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 Fanfic Silent Hill: Double psycho

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Evan
Dark Killer
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Evan

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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime10/04/10, 01:04 am

Juas, enfermeras!! un clasico. Bueno pues nada, a espera el siguiente ^^
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime10/04/10, 01:16 am

dios que wapos estos capis Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_cheers ya van apareciendo los bixitos que me molan jejeje.
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime10/04/10, 12:18 pm

CAPITULO 9
-------------------------
Aunque en un principio tenía pensado quedarse junto al coche de su hermano hasta que llegase alguien, las luces de unos faros en la lejanía la hicieron moverse y retroceder por la carretera en dirección contraria al pueblo hasta un desvío cercano.

En la oscuridad de la noche, sus ropas no eran demasiado visibles, pero esperaba que si lo fueran las señales que hacía con los brazos al motorista que se acercaba a gran velocidad. Fue aminorando hasta detenerse frente a ella.

Era un hombre joven vestido con ropas de cuero a juego con su moto de color negro metalizado que dejó ver sus dulces rasgos y una corta melena rubia cuando se quitó el casco para hablar con Amy.

- ¿Qué haces aquí sola a estas horas, pequeña?

- Estábamos de paso, y se nos ha estropeado el coche… -comenzó a explicarse la chica.

- ¿Coche? Yo por aquí no veo ningún coche. ¿No me estarás timando y serás una de esas chicas de la curva, no? -levantó las cejas para acompañar a su tono bromista.

- Está un poco más adelante, justo delante de la entrada al pueblo de Silent Hill

La expresión risueña del chico se borró de un plumazo al oír el nombre del pueblo. Examinó a Amy de arriba abajo, antes de, al menos, esbozar una expresión más calmada.

- ¿Cuántos más venían contigo?

- Mi hermano, que entró en la aldea para buscar un teléfono. ¡Pero aún no ha vuelto, y necesitamos ayuda!

El chico se quedó pensando un momento.

- Por aquí cerca hay una estación de servicio. ¿Te llevo? No debe de estar a más de un par de kilómetros. Puedes llamar desde ahí a una grúa y luego localizas a tu hermano.

Amy aceptó la oferta del joven y montó tras él. Tuvo tiempo de echar una última mirada al camino que conducía a Silent Hill y un último mensaje mental a Alex, antes de que el tipo se volviera a poner el casco y la moto saliera disparada, obligándola a aferrarse con todas sus fuerzas a la cintura del muchacho.

El motorista había dicho la verdad. Unos kilómetros más adelante, sumergida entre algunos árboles, se veía la gasolinera que marcaba su posición con un gran cartel luminoso.

El chico insistió en acompañarla, entrando ambos en el establecimiento. Amy solicitó usar el teléfono al dependiente del solitario restaurante y en seguida llamó al servicio de emergencias. Sin embargo, cuando le dijo a la amable señorita que la atendió el lugar donde se encontraba el coche, la mujer admitió no saber de qué lugar estaba hablando, así que quedaron en mandar la dichosa grúa a la estación de servicio donde se encontraba.
Cuando Amy regresó al restaurante, el joven la esperaba sentado en una mesa y con un par de refrescos servidos para cada uno. Eran los únicos clientes aquella noche, por lo que el hombre del mostrador estaba charlando animadamente con el motorista hasta que llegó ella y explicó la situación:

- Dicen que no han podido localizar el pueblo en el mapa, así que mandaran aquí la grúa y tendré que guiarles hasta allí -tomó asiento frente al joven.

- ¡Menudo panorama! -exclamó el muchacho tomándose su vaso de un trago.

- ¿Qué ha ocurrido? -quiso saber el encargado.

- Iba de vacaciones con mi hermano, y el coche nos ha dejado tirados en mitad de la nada…

- ¿Y te has tenido que encargar tu sola de buscar ayuda? ¡Qué responsable!

- Mi hermano fue a pedir ayuda a un pueblo que había cerca, Silent Hill…

Una vez más, los dos hombres reaccionaron de forma extraña. Sus rostros se agravaron de tal forma que un escalofrío recorrió la espalda de la chica. Tragó saliva antes de atreverse a preguntar:

- ¿Pasa algo con ese sitio? Esta abandonado, ¿no?

- Si… ¡Y de qué manera! Fue una lástima… -comentó el dependiente apesadumbrado y en seguida cambió de tema -. Bueno, como estás en un apuro y son las horas que son, ¿Qué tal si cenas aquí? ¡Invita la casa!

A Amy no le dio tiempo a objetar, ya que el tipo entró a todo correr en la cocina. Al menos, el motorista seguí allí, así que intentó preguntarle a él:

- ¿Qué pasa con ese pueblo? Cada vez que lo nombro parece que nombro al diablo…

- Corren todo tipo de rumores sobre él. Leyendas urbanas, ya sabes…

- Pues muy creíbles han de ser esas leyendas para que esté abandonado de esa forma… -comentó Amy mientras tomaba un sorbo de su refresco.

