Desde el otro lado

Capítulo realmente interesante, la verdad. Me ha gustado bastante y ese Tanis...me suena de algo
Pues lo dicho, buen capi y no tardes en escribir el próximo, colega.
Un saludo

Tanis me recuerda al semielfo de la saga Dragonlance pero de todas formas me gusta tu historia pero recuerda qe ese tigrex joven soy yo

Bueno, he tardado unos dias en leerlo todo pero...es una pasada!!
Hacia mucho que no leia algo tan interesante! (que no fuera una novela o un manga claro XD).
Me encanta....me declaro fan numero uno de Seth! Lo adoro XD
Y Garu es genial!
Además me gusta el desarrollo de la historia, Tanis mola y Caradryan es mono XD
Pues nada, que ya tienes otra seguidora de la historia!

Aqui traigo otro mas jejeje.

CAPITULO 9

-¿Qué los has encontrado?- Exclamó Shun en voz baja.
–¿Ese tío era uno de ellos?- Preguntó Rodas gratamente sorprendido.
-Me dijo que alguien como yo seria de gran utilidad en su grupo.- Contestó Seth mientras seguía caminando hacia la posada. –Así que lo mas probable es que sea uno de ellos… el hecho es que me dijo que me reuniese esta noche con el, a solas, delante de la gran forja…-
-Nos ocultaremos por la zona por si acaso…- Dijo Shun serio. –Quien sabe de que son capaces si ya saben por que hemos venido.-
-Entonces tenemos una cita con el artesano…- Dijo Rodas cruzándose de brazos. –Creo que no nos veras hasta esta noche Seth.-
Shun y Rodas se dirigieron a la tienda del artesano con un baúl lleno de materiales mientras Seth volvía a la posada a descansar.
Al llegar a la tienda del artesano le colocaron el enorme baúl y se lo abrieron en la cara.
-¿Qué cree que puede hacer con esto, maestro?- Dijo Shun con una sonrisa. -Nos han dicho que esta innovando en esto…-
El artesano dibujo una sonrisa en su rostro al ver la cantidad de material y de esferas de armadura y soltó una pequeña risita.
-Creo que nos vamos a divertir juntos hoy caballeros…- Dijo el artesano invitando a Rodas y a Shun a entrar en el taller.

Seth estaba acostado en la cama. “Faltan solo un par de horas para encontrarme con esos tíos.” Pensó.
Durante todo el día no dejó de darle vueltas al hecho de que estaban a punto de llevar a cabo la reunión más peligrosa de su vida, aunque por mas vueltas que le diese tenia que hacerlo si quería acercarse a su objetivo. Así que se levantó de la cama, cogió su arma y se dirigió a la forja.
Toda la ciudad estaba en silencio, algo que le inquietaba en una ciudad tan grande, le daba la sensación de que toda la ciudad estaba observándole, conteniendo el aliento a la espera de que algún exterminador le saltase encima al cazador de extravagante armadura.
Y más o menos algo así estaba a punto de suceder. Le estaban siguiendo. Podía oír el sonido del entrechocar de las armaduras… solo esperaba que entre esos ruidos se encontrasen sus compañeros.
Cuando llegó a las puertas de la gran forja se encontró al extraño esperándole, ya no llevaba la capa, sino una enorme armadura de acero negro como noche, color que solo compartía con símbolos rojos como la sangre en el pecho, las hombreras y la parte delantera de los muslos, bajo el brazo sujetaba un casco con una cresta de púas y los mismos símbolos rojos.
-Así que ya has llegado.- Dijo el Exterminador. Su pelo de color anaranjado estaba recogido en una coleta samurai y su cara estaba tapada por una tupida barba.
-Muy bien…- Empezó Seth. -¿Qué clase de grupo es este que tengo que venir a altas horas de la noche?-
-Un grupo especializado en misiones de matanza…- Respondió el Exterminador.
-¿Solo eso?- volvió a preguntar Seth. -¿Por qué solo de matanza?
-Hay que enseñarles a esos estupidos monstruos que su tiempo se acabo.- Respondió el hombre. –Y los cazadores no tienen lo que hace falta para demostrar la superioridad de nuestra especie…-
Seth se sorprendió. ¿Cómo era posible que pensase eso? Eso iba en contra de sus propias creencias… los humanos no eran mas que una especie que sacaba su fuerza de las demás cosas… ¿Cómo podía considerar eso superior?
-¿Y que pasa si me niego?- Dijo Seth serio.
-Me temo que no es tan fácil…- Respondió el Exterminador. –Si has venido es por que aceptas. Si nos rechazas por el contrario…- El hombre chasqueó sus dedos y, como acertadamente supuso Seth, mas Exterminadores salieron de las sombras armados con espadas, El Exterminador líder sacó unas espadas dobles negras y se colocó el casco.
-Como puedes ver no tienes elección…- Dijo El líder con sorna.
Seth sacó su arma y se colocó en posición a pesar de su clara desventaja. De repente una voz se oyó en lo alto de uno de los edificios. Vestido con una armadura blanca y una capa con capucha del mismo color que parecía ser de Kirin, el guerrero se colocó con su enorme maza de basarios llena de cuernos de Kirin en el hombro y gritó mientras hacia poses ridículas:
-¡AQUÍ LLEGA EL HEROE DE LA JUSTICIA! PROTECTOR DE LOS DEBILES Y SEDUCTOR DE HERMOSAS JOVENCITAS… ¡¡¡KIRIN-MAN!!!- Tras su grito de batalla se lanzó en una patada descendente contra el exterminador que tenia mas cerca derribándolo en el acto y utilizándolo como trampolín para llegar hasta Seth.
-¿Estas bien?- Dijo Kirin-man acercándose, a lo que Seth le respondió con una colleja.
-Déjalo ya Shun…- Dijo Seth mientras Shun se bajaba a capucha y le sacaba la lengua.
De un callejón, varios exterminadores salieron volando hasta los pies del líder exterminador, de el salio una especie de hombre-Lao Shan, aun que por la espada no cabía duda de que era la armadura de Rodas, el acabado de la armadura era soberbio, aunque en la espalda no portaba las placas habituales de los Lao Shan, aunque si que estaban en forma de hombreras, hasta tenia una pequeña cola que se balanceaba al caminar.
-Para ser unos salvajes exterminadores no me duran nada…- Dijo Rodas mientras lanzaba a uno de los Exterminadores contra el grupo.
El líder de los exterminadores retrocedió un poco para luego echarse acorre por una calle, donde se dio de morros contra un hombre grande, ataviado con la armadura del gremio de exterminadores y dos enormes guantes de acero que soltaban chispas, el hombre golpeó con su puño al líder de los exterminadores con tanta violencia que lo devolvió junto al grupo de Rodas, el hombre comenzó a acercarse al grupo haciendo crujir los nudillos. Todos se colocaron en posición para combatir, sin embargo, cuando el Exterminador se encontraba a menos de 50 pasos de ellos una bomba de humo verde cayó entre ellos.
Cuando el humo se disipó, tanto el grupo de cazadores como el Exterminador de las espadas dobles habían desaparecido.
-Maldita zorra…- Dijo el exterminador dando un puñetazo contra el suelo provocando una enorme explosión eléctrica.

