Grish Stormpikes, relatos de un bardo...

bueno esto no es una historia de guerreros y princesas, si habran batallas pero nuestro protagonista solo es un bardo que viaja por las extensas tierras de Anmdall, de taberna en taberna comentando lo que sucedio alguna vez en estas fantasticas tierras. Si alguna vez quieren colaborar y crear una historia usando los nombres y todo esto no me pregunten, quiero leer la vision de otros sobre el mundo que he inventado (no tanto, esta mas bien basado en el señor de los anillos y warcraft). Seguire escribiendo las cronicas en este mismo post, el halcon negro era como un prologo y por el nombre del post no podia dejar toda la historia bajo el mismo estandarte jeje... espero que les guste...
----------------------------------------------------------------------------------------------
Por fin habia llegado al majestuoso reino de Alzaron, donde habian nacido las artes de guerra tiempos atras y se habia inventado el arte de domar animales.
Como viajero, nunca tenia conocidos en las ciudades, mas que algunos guerreros con los cuales habia luchado alguna vez en mi vida. Sin embargo, siempre encontraba una taberna donde, a cambio de tocar buena musica o relatar algun cuento, podia quedarme a descansar hasta el dia siguiente.
El reino siempre tenia sus puertas abiertas a las razas del pacto de plata, humanos, enanos, elfos, y a sus pueblos, como lo son los humanos de las tierras del sur a las que se les llama Junrim, mi tierra natal, los bravos guerreros de Jotunheim, los enanos de Kjan muten, los enanos forjadores de Juttlmann, los elfos de las ciudades flotantes de Glorien, entre otros muchos pueblos que se encuentran en este gran mundo.
Camine entonces por la plaza principal de la ciudad, la cual estaba llena de comerciantes que vendian todo tipo de articulos, desde plantas de los lejanos bosques de Azulman hasta armas forjadas por los enanos de Juttlmann; Segui caminando, en ese momento no era de mi interes comprar, sino dormir, el viaje habia sido largo. 35 horas de caminata desde el pueblo mas remoto del reino, hasta llegar a la ciudad.
Llege, entonces, a la taberna el seraphim danzante, donde al entrar note que no era una taberna normal, sino que era un lugar muy refinado, donde no habia fiesta ni golpizas como en otros lugares que habia conocido. Todas las personas y criaturas que se hallaban en la taberna hablaban en voz moderada, tomando una jarra de cerveza de mora azul o fumando pipa de colores.
Hable con el camarero y le pregunte por un lugar donde poder dormir. Negociamos y a cambio de contar mi mas reciente historia, podia quedarme a dormir en el cuarto de atras, donde se quedaba a dormir generalmente el Bardo de turno.
Entonces sin demora, me subi a la tarima del lugar y comence a relatar como al entrar a los dominios reales, habia podido avistar a la bestia negra. Una historia corta, pero que a la gente le sorprendia.
Subi al cuarto, el cual no era ni muy pequeño, ni muy grande, era perfecto. Deje tirada la mochila en la puerta y cerre con llave, me sente en la cama, me cambie la ropa y dormí un rato. Al despertarme baje a tomar una buena cerveza de raiz de Hulmico, un arbol que cambiaba el color de sus hojas según su estado de humor. Si se encontraba triste, las hojas se tornaban de color azul, si por el contrario el arbol estaba demasiado feliz, sus hojas brillaban con un rojo intenso, si se encontraba furioso sus hojas se tornaban amarillas claras, por ultimo, si el arbol perdia su esencia magica, la cual, le daba vida, sus hojas se tornaban color verde y se transformaba en otro arbol comun y corriente.
Me sente al lado de un enano de Kjan Muten, el cual me conto que habia tenido el honor de luchar contra un guerrero de mi tierra, su nombre no lo tenia presente en aquel momento, pero me lo describio tan bien, que me di cuenta que se trataba de mi gran amigo Jolm Stormdance, un caballero de la mesa de roca, como yo, pero que no se encargaba de cuidar el mundo de todo mal, sino de hacer algo mas particular, ayudar a las personas en lo que fuera necesario.
Luego camine por el bar y me tope con una criatura mucho mas pequeña que un enano, un Duende de sueño, pequeñas criaturas que poseian poderes magicos, no tan grandiosos como los elfos, pero que eran muy amables y tenian una contraparte, los Duendes de pesadilla, con los cuales nunca he tenido la mala suerte de cruzarme, ya que se dice que son criaturas perversas que solo buscan el mal para los que no sean ellos mismos.
Me aburri finalmente por la calma que habia dentro del bar y decidi salir a darme un paseo nocturno por la ciudad, ya habia oscurecido desde que llege.
me tope con un guardia real, y hablamos por lo menos dos horas. que la guerra en el norte esta peor que nunca, que el rey esta moribundo, que el principe fue raptado, que la ciudad ya no es lo mismo que antes, tantas historias que podia escuchar, y luego contar en mis visitas a otros lugares. A diferencia de lo que muchos creen, no conozco todo el mundo, es demasiado grande, pero mi objetivo, es almenos llegar a conocer la mayoria de lugares.
El guardia debia irse del lugar, tenia que cerrar las puertas de la ciudad exterior y hacer patrulla en las murallas, bien yo tambien debia irme, ya estaba somnoliento.
Al llegar al bar me sorprendió que no habia sino unas pocas personas, aunque era muy temprano. Entonces no tuve mas remedio que subir y dormir.
Al amanecer, la luz entro por la pequeña ventanilla que habia enfrente de la cama, me levante, me moje la cara con un poco de agua que habia en un balde y me cambie rapidamente para seguir mi viaje.
Al bajar las escaleras, vi unas tres personas que no estaban la noche anterior, tomaban cerveza de canela y menta, nunca me gusto esa cerveza. Sali del lugar y camine directamente a las afueras de la ciudad en direccion a mi proximo destino, el pueblo pesquero de Uubiom, el cual ya no pertenecia al reino de Alzaron, sino al reino elfo de Glorien. El viaje duraria por lo menos tres dias. Si tenia suerte y una caravana me llevaba, duraria menos, algo asi como dia y medio...
Mi espada brillaba con fuerza indicandome buena fortuna en el viaje, entonces vi como se acercaba una caravana de comerciantes elfos, mi suerte no podia estar mejor...