- ¡Estamos en una zona rural, pequeña! Es normal que a la gente de estos lares les afecten estas cosas y se las tomen tan a pecho.

- ¿Pero, y usted? También ha puesto esa cara cuando…

El motorista jugaba con su vaso vacío, deslizándolo por la mesa de un lado a otro continuamente. Estos movimientos la distraían y la ponían nerviosa, así que los detuvo plantando la palma de la mano sobre el recipiente.

- …cuando he mencionado a Silent Hill -terminó la frase por fin.

El chico mostró una sonrisa enigmática cuyos vivarachos ojos imitaron con un deje de tristeza y melancolía.

- Conocí ese pueblo. De pequeño. Mis abuelos eran de allí. Llevaban juntos una posada, pero… -guardó silencio bajando su atención al vaso y a la mano de la chica.

- ¿Pero…? -insistió Amy.

- Pero tuvieron un accidente. Mi abuelo murió y mi abuela quedó muy afectada.

- Vaya, lo siento… -se arrepintió enseguida de la pregunta que había hecho.

- ¡No te preocupes! Con estas cosas, la única justicia en la que uno piensa es en la divina. ¡Ya le dará dios el castigo que merece ese canalla!

- ¿Ese canalla..? -al darse cuenta de que estaba volviendo a las andadas, Amy se tapó la boca, pero no a tiempo.

El motorista suspiró sin abandonar su amarga sonrisa.

- A mi abuelo le asesinaron. Un tiro limpio en la cabeza. Un tipo secuestró a una niña y se escondió en el hostal de mis abuelos, huyendo de la policía. Intentó salvar a la pequeña, y el indeseable ese disparó. Justo antes de que la policía interviniera…

- ¿Y no pudieron salvarle?

- No. Murió en el acto… Y con la impresión, imagínate lo que duró mi abuela… -Amy se mordió el labio, conmovida -Antes de morir, su buen corazón la guió para encargarse de la pequeña. Fue ella quien la devolvió a su madre.

- ¿Y todo eso ocurrió en Silent Hill?

- No. Aunque mis abuelos eran de ese pueblo, se instalaron en la capital. ¡Hasta la niña era de Silent Hill! ¡Fíjate que casualidad! -hizo un esfuerzo por quitarle hiero al asunto, riéndose ante la coincidencia con una carcajada que Amy intentó seguir con una media sonrisa forzada, sin verle la gracia por ningún sitio.

- Si, que casualidad…

- Incluso llamaron al grupo de operaciones especiales… ¡Menudos inútiles! -resopló.

Aquella última declaración encendió una espita en la mente de Amy. Tenía un recuerdo borroso de algo que había escuchado antes. Un caso parecido que su hermano le había contado. A lo mejor no tenían nada que ver, pero… necesitaba asegurarse.

- ¿Y cuando dice que ocurrió aquello?

- Pues hará diez años, o cosa así. ¿Por qué?

A Amy se le quedó la boca seca de la impresión. Claro que lo recordaba. Fue un casoo muy sonado que causo un gran revuelo en los medios de comunicación… y en su hermano.

Amy tendría unos ocho años cuando mientras jugaba, su hermano irrumpió en la casa como un fantasma sin alma. Pasó por delante de la familia sin saludar, entregó una carta a su padre y se encerró en su habitación. No había aparecido por casa durante dos o tres días, y su actitud preocupó muchísimo a la familia. El padre leyó la misiva de pies a cabeza, compuesta de varias hojas y fotocopias de varios colores, y cruzó una mirada con su mujer que asustó aún más a la pequeña. Ninguno de los dos atendió a sus preguntas. La madre se echó a llorar y el padre se encerró con Alex en su habitación durante toda la noche.

Por más que Amy intentó consolar a su madre, no consiguió nada. Y era una niña curiosa, muy curiosa. Así que, ni corta ni perezosa, fue a pedir explicaciones a su hermano. El panorama que encontró era desolador: las caras de padre e hijo hablaban por si solas, aunque Amy no supiera comprenderlas del todo y cada vez sintiera más miedo.

“ - ¿Qué ha pasado?” recuerda que preguntó sentándose al lado de Alex.

“ - He matado a…”

Alex no llegó a decirlo. Su padre lo impidió. Con brusquedad, echó a Amy de la habitación, pero eso no bastaría para disipar su curiosidad. Al contrario, quería saber más. Sin preocuparse porque la descubrieran, pegó el oído a la puerta, escuchando la conversación casi en susurros entre padre e hijo:

“Tenía que haber entrado antes…” repetía Alex una y otra vez en susurros.

“ - ¡Olvídalo! Eso es algo que ya no puedes hacer. ¡Ese hombre ya había matado a una persona! ¡Teníais que reducirle de alguna manera!”

“ - ¡Pero no matarle!”

“ - ¡Él tampoco tenía que haber matado a nadie! Sabes que forma parte del trabajo, hijo. Debes aceptarlo…”

“ - ¡Pero era su hija!”


