y algunas pulseras de pinchos. Tenía una profunda mirada azulada, aunque triste y llena de falsa melancolía, y sonreía sin parar, enseñando unos dientes perfectos y blancos.


Aunque las preguntas bullían en la cabeza de Hyassa, no hizo ninguna. Cerró el puño, levantando y juntando dos dedos que se llevó a la boca. En completo silencio, y ajena a los otros dos, Hyassa se esfumó de repente como si nunca hubiera estado allí. Apareció al lado del chico, con las agujas preparadas. Pero el chico ya no era el chico, sino otro Brunoi que la miró directamente a los ojos. Su confusión la hizo parar durante medio segundo, un error que no era propio de ella. La copia de Brunoi la golpeó de lleno y la tiró al suelo. Era fuerte, pero no tanto como el verdadero.


Un pie se posó sobre su pecho cuando quiso levantarse, y al mirar arriba vio al chico de las pulseras de pinchos de nuevo. Éste no la miraba a ella, sino en dirección a Brunoi y Ashley. Hyassa aprovechó su despiste para clavarle las agujas en el tobillo, y al hacerlo, el individuo se desvaneció como si nunca hubiera existido. Otra ilusión. Se incorporó de un salto y buscó a su enemigo. No le encontró muy lejos: estaba pasando junto a Brunoi y Ashley, que seguían peleando a muerte. Ashley se había llevado más golpes que Brunoi porque no quería hacerle daño. El joven ruso intentaba apartarla a manotazos para seguir enfrentándose a su enemigo invisible y más de una vez, consiguió lanzar a la pequeña Ashley por los aires, pero ésta enseguida regresaba para seguir entreteniéndole e intentando devolverle a la realidad. El corro de fuego había desaparecido ya, en cuanto el joven quiso atravesarlo. Al llegar a un hueco en la pared que llevaba a otra estancia, el joven se volvió y sonrió a Hyassa con un gesto de superioridad.


La sonrisa se borró de un plumazo cuando una cuchilla se clavó en quicio del muro, pasando la hoja rozando sus ojos. Al girar la cabeza para ver quién había sido, una salva de disparos abrió fuego. El chico se encogió y volvió a entrar en la habitación para ponerse a cubierto, esquivando los puñetazos de Dimitri y Ashley. Sin embargo, una masa desconocida entró a gran velocidad y, cogiéndole el rostro, le arrastró consigo hasta la pared de enfrente, tirándole contra ella. Sus huesos crujieron, y Nicole se apartó a toda prisa lista para embestir de nuevo. No obstante, tuvo que quitarse de ahí cuando Dimitri, al verla, apartó a Ashley de un puñetazo y se dirigió hacia ella dispuesto a matarla. Podía verse en sus ojos. Nicole correteó por la habitación escapando de sus manazas, mientras Ashley se recuperaba del último golpe, que la había dejado sin respiración en el suelo y con parte de la ropa quemada.


El seminmortal de los pinchos ya no se reía tanto. Nicole le había hecho daño, y no se lo esperaba. Se incorporó y se limpió la sangre con el dorso de la mano. Luego, se la quedó mirando. Hyassa lanzó sus agujas contra él, a la par que Dimitri, desde el agujero por el que entró Nicole, usaba dos revólveres para dispararle. Sus balas le dieron en las rodillas, y las agujas de Hyassa, en los brazos. El chico aulló de dolor y cayó al suelo como un peso muerto. Pero alzó la cabeza dispuesto a usar su poder una vez más, hasta que la misma cuchilla que le había sorprendido antes se clavó en el suelo, con la hoja cortando su nariz. A su altura, vio unas botas acercándose, paseándose por aquel caos, ignorándolo. Al llegar a él, apoyó su mano en la empuñadura y se agachó.


El seminmortal, al verla, se le atragantaron las lágrimas de puro terror. No la había visto antes en persona, pero había escuchado cosas, rumores y verdades que convertían a aquella chica de ojos verdes y cabello negro y largo en un auténtico mito viviente.


- Querido imbécil –dijo Veran arrancando la cuchilla del suelo sin importarle que la hoja volviera a cortar su piel –si no paras esto, te mato aquí mismo. A la organización le da igual como te lleve, pero creo que a ti te interesa más seguir vivo, ¿no?


- No puedo… -tartamudeó. Había perdido la sensibilidad de todo su cuerpo. Ni siquiera sabía si podía regenerarlo.