OU MAI GOSH!!! ¡Una lectora!

Buen cap!!. Gramaticalmente correcto (estaba tan inmerso que si hay algún fallo no lo he notado XD, pero vamos, que si fuese gordo me habría dado cuenta). Kirin-Man¿? Lolz jajaj

OWO Me a encantado el siguiente capi! XDXD
Kirin-man! XDXD Ostras esta como una cabra XD
Oish, me pregunto quien los abrá salvado? O.O
Claro que quizá sea alguien peor que misterio!
Ardo en deseos de leer el siguiente y de seguir riendome con las idioteces de Shun/Kirin-man XD

aqui traigo otro. espero que les guste.

CAPITULO 10

Sin pensármelo dos veces salí de la cueva. Divertido por el revuelo que había armado mi afirmación. Apenas me había alejado un par de metros, tanto Ximu como sus hermanos, seguidos de cerca por el anciano Tigrex acompañado por el joven (ahora mas tranquilo al no tener tantos ojos encima)
-¡¿Cómo puedes decir eso e irte como si nada?!- Exclamó Kaiser colocándose delante mío.
Yo le contesté con un bufido y ase de el como si no existiera.
-No pases de nosotros como si no fuésemos más que un estorbo…- Dijo Lyndis impidiéndome el paso.
-Esto es demasiado serio… y personal como para que os interpongáis.- Respondí seriamente.
-¿Personal?- Dijo el joven Tigrex extrañado.
-Mira, para serte sincero…- Dije mirándolo con tranquilidad. –por muy importante que sea lo que quiera que os refiráis, mi único propósito es recuperar el cadáver de un amigo de las garras de esos cazadores. Vuestra misión es solo algo que me coge de paso. El viento no esta atado más que a sus propios deseos…
-Para tu desgracia jinete del viento…- Dijo Tanis lentamente mientras me miraba de arriba a abajo. –No estas en condiciones de hacer nada. Además, la venganza es una mala compañera…
Suspire y me senté. A quien quería engañar… estaba hecho una mierda, además, ir de vengador no iba conmigo. Esa clase de gente acaba perdiendo el juicio cuando ven su objetivo lejos de su alcance… y el odio solo genera mas odio…
-Sin embargo tenemos que hacer algo, y rápido…- Dijo Ximu serio.
-Lo recomendable seria buscar información en otras regiones para recabar datos.- Sugirió Lyndis.
-Si no os importa yo me encargo del oeste…- Dije volviéndome a levantar. –Allí tengo a muchos conocidos que podrían darme información útil…-
-Vuela con cuidado maldito presumido.- Dijo Kaiser dándome su aprobación.
Sin dudarlo un segundo levanté el vuelo por primera vez en casi semana y media. De nuevo volaba con el viento acariciándome la piel.
Durante un rato me olvide de todo y me concentré en la sensación que me recorría el cuerpo hasta que el recuerdo del viejo volvió a mi mente…
El viejo Shamael siempre había sido alguien que no le gustaba hablar de si mismo, aunque siempre sabia que hacer y decirte cuando necesitabas ayuda… hasta entonces siempre me había preguntado por qué no era él el que presidía el consejo en vez de los fatalis. Nunca había pensado en preguntárselo y, que irónico… su muerte me trajo la respuesta a esa pregunta…
Colocando todos los recuerdos que poseía de Shamael en orden, me di cuenta de que era el mas grande de los wyverns (no en tamaño sino en sabiduría…)
-¡Jinete del viento!- Gritó una voz. (Dios como odiaba ese mote…) así que me giré y vi al joven Tigrex volando en mi dirección, aunque por mas que lo intentase no podía alcanzarme, yo tenia el favor de los vientos y estos me ayudaban a volar más y mejor… durante unos instantes me entró la picardía de hacerlo volar tras de mi hasta agotarse, pero pensé que lo mas probable es que fuese algo importante, y no había tiempo de ponerse con estupideces, así que me dispuse a aterrizar en la colina mas cercana.
-¿Qué es lo que quieres chaval?- Pregunté al joven Tigrex nada mas posarse.
-Me gustaría que me permitiese acompañarle…- Respondió el Tigrex con solemnidad.
-Tutéame que no soy tan viejo.- Le respondí molesto. -¿Y se puede saber por que quieres venir conmigo?
-Bueno… esto… mi abuelo me dijo que debería ir contigo Jinete de los vientos…- Respondió receloso el joven. Le conteste con un suspiro.
-Mira… como quiera que te llames…-
-Caradryan es mi nombre…- Dijo El Tigrex con orgullo.
-Pues mira Caradryan…- Continué. –Si de veras quieres venir conmigo tendrás que seguir unas normas esenciales que te iré comentando…-
-¿Y cuales son Jinete del viento?- Preguntó Caradryan intrigado…
-La primera y mas importante de todas es que cada vez que me vuelvas a llamar Jinete del viento recibirás un coletazo.- Dije esbozando una sonrisa al ver la cara de sorpresa de Caradryan. –Mi nombre es Garu, la segunda es que no voy a estar cargando contigo, así que espero que te las sepas arreglar solo.-
-Soy el sucesor de mi abuelo…- Dijo Caradryan totalmente serio. –Por tanto es mi deber… no… “Mi obligación” es la de ser el mejor guerrero de mi clan.
-Realmente los tienes bien puestos chico…- Dije complacido al ver ese brillo de determinación en su mirada.
-Espero que sepas que tu primera regla es extensible a mi persona.- Soltó Caradryan desafiante. Yo le respondí con una carcajada.
-De acuerdo Caradryan.- Dije levantando el vuelo. –Ya estamos tardando…-
Estaba realmente sorprendido por el cambio que había experimentado el chaval en solo unos instantes… parecía sentirse mas suelto… quizás era por no tener a tantos ojos sobre el, observando con lupa cada movimiento que hacia. La verdad es que incluso yo me sentiría incomodo…