La conversación seguía, pero no continuaba en su memoria. Recordaba que aún con lo que escuchó, no tenía ni idea de lo que había pasado. Los días que siguieron, todas las noticias se hacían eco de lo ocurrido. Del caso del padre que secuestró a su hija, fue a un hostal y mató al dueño antes de que la policía interviniera y en el tiroteo, muriera el secuestrador a causa del disparo de un agente…
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Evan

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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime10/04/10, 12:33 pm

O.O las cosas se van aclarando...bueno pues a la espera del siguiente
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime10/04/10, 12:46 pm

waoo que wapo, cuanto misterio... espero al sig capi
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime11/04/10, 12:20 pm

CAPITULO 10
-------------------

Tras aquel recuerdo, Amy sintió una agobiante sensación de ahogo en la boca del estómago. Sentía que tenía que hacer algo, que debía encontrar a su hermano cuanto antes.

- ¿Podrías encargarte de guiar a la grúa hasta el pueblo cuando llegue? -le preguntó al joven motorista, que asintió algo sobrecogido por su repentina reacción -. Voy a buscarle.

De forma brusca, Amy se levantó y salió al frío y oscuro exterior al mismo tiempo que el camarero emergía de la cocina con la cena. Vió, anonadado, como la chica salía tan rápido como una exhalación y cruzó una mirada con el motorista.

La noche transcurría tranquila ajena a todo lo que pasaba. La suave brisa veraniega removió el pelo de la joven y trajo consigo breves pinceladas nubosas que iban poco a poco adquiriendo consistencia. Amy se abrió paso por el aparcamiento del área de servicio a paso vivo, guiada por la luz parpadeante de alguna que otra farola perdida al borde de la carretera por la que, de vez en cuando, la quietud se rompía con algún que otro coche que pasaba de largo a toda velocidad.

La sensación de agobio era cada vez más y más insistente, hasta llegar al punto de provocarle nauseas. Para colmo de males, se llevó un buen susto cuando una mano se posó en su hombro por detrás y la obligó a detenerse. Se giró.

- ¡¿Qué...?! -se calló al instante cuando vio que se trataba del motorista -. ¿Yo no te he dicho que te quedases para guiar a la grúa?

- ¡Qué mandona eres para la edad que tienes! -el motorista le quitó la mano de encima -. Le he dejado el recado al encargado antes de irme y aceptó encantado.

- ¡Pero no puedes ir pidiendo ese tipo de favores al primero que se te cruce por delante!

- ¡Qué curioso! ¿No es lo primero que has hecho tú conmigo? -una irónica sonrisa afloró en los labios del joven.

Amy abrió la boca para rebatirle, pero la cerró al darse cuenta de que tenía razón. Frunció el ceño, reprimiéndose a sí misma mentalmente.

- Sólo tiene que indicarle el camino a la grúa. Lo hará, no te preocupes por eso -la tranquilizó. -¿Por qué has salido así? Ya debes saber que en el sitio en el que estamos y las horas que son...

- He tenido una acorazonada... -Amy sintió que enrojecía y por más que lo pensó, sólo fue capaz de admitir eso. ¿Cómo iba a contarle lo que había recordado a aquel hombre que no conocía de nada y que seguramente no tenía nada que ver, pero que le había metido un miedo desconocido en el cuerpo?

- ¿Una acorazonada? ¿No irías a volver al pueblo ese tu sola para buscar a tu hermano, verdad? -ante la falta de respuesta de la chica, que tenía la vista fija en el suelo, el motorista dedujo la verdad y emitió un suspiro -. Ya te he dicho que es peligroso. ¿No es mejor que esperes a la grúa, y cuando lleguen ya vas a buscarlo? -Amy negó tercamente con la cabeza y le miró a los ojos con una expresión de desafío que le desarmó. Nada de lo que dijera iba a convencerla -. ¡Esta bien! Pero no voy a dejar que vayas sola. Te acompañaré.

- ¡Pero Alex me matará si ve que he estado hablando con desconocidos!

- Se trataba de una urgencia -el motorista se encogió de hombros -¿Vas a aceptar mi ayuda, o vas a peinar el terreno tú sólita? Mira que el pueblo tiene sus dimensiones...

- ¡Vale! ¡Vale! -la chica cedió un poco -. Pero al menos, dime tu nombre. Así no serás simplemente “un motorista que se ofreció a ayudarme” -los dos comenzaron a andar en dirección al vehículo del joven, aparcado por allí cerca.

- ¿No me había presentado antes? ¡Qué despiste! Soy Lucas -se presentó cuando ponía la moto en marcha e invitaba a subir a la chica.

- Yo, Amy. Encantada -se subió tras él, viendo como se ponía el casco y se aferró a su cintura justo antes de que salieran disparados recorriendo el mismo camino que salía de Silent Hill en sentido contrario.

Al llegar, todo seguía como antes. El coche no se había movido de ahí, y la atmósfera seguía siendo igual de pesada y solitaria. Amy echó una rápida mirada al cielo: el temporal estaba poniéndose cada vez más feo, ya que las nubecillas iban creciendo conforme pasaban los minutos. ¡Ya había que tener mala suerte para que, encima de todo, les pillase una tormenta de verano!