''Alzaron, capital de capitales, la joya de la raza humana, la ciudad inmortal, no he conocido ni conocere una ciudad mas llena de personas, y lo digo, ni siquiera Glorien, capital magica del pacto de plata y capital del imperio elfo, era tan llena de gente como la ciudad del rey Atteren V el grande, el moribundo diria yo...''
Grish Stormpikes
Bardo de las tierras lejanas de Junrim,
Caballero de la mesa de roca,
Portador de la espada de la estrella del norte,
Padre de los Bardos de las tierras del Sur.

Continuara...

Muy bueno e interesante. Espero el proximmo capitulo

eeem tio no puedes tener 4000 historias omg termina una en vez de ponerte con otra LoL.en cuanto a la histo esta bien y ay pocas faltas,asi que...AZ LO QUE TE HE DICHO XD

Desperté debido a los gritos de las elfo femeninas que había en la caravana, entonces note que todo se había ido al carajo, sali del vagon que se me habia asignado para dormir y descansar y corri adelante de toda la caravana, entonces vi la devastacion y la muerte.

Los hombres encargados de la seguridad de la caravana entonces crearon un escudo de energia arcana sobre los carros y corrieron hacia la devastación, Goldsky ardía, Goldsky caia del cielo. Parecia un cometa gigante que anuncia muerte a nuestro mundo, podia ver que el fuego no era normal y ardia de una forma particular, era fuego negro de Mjul'kuthar, un fuego inapagable que consumía las almas. Solo hasta el momento que descubrí el fuego que consumia la energia vital, me di cuenta de la gravedad de la situacion, los jinetes de Kharza'tharon habian vuelto, un nuevo rey negro se alzaba sobre las tierras de Jotun'Darkar.