En un par de horas la vasta alfombra de bosques y colinas que sobrevolábamos dieron paso a las grandes llanuras del oeste… hacia años que no venia por aquí. Las llanuras era un lugar donde escaseaban las tribus, ciudades o lo que sea de los humanos y predominaban los terrenos vírgenes llenos de Wyverns alejados de “los alocados territorios del este” tan llenos de cazadores. Sin embargo estos lugares libres de humanos no implicaban unas líneas de sangre mas débiles debido al predominio de la supervivencia del mas fuerte frente al implacable cazador, al contrario, aquí no habían muchos humanos debido a la ausencia de materiales que pudiesen aprovechar, pero ello no implicaba que los de aquí fueran los mas peligrosos de los Wyverns. Si quieres hacerte un nombre entre los Wyverns, triunfa en el oeste. Si triunfas allí, triunfarás en cualquier parte. Con esa premisa muchos viajaron hasta allí… con consecuencias desastrosas.
-¿Que buscas Garu?- Dijo Caradryan cuando se percató de que estaba observando el suelo con detenimiento.
-Eso…- Dije descendiendo lentamente hasta la apertura de una cueva. Ami lado se posó Caradryan con la sutileza que solo un Tigrex podría tener: es decir, se posó con la misma elegancia de una piedra.
-Vaaale…- Dijo Caradryan sin entender nada. -¿Qué hay ahí?
-Muy bien Caradryan.- Dije sin dejar de mirar la entrada de la cueva. –Vamos a visitar a un tío que conozco llamado Donong.
-¿Y?- Preguntó Caradryan mirándome como si yo fuese idiota.
-Tercera regla: No importa que huelas, oigas, o mires. Pero nunca hagas o digas algo que pueda denotar asco delante de Donong. Y lo más importante: Jamás, pero JAMÁS, comas nada de lo que te dé…- Dije totalmente serio.
Caradryan asintió y nos dispusimos a en la cueva. Nada mas entrar, un olor acre penetró por nuestras fosas nasales hasta llegar a nuestro cerebro y haciendo que las tripas se revolviesen. Para mas INRI, lo acompañaba un aire caliente que hacia de la situación aun mas desagradable si cabe. Avanzamos por la pestilente cueva hasta llegar a una cavidad mucho mas grande por la que pasaba una ligera brisa que se llevaba parte del olor, aun así Caradryan estaba soltando lagrimas y teniendo pequeños espasmos de puro asco. En esos momentos dí gracias de haberlo convencido para no desayunar. Lo digo en serio. (Si vosotros estaríais aquí estarías igual que nosotros, no podéis siquiera imaginaros el olor que emanaba esa cueva…)
-¿¡Quien se atreve a entrar en mi casa!?- Dijo una voz proveniente de una cueva. De ella salio un enorme Congalala verde llevando en su cola un excremento listo para arrojar.