Lucas aparcó la moto junto al coche y Amy, sin esperarle a que la sujetase a algún árbol de la ribera del camino, salió corriendo hacia el pueblo. La sensación de peligro iba aumentando también, y temía más que nunca por la vida de su hermano. Si ella hubiera seguido esperándole junto al coche, en ese momento aún no se habría encontrado con él. Y eso no hacía más que asustarla más. Los pasos acelerados de Lucas, aún con casco y con la visera levantada, la dieron alcance cuando ya caminaba por la vía principal de Silent Hill. La niebla se los comió a ambos.

* * *

- ¡Alex! ¿Dónde estás? -ya llevaban un buen rato sin desviarse de la carretera principal, llamando a su hermano a gritos y sin que éste diera señales de vida, cuando decidieron hacer una pausa.

- Perdóname, Amy, pero tu hermano me parece cada vez más irresponsable. ¿Con una hermana pequeña decide ponerse a explorar un lugar desconocido dejándola atrás? -Lucas se frotó la garganta, que empezaba a picarle de tanto grito.

Amy no dijo nada, sólo le dirigió una ceñuda mirada que le hizo callar al momento. Debajo de toda aquella fachada, las lágrimas de angustia se agolpaban y pugnaban por salir. No lo estaba, pero empezaba a sentirse completamente sola y perdida en aquel terrorífico pueblo fantasma. ¿Qué podía hacer? Ya había recorrido buena parte del pueblo y seguían sin encontrar nada. ¡Y la ayuda que había pedido por teléfono debía de estar al llegar!

Movida por la urgencia, Amy torció hacia un camino secundario. Su repentino movimiento pilló por sorpresa a Lucas, que tardó en reaccionar. Cuando lo hizo, no tuvo más que dar un par de zancadas antes de encontrarse de nuevo con Amy. Se había quedado inmóvil, con la vista fija en una de las casas desvencijadas por el abandono y el paso del tiempo. Tenía los ojos abiertos de par en par y las manos le temblaban.

- No puede ser... -balbuceaba -. No puede ser... ¡Si estaba ardiendo!

- ¿Amy? ¿Pasa algo? -Lucas la tomó del hombro y miró en su misma dirección.

Él también quedó petrificado por la impresión. El recuerdo seguía vivo en su memoria, aunque hasta hacía poco tiempo lo había sacado a la luz. Hacía décadas que no visitaba aquel lugar. Desde que ocurrió todo, no había querido ni acercarse. Y ahora, lo tenía delante. El letrero de la puerta lo decía todo: el hostal de sus abuelos...

Inmóvil por la impresión, ni se dio cuenta de que Amy se había alejado de él un par de pasos, acercándose al edificio. La chica estiró una mano para tocar la pared de ladrillo viejo y enormes manchas de humedad, pero se detuvo en mitad del aire cuando alguien salió del hostal.

Una niña de unos 11 o 12 años acababa de salir del hostal. Su falda y su jersey estaban manchados por alguna sustancia oscura que ninguno de los dos reconoció, y la brisa removió su melena dejando que algunos mechones de pelo le sobrevinieran a la cara.

A Amy le sonaba aquella cara infantil, redonda y de gesto serio, pero no lograba recordar de qué. La niña la estudió sin decir nada y después, dirigió su vista a Lucas. Amy era incapaz de apartar la mirada de la niña, rebuscando en su memoria, sin saber lo que ocurría a sus espaldas.

En uno de esos recuerdos, como un fogonazo, le pareció ver a esa misma chica. Hizo un esfuerzo, intentó discernirlo mejor...

Un televisor. La cara de esa chica estaba en un televisor. En el telediario. Estaban hablando de una intervención policial. Su hermano...

Tuvo la misma sensación de cuando tienes la solución a algo en la punta de la lengua. Sin estar muy pendiente de ella, observó como la niña movía los labios para mandarle un invisible mensaje a Lucas, que seguía tras ella. Era como si estuvieran manteniendo una conversación de la que ella no podía enterarse de nada. Una conversación sólo para ellos, vetada a extraños y desconocidos como ella. La chica habló sin que ella se enterase de nada durante un buen rato hasta que calló, y con ella todo quedó en silencio. Ni el aire, ni el crujido de la madera de alguna puerta cercana o algún letrero. Nada.

Amy se sobrecogió. Aquello parecía ser una señal, un anticipo de lo que iba a ocurrir a continuación. Todo enmudeció aún más y desapareció bajo el negro manto de la inconsciencia después de que Amy recibiera un fuerte golpe en la cabeza desde atrás. Antes de caer al suelo y desvanecerse por completo, tuvo tiempo de ver a Lucas por el rabillo del ojo enarbolando una tubería y cuyo casco de motorista, visto desde el suelo, parecía una oscura pirámide manchada por un par de gotas de su propia sangre...
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Eric Zephyr

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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime11/04/10, 09:27 pm

ostiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa k kabron el puto lucas!!! XDDDDD a la espera del siguiente ^^
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Evan

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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime11/04/10, 09:49 pm

Mmmm Lucas la golpeó...pero, ¿será para algo malo o para sacarla de allí?. Después de todo se supone que la niña ha mantenido viva a Amy ¿no?.
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime12/04/10, 10:19 am

CAPITULO 11
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El ascenso fue terriblemente doloroso. Ya no solo por el esfuerzo de subir sin que el sudor le hiciera resbalar de los cables a los que se aferraba como si la vida le fuera en ello, sino también porque, mirase a donde mirase, el horror le vigilaba.