En la historia de Ajsholme se han dado tres grandes guerras; La guerra de los Ancestros, hace 3000 años, que se libró en los valles de Alzaron, luego la guerra de la espada de esmeralda, hace 1500 años, en la cual triunfó la fuerza del pacto de plata y por ultimo hace 500 años la guerra negra, la mas horrible y devastadora de todas, dejó cuatro reinos humanos en pie de los once que existian, Alzaron, Junrim, Jotunheim y Skyhold fueron los reinos que sobrevivieron. De los reinos elfos, que eran tres, solo sobrevivio Glorien, de los reinos enanos, que eran cuatro, sobrevivieron tres, Kjan muten, Juttlmann y Mithrilgates. La guerra tambien condeno varias razas a la extincion y provoco la lluvia de fuego eterna en las tierras Agmakar. Basicamente se enfrentaron dos potencias, el pacto de plata, apoyado por las fuerzas de la mesa de roca contra el reino oscuro D'Mordrem apoyado por las fuerzas de Jotunalam y Darashakar. El pacto de plata por muy poco y los reinos enemigos se fundieron en uno solo Jotun'Darkar y sus señores se confinaron en el castillo de la torre negra.

Basta de historia, el problema era que yo mismo habia visto el fin de los temidos jinetes, y no entendia que los habia hecho volver, entonces me di cuenta de que Allur'tham, esposa del rey D'mordrem II, habia quedado embarazada despues de la guerra, asunto al cual no le dimos importancia los guerreros de la mesa de roca, pero seguramente era lo que estaba causando todo esto.

Ahora solo tenia una alternativa, huir a Alzaron, lo que me tomaria unos dos dias sin parar, hablar con el rey Atteren sobre los jinetes, luego correr a informar Jotunheim, Skyhold y Kjan Muten, lo que me tomaria mas de dos semanas siendo yo el mensajero mas rapido de estas tierras. Decidí entonces no hacer nada esto, y lanzar un hechizo de llamada a la mesa de roca, el problema era que sus miembros respondieran.
''Por las heladas tierras del norte, por los vientos del Este, por los bosques al Oeste, por los baldios al sur, invoco la suprema magia de la mesa de roca y a sus escritores''-Grite con fuerza usando toda mi energia vital.

Entonces vi como el as de luz voló y luego se dividio para dirigirse a diferentes lugares.
Era magia antigua, por lo que tomaba tiempo en ser efectiva, por ahora tenia que ayudar con algo, entonces corri al pequeño campo de batalla que había adelante, donde ya habían guerreros elficos luchando contra guerreros de las sombras; invoque el poder de mi espada la cual comenzo a brillar con fuerza y extinguió a los guerreros oscuros cercanos a mi, pero la batalla tendria que ser larga, una gran masa negra se acercaba a mi, luego vi miles de guerreros oscuros emerger del suelo, y entonces se pudo oir el sonido del trueno detras mio, vi como el rey de la montaña rompia la oscuridad detras de mi posicion, el hechizo habia comenzado a hacer efecto.

-¿Que está sucediendo chico?- grito el imponente enano...
a lo que solo pude responder -Han vuelto amigo, han vuelto...-
y continuamos luchando esperando a que llegaran los otros caballeros...

''Entonces vi caer el sol del cielo, bueno, no el sol propiamente dicho, era una ciudad elfica, Goldsky, atormentada por llamas negras del reino oscuro. No puedo mentir ni dar falsas ilusiones, habia llegado otra guerra a Ajsholme''

Grish Stormpikes
Bardo de las tierras lejanas de Junrim,
Caballero de la mesa de roca,
Portador de la espada de la estrella del norte,
Padre de los Bardos de las tierras del Sur,
Guerrero de nuevo...