Buen cap, algún fallo mínimo (Amí junto si no recuerdo mal) pero vamos, cosa de poco. Muy interesante. La gracia del Tigrex no puede ser comparada con una piedra!!! (lo dice una veterana piedra de muralla XD)

OMG, poría separar los parrafos??
Buen cap, entretenido pero dificil de leer por lo de los parrafos xDDD por lo demás estaba guay

Ostras que pasada!!
Yo tambien odio a los Congalalas pero de Pelagus odio mas a los Blangonga...XD
Garu me encanta...es tan sabio y sensato.
Y Caradryan cada vez me cae mejor!!
Sigue así...tengo ganas de leer el siguiente y saber que pasó con los humanos! ^^

Aqui traigo otro por fin... tuve que rehacer mas de medio capitulo. Consejo: Jamas escribais despues de ver una peli romanticona. os quedareis con cara de "¿En que %$%&$·"/() estaba pensando...?

CAPITULO 11

El hombre de los extraños guantes se acercaba hacia el grupo si mostrar ninguna emoción.
-Este tío me pone los pelos de punta.- Dijo Rodas en voz baja mientras preparaba su espada para el combate.
-Oh venga no puede ser para tanto…- Le respondió Shun cargando la potencia de su martillo hasta que, con una pequeña explosión eléctrica, los cuernos de Kirin salieron por completo del martillo rodeados de un aura eléctrica.
Justo cuando se disponían a lanzarse a la batalla una bola cayó a sus pies soltando un humo verde.
-¡Es un Transportador!- Exclamó Seth. -¡Rápido! ¡Coged al Exterminador!-
Hacia mucho que Rodas no usaba el transportador, ya casi había olvidado como era. El humo verde les recubrió por completo y enseguida dejó de notar que los pies tocaban el suelo y se vio como zarandeado de aquí para allá a una velocidad de vértigo. La verdad es que ya recordaba el motivo por el que no lo usaba: Se mareaba.
Cuando sus pies por fin tocaron el suelo se sintió aliviado, aunque no pudo evitar perder momentáneamente el equilibrio y caer sentado en el suelo.
-¿Dónde estamos?- Dijo Seth mirando a su alrededor, parecía el ático de algún edificio, aunque todo estaba completamente desordenado.
-Obviamente, en el campamento base del dueño del transportador…- Dijo Shun mirando los estragos que había causado “el torbellino” (Por que no podía encontrar otra explicación razonable para entender semejante desorden.) que había pasado por la habitación.
-Vale…- Dijo Rodas levantándose. -¿Y que hacemos con el?
Seth miró al inconsciente Exterminador unos segundos antes de dar su veredicto: Quítale la armadura y átalo a una silla…
Mientras Rodas se encargaba de “poner cómodo a su amigo” Seth y Shun comenzaron a investigar la desastrosa habitación.
-La puerta esta cerrada a cal y canto…- Dijo Shun tirando de la puerta.
-Sea quien sea,- Añadió Seth. -mas bien parece que salió por la ventana a juzgar por el hecho de que esta abierta de par en par.-
-Lo único que podemos hacer es esperar a que venga el dueño de ese transportador o hasta que despierte la bella durmiente…- Dijo Rodas volviéndose a sentar contra la pared.
Los minutos pasaron en completo silencio mientras esperaban a que algo sucediese. Fue entonces cuando se oyó un crujido: alguien estaba abriendo la ventana con cautela. Rodas desenvainó rápidamente la espada.
-¡Quien va!- Exclamó mientras la figura entraba en la habitación con las manos en alto.
Seth se levantó cuidadosamente mientras inspeccionaba al sujeto: las sombras lo cubrían todo, lo único destacable era la armadura de Naruga que se dibujaba en la penumbra.
-¿Quien eres?- Preguntó Shun con cautela. -¿Fuiste tu el que nos ayudó?
-Tranquilos.- Dijo una voz femenina. –Si, fui yo… no hace falta ponerse tan agresivos…-
Rodas bajó la espada y la mujer se acercó a la chimenea, se agacho y echó una bola que explotó encendiendo la madera e iluminando el lugar.
-¿Y se puede saber por que lanzaste ese transportador?- Dijo Seth serio. La mujer se giró hacia el y se quitó el casco y una larga coleta de un color castaño, casi dorado cayó hasta media espalda. Unos ojos como la miel lo miraron con diversión mientras una sonrisa condescendiente se dibujaba en su rostro.
-No sabéis quien era ese tipo… ¿Me equivoco?- dijo la joven cazadora despojándose de su armadura sin ninguna preocupación.
-Si…- Respondió Shun sorprendido ante la escena. –Parecía ser un alto mando de los exterminadores. ¿Qué tiene eso de especial?
-Nada en absoluto…- Siguió la joven sin abandonar la tarea de quitarse las calzas de naruga. –Solo que os hubiera aniquilado a los tres de un par de golpes…
-¿Y se puede saber en que te basas para afirmar semejante tontería?- Exclamó Rodas molesto. –No somos unos novatos a los que se les pueda vapulear tan fácilmente…-
La cazadora, despojada ya de su armadura, se sentó en un sillón que había bajo unas sabanas.