A sus pies, aunque la oscuridad las había devorado ya y había convertido el hueco en un terrorífico abismo sin fondo, estarían aquellas enfermeras monstruosas, armadas, pugnando entre ellas por hacerse un hueco para darle alcance. Arriba, cada vez mejor, se escuchaba el vaivén del cadáver del ahorcado, aguardando su llegada. Perdió la cuenta de cuantos pisos había escalado cuando sintió un leve roce en la coronilla. No quería pensar en ello, pero sabía que se trataban de los pies del suicida.

Ante sus narices, estaba la puerta metálica del último piso. No podía escapar por ninguna otra parte. Apoyó bien los pies en el cableado y abrió la puerta haciendo uso de la fuerza. A punto estuvo de caer, pero al final lo consiguió. Como una bofetada, una repentina ráfaga de viento fresco se coló en el interior, aullando al rebotar contra las paredes y redoblando el movimiento del cuerpo inerte sobre su cabeza. No podía aguantar más allí. Alex se escurrió por la apertura como una lagartija, convirtiéndose casi por un momento en un autentico contorsionista.

Le pareció increíble encontrarse de nuevo bajo las titilantes estrellas de la bóveda celeste. Se llevó las manos a la cabeza y se dejó caer, de rodillas, en el suelo. Se vino abajo, recordando por lo que había pasado y un par de lágrimas se le escaparon. Había entrado en el mismísimo infierno. Y lo peor, es que se había llevado a su hermana con él.

- Amy...

Recuperó las fuerzas con sorprendente rapidez y decisión, levantándose de golpe y asomándose al borde de la azotea. Se puso las manos sobre los ojos como visera, y pronto localizó el hostal en el que se habían separado. Por extraño que pareciera, estaba intacto. No había ni rastro del incendio. Como si jamás hubiera ocurrido.

- ¿Qué está pasando aquí? -masculló.

Continuó su búsqueda. Divisó la calle principal y la entrada. Una leve neblina empezaba a empañarlo todo y le impedía otear con claridad ningún detalle más. La ráfaga de aire se había convertido en una juguetona brisa helada, capaz de adentrarse en los huesos. Gritó el nombre de su hermana un par de veces desde su posición, sin obtener respuesta.

- ¡Amy!

Su grito dividió la niebla. Se evaporó lo suficiente como para permitirle ver a un par de siluetas en la lejanía, pululando alrededor del hostal. No podía saber de quien se trataba a aquella distancia. Sin embargo, ¿y si Amy era uno de esos individuos? Volvió a llamarla a gritos, pero de nuevo, los metros que los separaban se convirtieron en un muro que le aislaba del resto del mundo.

Trató de llamar la atención con más gritos, aunque sabía que era inútil.

Entonces, una de la sombras hizo un movimiento brusco. No pudo percibirlo con claridad, pero en un abrir y cerrar de ojos, uno de los individuos estaba cargando a hombros al otro y cruzaba la calle con él a cuestas hasta guarecerse en un edificio próximo.

Tuvo un mal presentimiento. Una acorazonada. Había encontrado a más gente, si, pero teniendo en cuenta lo que había visto hasta entonces, ¿se trataba de ayuda, o de alguna criatura humanoide como las enfermeras que había visto antes?

Si quería averiguarlo, no le quedaba más remedio que salir de allí. El problema era que la vía del ascensor era impracticable. No pensaba volver a asomarse a aquel hueco. La sola visión del cadáver colgado en lo alto le provocaba escalofríos.

A todo aquello, se giró para comprobar que el cuerpo seguía allí. El hueco por el que había escapado era demasiado estrecho y era imposible mirar el interior desde donde estaba así que se acercó, se agachó y miró dentro.

Se apartó rápidamente de un respingo. La luz del exterior se colaba ahora por la oquedad y le permitía ver mejor lo que había dentro. El caso es que había desaparecido. No quedaba ni rastro del cuerpo.

¿Se había caído? Si así hubiera sido, habría escuchado el golpe al estrellarse el cuerpo contra el ascensor al final del agujero. No obstante, había estado más preocupado de hacer oír el nombre de su hermana que de los sonidos que pudiera provocar un cuerpo cayendo en un oscuro y frío agujero. Era una explicación más que plausible.