Continuara.

Allí estábamos luchando de nuevo el rey de la montaña y yo, una reunion historica, no nos veiamos desde aquel dia fatidico de la batalla final contra el reino de D'Mordrem, aquel día en que se rompió el cielo en llamas...
solo puedo decir que en esa batalla perdimos mucho tanto los caballeros de la mesa de roca, como las fuerzas de la oscuridad...
El rey de la montaña seguía golpeando con su martillo de trueno a los guerreros de las sombras, mientras que la luz de mi espada extinguía a unos pocos que se preparaban para clavarme su espada maldita. Entonces vi como el cielo se ilumino extinguiendo el humo que emergía de Goldsky, y vi descender al mas bello de los Ángeles, Azur'alana, una Valquiria proveniente del cielo, guerrera de la mesa de roca, portadora de la luz de Ancelot.

-ha llegado la gloriosa hora de nuevo!- grito el ángel
-que suerte que la portadora de la luz este aquí... deja de hacer espectáculos y lucha niña!- grito el rey de la montaña

La batalla continuaba, nada podía extinguir aquella nube negra que se hallaba al norte, la cual era la fuente de esos guerreros oscuros. Parecía que no teníamos mas opción que abrirnos paso hasta el norte y tratar de extinguir la nube de oscuridad con el poder de la luz de la estrella del norte, la luz de Ancelot y el poder del rayo, trueno y relámpago...

Unos soldados elficos se unieron a la batalla mientras nos acercábamos a la nube negra, entonces se escucho un tercer estallido en el cielo y vi como la misma luz del sol descendió a la tierra, había llegado el cuarto caballero, Kel'Azel, el portador de la luz del sol.

-Hermanos, que ha sucedido?- dijo con tristeza el mago solar
-Lo que se había dicho ya amigo... ya se había dicho- dije con la misma tristeza

el mago comenzó a canalizar sus poderes solares en contra de los soldados oscuros y nos abrió paso fácilmente al norte. Solo unos pocos guerreros oscuros quedaban y los vencíamos fácilmente, pero era una pequeña victoria, para todo lo que iba a suceder después.

Entonces, entre hechizos y espadazos, llegamos a la parte mas cercana a la nube de oscuridad, donde se habían reunido los jinetes de Kharza'tharon en circulo, seguramente ejecutando un ritual, entonces tras unos segundos, llovió fuego negro.

Me levante tras un horrible golpe y vi el mundo quemado a manos de una horrible bestia del quinto infierno de Katar'dom, era una premonición, sin embargo la bestia ya estaba presente en el plano existencial y se acercaba hacia el grupo de los caballeros de la luz, pero antes de que pudiera quemar nuestras almas la magia antigua tomo forma de portal y nos llevo al trono blanco, la mesa de roca.

Nos levantamos desconcertados de aquel poder infernal, no podíamos comprender como, por primera vez, la luz había sido apagada por las tinieblas, la bestia había desgarrado nuestros poderes y nos encontrábamos débiles, entonces nos dimos cuenta de algo horrible.

-Fju'thinir se ha roto!- grito el rey de la montaña
-la cruz de Ancelot, se quemo- grito el ángel
-mis ojos, estoy ciego...- dijo el mago solar

Entonces tras ver con asombro a mis compañeros, pude ver los restos de la espada de la estrella del norte esparcidos en el suelo, brillando aun, pero esa luz, poco a poco se extinguía...

''Entonces llovió fuego en Goldsky, un fuego que podía quemar nuestras almas; hay de las tierras de Anmdall, que había visto rotas sus cuatro reliquias, ¿que extinguiría la oscuridad ahora, si no iban a poder ser los caballeros de la mesa de roca?''
Grish Stormpikes
Bardo de las tierras lejanas de Junrim,
Caballero de la mesa de roca,
Padre de los Bardos de las tierras del sur.

Continuara

ase mucho q no pasaba por aca bueno, buena historia