-No dudo que seáis buenos, chicos…- Dijo la joven cruzando las piernas encima de su asiento. –Pero ese tío es más de lo que podéis tragar…-
Seth la miro confundido, ¿de que conocía ella a aquel tipo como para estar tan segura de su derrota?
-Las armas que llevan tanto el como sus compañeros…- Continuó ella. –No son armas corrientes, poseen una enorme capacidad destructora que no podéis ni imaginar. Son capaces de tumbar a un Gypceros de un solo golpe.-
-Posees una información demasiado detallada para no resultar sospechosa…- Dijo Rodas sin soltar su arma.
La chica les miro con el rostro totalmente pálido.
-¿Qué nos estas ocultando?- Preguntó Shun con cautela. -¿Eres una de ellos?
La cazadora no respondió, solo se limito a bajar la cabeza.
-Responde.- Dijo Seth acercándose a ella, preparado para cualquier cosa.
-No me creeríais…- Dijo la joven pegada al respaldo de la silla, parecía al borde de un ataque de pánico: temblaba de pies a cabeza, pálida como la cera.
-Prueba…- Dijo Rodas levantándose, la sombra que proyectaba su enorme cuerpo pareció oscurecer la sala.
-No… no puedo…- Dijo la chica sin dejar de temblar.
Shun estaba realmente intrigado por la forma en la que la situación había cambiado: la que parecía tener la voz cantante ahora estaba siendo interrogada en solo un par de segundos.
Seth apoyó las manos a ambos lados del respaldo y acercó su cara a la de la muchacha.
-Mira…- Dijo con tono tranquilo. –Nos estas ocultando algo. Y, si quieres que confiemos en ti, tienes que decirnos por qué sabes lo que sabes. Si no, no tendremos más remedio que tomar medidas… preventivas…-
-¡NO LO SÉ! ¿VALE?- Gritó la muchacha con todas sus fuerzas. – ¡NI SIQUIERA SÉ SI EXISTO! ¡SE COSAS QUE SE SUPONE QUE NO DEBERIA SABER! ¡PERO EN REALIDAD NO SÉ NADA! ¡No se nada!... nada… nada…-
Todos se quedaron sorprendidos ante la reacción y las palabras de la muchacha.
-Me parece que todos hemos empezado mal…- Dijo Shun haciendo un gesto a sus compañeros para que se sentaran. –Yo soy Shun, y ellos son Seth y Rodas. ¿Tu como te llamas?
La cazadora soltó una pequeña risa y le sonrió antes de contestar.
-La gente que me conoce me llama Ivy.- Contesto suavemente.
-Bueno, Ivy…- Comenzó Seth con un suspiro. –Antes de nada, perdón por lo que acaba de pasar.
-Vaya, si que puedes ser educado…- Dijo Ivy riendo.
-El caso es…- Intervino Rodas. –Que seria recomendable explicarnos la situación…-
-Tienes razón…- Dijo Ivy poniéndose seria. -¿Por donde queréis que empiece?-
Todos se miraron, como manteniendo una conversación telepática imposible de descifrar para Ivy.
-¿Cuál es el motivo de que nos hayas ayudado?- Preguntó Rodas. -¿Qué es tan peligroso en ese hombre?
Ivy se quedó reflexionando unos instantes, como reordenando la información. Después de dar un suspiro habló.
-Como supongo que ya os habréis dado cuenta.- Comenzó Ivy. -Los exterminadores no son unos cazadores corrientes. Sin embargo, y a pesar de que todos pertenecen al mismo “gremio”, existe una jerarquía de poder mucho mas diferenciada que en el gremio de cazadores, en la parte mas baja y creando el grueso de los exterminadores, se encuentran los llamados “iniciados” y los “formadores”. Su nivel de de combate no es nada extraordinario si lo comparamos con un cazador de nivel medio, pero sin embargo poseen equipos totalmente desconocidos y de extraordinaria potencia, tanto en armas como en armaduras que suplen esa carencia con creces...-
- Y a ese rango pertenecen tanto los tíos de antes como nuestro “amigo” ¿Me equivoco?- Dijo Shun señalando al todavía inconsciente exterminador.
-Exacto.- Le contestó Ivy. –Luego, se encuentran los denominados “ases”, que poseen un potencial que llega incluso a superar la destreza de la elite del gremio y la mayoría son capaces de portar hasta dos armas a la vez.
-¿Como dos ballestas ligeras?- Preguntó Seth tensó.
-Pesadas, más bien…- Le contestó Ivy en tono lúgubre. –En tercer lugar están “los guardianes del cielo”, a ese rango pertenece aquel exterminador del que os acabo de salvar. Son los que llevan armas jamás vistas, imposibles de catalogar y con una potencia devastadora, capaz de tumbar a un dragón anciano sin apenas esfuerzo.
Todos se quedaron pensativos al oír esas palabras. Unas armas jamás vistas y con un poder semejante… aquello era algo que ilógicamente ponía los pelos de punta.
-¿Y después?- Dijo Shun. -¿Viene el líder?
-Antes hay un rango mas…- Dijo Ivy. –Pero mi información llega hasta ahí…-
-Y ahora viene la pregunta del millón de Zenys…- Dijo Rodas mirando a Ivy serio. -¿A que te referías antes con aquello de “Se cosas que se supone no debería saber”?
Ivy se quedó callada, jugueteando con los dedos con nerviosismo.
-Bueno es que yo…- Dijo respirando agitadamente. –Todos mis recuerdos comienzan hará casi año y medio…