Que no hubiera cuerpo era un alivio, pero seguía sin atreverse a bajar por ahí. Las enfermeras. Sabía que estaban en un piso concreto. Podía intentar bajar por las escaleras que había junto al hueco del ascensor sabiendo de antemano donde estaban esas criaturas y así poder esquivarlas fácilmente. Era un suicidio, pero tenía que saber quienes eran esos individuos que había llegado también a Silent Hill.

Infló de aire sus pulmones y salió disparado escaleras abajo una vez hubo empuñado su pistola. Cuanto más se alejaba de la azotea, menos luz había para mostrarle el camino. Tanteó con los pies disminuyendo la velocidad, atento a cualquier ruido y movimiento.

El descenso se le hizo eterno, siempre en tensión. Sus pasos no levantaban el más mínimo ruido y ni siquiera se atrevía a respirar. El silencio era sobrecogedor. Giraba todas las esquinas apuntando a cualquier posible enemigo que pudiera estar escabullido en la oscuridad. Sin embargo, no se topó con ninguna enfermera. Cada rellano que pisaba estaba limpio y vacío. No quedaba ni un alma. Llegar a la planta baja del edificio sin más sobresaltos le pareció un milagro. Sin pensárselo, echó a correr por el pasillo, iluminado intermitentemente por los haces de luz que se colaban por las ventanas.

Se acordó demasiado tarde del incidente que le separó de su hermana en aquel mismo corredor.

Se detuvo en seco. ¿Y si seguía por allí? Quiso mirar atrás, pero...

Escuchó unos pies arrastrándose, deslizándose a sus espaldas...

Y el chirrido del acero al ser arrastrado contra el mármol.

No quiso mirarle. Obedeció a su instinto y echó a correr. Los pasos y el chirrido se hicieron más audibles y fuertes cuando salieron en su persecución. ¿Es que no había forma de salir de aquella pesadilla?

Alex recibió un fuerte empujón y un corte en el pie cuando una hoja de hierro cubierta de sangre se abatió sobre él desde la derecha. Su perseguidor estaba dispuesto a todo. Haciendo caso omiso del dolor, siguió corriendo, aunque con algo de cojera. Sintió el sudor frío recorriendo cada centímetro de su cuerpo y la desesperación apoderándose de su alma. Lo tenía detrás, correr no servía para nada. Era un cazador implacable...

Dobló la esquina, llegando a la entrada del hospital. Allí delante, a pocos metros, tenía la salida.

Tomó impulso para dar lo mejor de sí en el sprint final. Era consciente de que la criatura continuaba al mismo ritmo, seguro de poder darle caza antes de que pudiera conseguir escapar. Alex intentó ganar más velocidad. Faltaba poco... cada vez menos...

Algo pasó rozándole el hombro y cortando el aire. Se estampó contra el cristal de la puerta, y ésta se derrumbo hecha pedazos. Alex alcanzó en el justo momento en el que las esquirlas llovían. Se cubrió la cabeza con los brazos, atravesando la puerta, y viendo en el suelo al causante del destrozo: el gigantesco cuchillo del cabeza pirámide.

Ya en la calle, Alex siguió corriendo. Ya no podía escuchar los pasos de su perseguidor, así que no sabía si lo tenía cerca o se había quedado atrás. Cuando le pareció haberse alejado a una distancia prudencial, tomó la decisión: giró sobre sí mismo y apuntó a dónde se suponía que tenía que estar el monstruo.

Pero el monstruo no estaba. La calle estaba desierta.

Contempló, anonadado y sin bajar la pistola el hospital. Había cristales diseminados por el suelo, pero no había ni rastro de la espada ni de su dueño. Apretó los dientes, presa de la confusión y el miedo.

- ¡¿Por qué nos haces esto?! -gritó a la nada, apuntando al interior del edificio -¡Sé que estás ahí! ¡¿Qué quieres de nosotros?!

Pasó un rato, sin respuesta. Dándose cuenta de la situación, se mordió el labio e intentó tranquilizarse. Bajó el arma. Recordó a la chica que se le presentó varias veces durante su estancia en el pueblo.

«Nosotros también juzgamos. Y ejecutamos »

- Os va a costar ejecutarme... -lanzó el desafió a la oscuridad que no dejaba entrever las entrañas del hospital -No me da la gana de que lo hagáis... ¡No os lo pondré fácil!

Alex le dio la espalda al inmueble y volvió a echar a correr. Estaba seguro de que por el momento, no tenía que preocuparse por más persecuciones por parte de ningún monstruo. La adrenalina le ayudaba a no percatarse del dolor que le ocasionaba el pie malherido, cuya sangre ya había manchado su zapato. Se dirigió hacia el edificio en el que vio introducirse a las dos siluetas.

Consiguió encontrar sin mucha dificultad la carretera principal. La siguió hasta llegar a la posada y justo enfrente estaba lo que buscaba: escondido entre el resto de casas, un teatro. La fachada no llamaba demasiado la atención y apenas quedaban restos del cartel que daba nombre al teatro, pero le empezaba a dar igual. Las puertas estaban aparentemente cerradas, pero con solo dar un empujón se abrieron con un crujido escalofriante.