- ¿Cómo que no puedes? –Veran arqueó una ceja -. Haz que ese seminmortal –señaló a Brunoi –deje de tener tus visiones.


- ¡Las corté en cuanto entraron las dos chicas! –Veran se incorporó y le puso el pie sobre la sien -¡Lo juro! –la muchacha pisó con fuerza, haciendo que el rostro del seminmortal quedase aplastado contra el suelo, impidiéndole respirar -¡Lo juro! –insistió como pudo.


Mientras Veran le interrogaba, el combate contra Brunoi continuaba. Ya no eran solo Ashley y Nicole las implicadas. Dimitri había tenido que interceder al ver como Brunoi le dio una patada a Ashley en el estómago que casi la deja inconsciente. Hyassa aparecía y desaparecía para atraer la atención del desembocado Brunoi inútilmente (a ella ni la miraba), y Nicole intentaba despertarle lanzándole cualquier cosa que encontraba por el suelo, con tal de no hacerle daño.


Con solo una voz, con solo un grito y una orden en ruso de Dimitri, Brunoi se olvidó del resto del mundo y volvió su atención a él. De su nariz escapaban nubecillas de vaho a presión. Se quedó quieto, en una postura de difícil equilibrio, a punto de darle un nuevo golpe a Ashley. En la sala se hizo el silencio, solo roto por las respiraciones alteradas de los agentes y las gotas de sangre cayendo de sus heridas. Veran le hizo una seña a Hyassa para que recogiera al detenido y se acercó a Brunoi por detrás un par de pasos.


- Brunoi, la misión ha terminado –anunció guardándo su cuchilla en la funda bajo el abrigo.


- Volvamos a casa, Brunoi. Ya ha pasado todo –Dimitri le tendió la mano.


En los ojos de Brunoi pasó una sombra de duda y toda la humanidad que había perdido en el transcurso de la pelea regresó con toda su intensidad. Dos enormes lagrimones se abrieron paso hasta impregnar el suelo. Como si acabara de despertar, viendo el desastre que había causado, y sus lágrimas se convirtieron en llanto, cruel y amargado, oculto bajo sus manazas. Se dejó caer de rodillas al suelo ante el asombro de todos, sumido en la pena. Empezó a pedir disculpas una y otra vez, hasta que Dimitri se acercó y le ayudó a levantarse. Cuchichearon algo en su idioma natal, y ambos se fueron los primeros. Los llantos de Brunoi se escucharon levantando ecos hasta que salieron a la calle Hyassa los siguió llevando casi a rastras al seminmortal que habían ido a buscar, y que se había quedado inconsciente.


- ¿Estáis bien? –preguntó Veran a Nicole y Ashley.


- Si –respondió Nicole.


Ashley no abrió la boca. Estaba más entretenida limpiándose la sangre. Veran insistió:


- Ashley, ¿estás bien?


Ashley le dio la espalda y siguió al resto del grupo. Veran meneó la cabeza en señal de desaprobación.

* * *


Día 12 de Diciembre

Informe Operación Caza de Fobos por parte del comando Alas Negras.


Después de que nuestros equipos menores de captura consiguieran reducir el campo de actuación y localizar el piso franco del seminmortal criminal Fobos, se envía al equipo para llevar a cabo su detención. La actuación comienza a las 00:00 y finaliza a las 00:59.


Tras dividirse, algunos miembros del grupo caen presa del don de Fobos, siendo el más afectado el seminmortal Brunoi, que ataca a sus propios compañeros. El equipo consigue controlar la situación y detiene con vida a Fobos, aunque tras el examen médico, ha quedado paralizado de por vida debido a un extraño veneno de actuación rápida y sin antídoto conocido. Los miembros del equipo: Ashley, Hyassa y Nicole presentan heridas leves y algunas contusiones de escasa gravedad.


En cuanto al agente Brunoi, se le someterá a examen psicológico y posterior tratamiento para descubrir las causas de su descontrol, mas luego su superior Veran se encargará de decidir si es apto de continuar formando parte del equipo.


Fin del documento.
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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime24/06/10, 12:43 am

Me ha chocado lo de que el tipo malo no pudiera moverse.
Una derrota un tanto patética la de éste,xd.
Buen capi. Brunoi es una bestia.

Un saludo malvado.
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MensajeTema: Re: Crónicas del Caos: 2ª temporada [original]   Crónicas del Caos: 2ª temporada [original] Icon_minitime

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