OWO!! Me encanta como está saliendo todo! Presiento que ivy me va a caer bien ^^
De todas formas es una mujer misteriosa!!
Ya tengo ganas de seguir leyendolo!! Me a gustado mucho cuando Seth apoya las manos en el respaldo y le hace la pregunta...me imaginé la escena! *_*
En fin, que espero poder leer pronto el siguiente! (y lo de la peli romanticona...deve ser porque soy una chica pero a mi siempre me gusta que haya algo de amor en todos lados XD)

muy buen capítulo, también está narrado decentemente. El único problema que le veo es que ha pasado tanto tiempo desde el último capítulo del grupo de humanos que se me ha olvidado que estaba pasando XD jajajaj (que memoría la mía). Espero más capítulos próximamente ;D

Perdon por el retraso pero llevo DOS semanas sin internet (NOOOOOOOOOO) asi que aqui esta el siguiente.

CAPITULO 12

El congalala de pelaje esmeralda se movía con lentitud, sin dejar de hacer oscilar el hediondo excremento de un lado a otro con su cola.
-¡He dicho que quien anda ahí!- Exclamó con un potente grito.
-Soy Garu.- Contesté rápidamente. –Tira eso antes de que puedas hacerle daño a alguien…-
El congalala lanzó el “regalito” hacia el fondo de la cueva.
-Vaya…- Dijo Donong sentándose con indiferencia. –Acércate a la luz maldito reptil, que hace tiempo que no te veo.
Avancé con tranquilidad. Normalmente un dragón anciano le habría echo pagar tamaña insolencia, sin embargo, Donong tenia un increíble y eficaz entramado que movía toneladas de información. Si algo gordo ocurría en cualquier parte, Donong se enteraba de todos los detalles con uno o dos días de diferencia, es más, llegaba a enterarse de cosas incluso antes de que sucediesen. Era por eso que su red de información era tan importante. Por desgracia no daba información a cualquiera…
Y, (como creo que ya supondréis.) a pesar de todos los años que habían pasado desde la ultima vez que lo vi, no había cambiado: seguía siendo el ser vivo mas asqueroso sobre la faz de la tierra.
-Es cierto…- Le contesté. -¿Cuánto hace ya? ¿Quince? ¿Veinte años?
-Lo suficiente como para comprobar que el tiempo pasa más lento en los Wyverns que en los Pelagus…- Me contestó Donong acercándose a la luz también. Me sorprendió ver su aspecto, realmente los años pasan factura: El orondo Congalala que conocí en mi juventud había dado paso a un anciano y raquítico Pelagus en sus últimos días. La cresta tan característica de un líder conga había sido sustituida por una ridícula calva, y muchos mechones de pelo habían desaparecido. No parecía quedarle mucho en este mundo.
-El tiempo se ha cebado contigo Donong…- Dije con disimulada tristeza.
-El tiempo pasa y nosotros también estupido Daora…- Me respondió con una risa. –Solo que el sigue y nosotros un día tendremos que parar… Pero si has venido aquí dudo que sea por placer… aunque aun recuerdo la que armaste la última vez…
-Necesito de tu información. –Le respondí sin rodeos. –Sabes lo que sucedió con Shamael… ¿No?
El anciano Congalala me miró con melancolía, como recordando una gloria pasada que nunca volvería.
-Se que ha muerto…- Me respondió. –Pero ya no doy información… mí tiempo como el más famoso informador ya acabo… y dentro de poco mi propio tiempo le seguirá…
-¿De que esta hablando?- Dijo Caradryan con una pequeña tos provocada por el hedor. -¿Se niega a darnos información?
-No es que no quiera jovencito…- Le contestó Donong. –Es que ya no puedo… he pasado el testigo. Voy a dejar que la sangre nueva coja el rumbo del mundo.
La forma de hablar de Donong me sorprendió de una forma desagradable: normalmente le hubiera contestado a Caradryan de manera soez y prepotente… ya no era aquel que conocí.
-¿Y quien nos puede ayudar ahora?- Dijo Caradryan con desesperación. – ¡Se supone que usted tiene la mayor y más fiable red de información!-
-Calla Caradryan…- Dije serio, luego me gire haca el congalala. -¿Y a quien podemos acudir ahora? ¿Quién esta al mando de tu red?-
-Dudo que te vaya a gustar reptil.- Dijo Donong con una enorme risotada.
-Desembucha bola de pelo verde.- Exclamé con decisión.
-Se la di a Caestus…- Dijo Donong sin parar de reír. Esa respuesta fue como un vaso de agua en la cara, no hace daño pero es podidamente molesta…-
-De todos los pelagus aspirantes a tu puesto… ¿Por qué se lo tuviste que dar a el?- Dije con un suspiro exasperado.
-Era el más competente…- Dijo El Congalala encogiéndose de hombros.
-Supongo que entonces no tenemos nada más aquí…- Dijo Caradryan dándose la vuelta y marchándose apresuradamente. Yo comencé a seguirlo hasta que no tuve más remedio que preguntar.
-¿Y ahora que harás con tu vida?-
-Pues ir donde mi padre, y su padre, y el padre del padre de mi padre… tu ya me entiendes…-
-Entiendo.- Le contesté mientras recordaba la tradición de los ancianos Pelagus que iban a morir a un lugar que solo ellos conocían por puro instinto…