Su llegada se convirtió en una entrada triunfal macabra. Dos enormes focos se encendieron en cuanto puso un pie sobre la alfombra. Las butacas que conformaban el público, vacías y cubiertas de polvo y suciedad, quedaron iluminadas por la luz natural que se filtraba desde la calle. Los focos, iluminaron el escenario, sobre el que, como personaje principal de la obra, estaba su hermana inconsciente.

Se olvidó de absolutamente todo. Todos los peligros, todos los avatares por los que habían pasado quedaron relegados a un segundo plano, eclipsados por el alivio y la alegría del reencuentro. Alex atravesó el patio de butacas hacia el escenario, pero tuvo que frenar en seco cuando ya estaba ante él.

La chica del cabello castaño había hecho su entrada estelar y ahora se interponía entre los dos hermanos. Su mirada indiferente aplastó cualquier sentimiento amable que pudiera residir en Alex, que se dirigió a ella con desprecio:

- ¡Quitate de en medio! Si es a mí a quien quieres, tendrás que dejar que ella se vaya.

La muchacha no se movió. Alex quiso apartarla con sus propias manos, hasta que se dio cuenta de que había alguien más. El cabeza pirámide estaba también ahí, de pie, apostado junto al cuerpo de su hermana. No le sorprendió verle, ni le intimidó su presencia. No quería que olieran su terror.

- ¿Cuándo he dicho -la chica habló -que es a ti a quién quiero?


Última edición por Veran el 12/04/10, 04:43 pm, editado 2 veces
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime12/04/10, 03:39 pm

XDDD que bueno jajaj, me encanta ^^, he visto un fallito entre medias un "de" que ha puesto "d" y poco más. Nada, a la espera del de mañana xD
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime12/04/10, 04:41 pm

^^ Pues prepárate, porque el de mañana será el último antes de los "grandes finales" XD.

^^ Gracias por los coments! (A ver donde esta esa "d"... ô.o)

EDITO: Fallo encontrado y subsanado. Además arreglé el problema de los guiones, que al copiar directamente del blog se quedaron atrás XD
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime13/04/10, 11:00 am

CAPITULO 12 (último capitulo antes del gran final! ^^ ¿Qué final será el primero? ¿El bueno, el malo, o el real? ¿Cuál creeis vosotros que será? =D
.................................................

Comprobó su aspecto diez veces antes de salir de casa. Se aseguró otras tantas de que la casa no correría peligro en su ausencia y de que dejaba la puerta bien cerrada. Y sus pies se movieron solos, recorriendo aquel camino que, año tras año, cada vez con menos esperanza y más falsa ilusión en la mirada, seguía. El cielo, azul y limpio, invitaba al paseo de niños y ancianos que compartían la calle con ella. Pero ella lo sentía impersonal. Se sabía conocedora de la verdad: del remolino de niebla y oscuridad que tras aquel azul se escondía y se tragaba a unos pocos, convirtiéndolos en desgraciados sin memoria ni personalidad, sufridores en vida de recuerdos que juegan escondiéndose de sus búsquedas.

Compró una flor a las puertas del hospital a una gitana decrépita que la persiguió hasta que las puertas automáticas se cerraron tras ella.

Un par de enfermeras la saludaron en los pasillos con practicadas sonrisas a las que ella respondió de forma automática. La rutina la había convertido en eso: diez años de rutina la habían vuelto autómata. Su vida antes de aquello era un lago de aguas oscuras e insondables que ahogaban cualquier imagen, cual quier sonido u olor.

Como tantas otras veces, se paró ante la puerta de la habitación 302. Se acicaló con la mano que le quedaba libre y esbozó aquella sonrisa que tanto había practicado a solas, ante el espejo. Abrió la puerta.

- ¡Buenos días, hermano! ¿Qué tal te encuentras hoy?

Dejó la flor junto a las otras, en un jarrón sobre la mesa de noche. Se sentó en una silla que acercó al lecho, donde un hombre de barba incipiente descansaba envuelto en mantas, cables, tubos y pitidos. Ella tomó su mano, quieta, fría. Como siempre.
- ¿Sabes lo que me pasó ayer en el trabajo, Alex?

Amy esperó un rato en el que sabía que nadie iba a responder. Pero ya no lloraba ante aquel silencio. Fingía escucharle en su cabeza. Igual que hacía con el resto de voces.

- Volvió a seguirme. Ese motorista, Lucas. Sigue tirándome los tejos. ¿No es increible? ¡No sé como decirle que no soy su “niña”! Debe de tener algún trauma con alguna ex…

Buscó algún cambio en la expresión tranquila y soñolienta de su hermano, pero seguía impasible, sumergido en un mundo blanco y desconocido. Aún así, continuó charlando con él, hablando sin parar, sobreponiendo su voz al resto que su cabeza producía. Hasta que llegó la hora de comer. Se despidió de él entonces y bajó a comer algo en el comedor del hospital.

Le gustaba comer allí. Había ruido, y donde había ruido, no oía voces. Comió centrándose en el ruido que producían sus dientes al masticar, su garganta al tragar, su estómago al digerir. Pero como ocurría siempre, la voz delató su presencia con un pequeño zumbido que fue creciendo a medida que pasaban las horas.