Cuando Caradryan salió automáticamente se alejó todo lo que pudo para vomitar lo poco que tenia en el estomago. No podía siquiera comprender como Garu había aguantado casi sin pestañear aquel aroma salido de lo más profundo de la ciénaga más repulsiva de la más honda cavidad de lo más profundo del asqueroso infierno de las cosas repulsivas.
-¿Qué tal estas Caradryan?- Le dijo Garu riéndose ante la escena que Caradryan estaba montando.
-Peor que tu por lo que veo…- Le respondió Caradryan mareado… -¿Cómo lo soportas?
-Con mucha, mucha práctica.- Le respondió Garu sacudiendo la cabeza como si le hubiera dado un escalofrío para luego apartar a Caradryan y vomitar también. –Aunque no siempre funciona…

-Ahora hay que ir a ver a ese tal Caestus…- Dijo Caradryan terminándose el ultimo pedazo de Aptonoth que habíamos cazado. Yo le respondí con un resoplido.
-¿Hay algo que te moleste de nuestra… bueno, de tu charla con Donong?- Preguntó Caradryan con preocupación.
-No, no es eso…- Le respondí. –Es que Caestus y yo tenemos ciertas… desavenencias…-
Caradryan me miró con sospecha. -¿Qué clases de desavenencias?- Dijo.
-Mas bien fueron con su hermano pero…- Le contesté. –Pero ya lo verás cuando le veamos…-
Sin hablar más del tema alcé el vuelo y me dirigí hacia un pequeño bosque que había a varios kilómetros. Era un pequeño círculo verde en medio de las doradas llanuras. Siempre me pregunté que habría en esa zona para que creciese todo un bosque. Aunque también me imaginaba que la respuesta seguramente seria un manantial subterráneo.
Aterricé en las afueras y me interné entre los árboles, seguido de Caradryan. Tuvimos algunas dificultades al principio, pero enseguida encontramos un camino natural, hecho por el transito de los Wyverns y demás que circulan por aquí, durante el transito por el camino vimos a muchos Apceros viniendo en dirección contraria, sin miedo alguno.
-¿Por qué no huyen?- Preguntó Caradryan extrañado ante la pasividad de lo que normalmente serian presas.
-Esto es zona neutral.- Le respondí. –Solo los señores del lugar tienen derecho a cazar aquí.-
-¿Y Caestus es el señor del lugar?- Volvió a preguntar Caradryan a lo que yo le contesté con un asentimiento de cabeza.
Caminando nos encontramos con otra cueva, frente a la entrada se encontraban una enorme pandilla de Rajang frente a ellos, mirando hacia nosotros se encontraba El enorme Rajang Caestus y sobre su cabeza llevaba a su hermano Iriesto. O lo que quedaba de él ya que hará unos años yo mismo le rompí el cuello con mis mandíbulas…

XDXD Lo vi ayer pero hasta hoy no pude leerlo!
XD La verdad me a caido bien Donong y Caradryan es monisimo!
Bueno, tu sigue asi, que tu fan femenina del foro espera el siguiente capitulo! ^^

^^ está bien jaja. Pobre Congalala T.T me ha caído bien, justo como a Lulú, y lo de que van a morir a un lugar específico pos instinto ha sido algo bastante acertado, le da un toque más realista a la historia

Aqui otro mas...


CAPITULO 13

-¿Año y medio dices?- Preguntó Rodas extrañado.
-Es lo mas lejos que llega mi memoria.- Le respondió Ivy preocupada. –Todo lo demás es… información suelta, inconclusa, irrelevante… lo primero que recuerdo es verme sola a las orillas del volcán completamente… bueno si, sin nada.- Shun soltó una pequeña risa al oír ese comentario. –Me encontró un viejo cazador de Kokoto que me llevó al pueblo… me enseño a hablar, incluso a caminar… en agradecimiento me hice cazadora para ayudarlo…-
-¿Y que sucedió con el?- Preguntó Seth. -¿Murió?
-¡No! Se retiró.- Dijo ella con una sonrisa picara. –Fue entonces cuando di mi deuda por saldada y quise ver mundo así como intentar saber quien era. Fue entonces cuando me encontré con uno de los exterminadores, se limitó a evitarme pero, cuando me vio, parecía que había visto un fantasma… me da miedo que pueda estar relacionada con ellos de alguna forma...
-Así que pensaste que podrían darte las respuestas que buscabas. ¿Me equivoco?- Dijo Seth pensativo a lo que Ivy chasqueó los dedos y le señaló indicándole que había dado en el clavo.
-Pues por mi parte eres de los buenos- Dijo Shun rompiendo el silencio. – si quieres puedes venir con nosotros…-
-¿En serio?- Dijo Ivy emocionada.
-Y a la opinión de los demás que le den ¿No?- Dijo Seth cruzado de brazos.
-Por mi no hay problema…- Sentenció Rodas riendo ante la mirada de su compañero.
-Supongo que la mayoría gana…- Dijo Seth soltando un suspiro.
-Pues la mayoría os va a causar problemas…- Dijo una voz detrás de ellos.
-Así que ya despertaste…- Dijo Rodas levantándose.
El exterminador observaba la escena con rostro divertido mientras Shun se acercaba a él serio.
-¿Y que quieres decir con eso?- Dijo Shun acercando su cara a la del exterminador.
-Os estáis moviendo por territorio pantanoso, perros cazadores… pronto seréis… exterminados…- Tras soltar la ultima palabra soltó un risotada.
-Pues ya nos estas contando todo lo que sabes…- Dijo Rodas cogiendo la silla y levantándola en vilo junto al exterminador.
-Me parece… que no.- El exterminador mostró una píldora naranja en su boca que luego masticó y tragó antes de que nadie pudiese detenerlo. Unos espasmos recorrieron su cuerpo y comenzó a echar espuma por la boca. Antes de que pudiesen hacer nada, el exterminador se había suicidado llevándose con el todos sus secretos.

La puerta se abrió, dando paso a una sala completamente blanca, en una mesa del fondo se encontraba un hombre alto de pelo negro recogido en una coleta que no dejaba de remover un líquido amarillento en una probeta y sin dejar de mirar. El exterminador de cabellos canos suspiró y se acercó al hombre de la bata.
-Por favor no toques los frascos, son muy delicados…- Dijo el hombre de la bata vertiendo el liquido amarillo en otro frasco con un liquido violáceo y volviendo a removerlo.
-Hemos perdido a un formador, se lo ha llevado gente del gremio.- Dijo el exterminador.
-¿Y?- Preguntó el hombre de la bata sin emoción. -¿Acaso te crees que lo puedo hacer regresar con mis “polvos de hadas”?
-No estoy para tus tonterías.- Dijo el Exterminador molesto. –El Gremio ya ha movido ficha…-
-¿Y que mas?- Volvió a preguntar el hombre de la bata sin prestar ninguna atención mas que al frasco de liquido que se había vuelto del color de la sangre. –Interesante reacción- Murmuró tomando notas.
-¿Qué quieres decir?- Dijo el exterminador extrañado.
-No estarías aquí si solo fuese por una nimiedad como esa…- le dijo. -¿Otra vez tu amiguita? Igual es que se te esta insinuando.-
-Igual es ella…- Dijo el Exterminador preocupado.
-Imposible…- Dijo el investigador cogiendo el liquido carmesí y metiéndolo en una nevera. Sin ni siquiera mirar a el que le hablaba cogió otro frasco y repitió el proceso con el líquido amarillento, esta vez añadiéndole unos polvos blancos. –Y aunque lo fuese no supone ninguna amenaza.-
-¿Crees que van por nosotros?- Dijo el Exterminador cruzándose de brazos.
-Deja que Lance se encargue de ellos.- Dijo el investigador sin modificar el tono de indiferencia. –El dará buena cuenta de ellos.-
El exterminador resopló, aunque le sentase mal, sabia que podía confiar en las palabras de aquel hombre. Todo el gremio de exterminadores existía gracias a sus conocimientos, aunque su exceso de confianza siempre le desconcertaba.
-¿Cómo es que aun no ha llegado el cuerpo?- Preguntó el investigador.
-Es un trabajo arduo el traerlo hasta aquí y mas aun el ocultarlo para que no lo hallen. Deberías estar agradecido de que te lo traigan pasado mañana.- Replicó el Exterminador serio.
-El único problema es la descomposición…- murmuró el investigador metiendo todos los frascos en la nevera.

La imponente figura de Rodas, ya despojado de su armadura, se recortaba en la oscuridad de la noche. Cualquiera que lo viese no dudaría en afirmar que era un wyvern: sentado en el tejado del edificio y oteando el horizonte en busca de presas…
Sintió de repente un peso encima, cuando elevó la mirada se encontró con Ivy que miraba con curiosidad hacia el horizonte.
-¿Qué miras?- Preguntó. –Porque yo no veo nada especial…-
-Nada…- Respondió Rodas. –Solo quería sentir la brisa.-
-Ah.- dijo ella bajando de la espalda del enorme cazador y sentándose a su lado. –Ya se han llevado el cuerpo…-
-Hablaba con acertijos…- Dijo Rodas escuetamente. -¿Qué querría decir con todo aquello? Hay algo que no me termina de cuadrar.-
-Por lo menos habéis encontrado a una nueva compañera.- Le dijo Ivy esbozando una sonrisa con picaresca.
-Todavía me queda una pregunta más que hacerte.- Dijo Rodas sin dejar de mirar al horizonte. -Solo por curiosidad ¿El nombre de Ivy te lo puso el cazador o…?
-Era lo único que podía decir cuando me encontraron…- Respondió ella. –Quizás fuese realmente mi nombre o el de alguien importante de mí pasado…-
-Ya veo…- Dijo Rodas levantándose. –Será mejor que vayamos a dormir, mañana nos vamos…-
-Espera.- Dijo Ivy. -¿Cómo es posible que nadie dijese nada cuando se llevaron el cuerpo?
Rodas se giró y con una sonrisa le dijo: -Bienvenida a las misiones de rango 10 señorita…-

Bien bien, un capi nuevo jejej,

Está bastante bien. ¿Por qué siempre los malos se suicidan antes de contar nada? XD.

Y a saber como encontrarán ahora un Exterminador..

OWO Ivy me cae bien! XD
Me gustó este capi!