“Tenemos que volver. Habla con él”

“Quiero volver a mi casa”

“Tu eres yo. Esta es mi vida”.

Y así era día tras días, hora tras hora. Mientras trabajaba. Mientras leía. Mientras cenaba. Y cuando dormía, eran pesadillas: un hombre gigantesco la perseguía, con un extraño casco en forma de pirámide y una espada gigantesca que arrastraba provocando un escalofriante chirrido. Ella huía, pero sus piernas eran demasiado cortas, era demasiado pequeña y vulnerable. Llamaba a su hermano a gritos, pero de pronto, una niña se cruzaba en su camino. La sonreía y le señalaba un escondite. Una casa de madera en mitad de un pueblo o ciudad desolada. Entonces, Amy despertaba empapada en sudor y temblando, sin poder volver a conciliar el sueño hasta la noche siguiente, en la que todo se volvería a repetir.

Su vida, insípida y repetitiva la cansaba. ¡Claro que la cansaba! Sin embargo, no podía hacer otra cosa más que ganar dinero para que su hermano estuviera bien atendido en aquel hospital, visitarle día a día y sobrevivir. Eso último era la mayor razón de todas, y no sabía porqué. Sobrevivir.

Para sobrevivir, trabajaba en un McDonalds. Para sobrevivir, no caminaba por las calles, corría movida por un temor cuyo origen desconocía. Y un día si y otro no, a la hora del cierre, un motorista que la perseguía desde que podía recordar llamado Lucas la seguía hasta casa. Nunca la tocó. Nunca le hizo nada. Solo la seguía, y decía cosas incoherentes. Al principio, le daba miedo. Ahora solo la inquietaba, pero lo controlaba. Aquella noche también la siguió hasta casa, pidiéndole que la acompañase, que regresara junto a él. Amy ya no sabía como decirle las cosas, así que prefería no decirle nada.

Ya en su casa, a salvo, se preparó una cena rápida y se quedó viendo la tele hasta las tantas. El ronroneo del viejo televisor mitigaba las voces de su cabeza. Las voces dobladas de los anuncios las mantenían alejadas, y distraían su atención. Incluso se sabía algunos de memoria. Aquella noche, uno de esos anuncios era nuevo, y se centró en él movida por unas mariposas en su estómago que la instaba a ello. Como si fuera una señal.

“La enciclopedia de la historia de nuestros pueblos, la historia de nuestro país. ¡La mejor ayuda para tus estudios! ¡La mejor fuente de información histórica de todos los tiempos! ¡Por solo 149’95! ¡Llama ya! ¿No sabes que ocurrió en Silent Hill?...”

Silent Hill. Cuando el locutor lo nombró, una espita se encendió dentro de la cabeza de Amy, provocándole un fuerte dolor de cabeza que la hizo encogerse y gemir de dolor. Fue una punzada que le atravesó el cerebro, una fuerte llamada de atención. Y la voz, más fuerte y potente que nunca, inundó sus sentidos con un tono amenazador y urgente…

“VEN YA”

La cámara mostraba varios planos y puntos de vista del pueblo en cuestión: abandonado, sumido en una blanquecina niebla. Terminó mostrando una casa de madera casi derruida, con un emborronado letrero sobre la puerta. Había visto antes aquella casa, en sus pesadillas. Una y otra vez. La voz insistió:

“¡Tienes que venir!¡Recuerda quién eres!” Repetía una y otra vez.

Amy, dolorida y asustada, se levantó del sillón con la cabeza entre las manos, tapándose los oídos inútilmente. La voz seguía, le hacía daño. Huyendo de ella, y sin acordarse de que era una noche fría e iba en pijama salió a la calle.

Lucas la estaba esperando. La vio salir de su casa, llorando desesperada. Al verle, Amy paró en seco. El hombre estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada en su moto, en la acera de enfrente y con una sonrisa dirigida solo a ella, enmarcada por su corta melena rubia. Con solo verle, Amy supo que era el único que podía hacerle el favor. En los años que llevaba allí, no había conseguido conocer a nadie. No recordaba nada. Ni siquiera había contactado con sus padres, no recordaba quienes eran. Lucas, aquel hombre que la seguía siempre, era el único ser cercano a ella. Y en su estado desesperado, solo podía pedirle el favor a él. Las voces eran insoportables, la quemaban por dentro.

¿Querían ir a Silent Hill? Pues irían a Silent Hill.

- ¿Lista para partir, Amy? –preguntó Lucas acercándose y tendiéndole un casco oscuro.

No respondió con palabras. Cogió el casco de un manotazo, se lo puso lo más ajustado que pudo para tapar sus oídos, y se montó en la moto. El último pensamiento que tuvo antes de cometer aquella locura fue para su hermano, en coma desde hacia diez años y sin esperanza.

Lucas asintió, visiblemente orgulloso por la decisión de la chica. Subió a la moto también y comenzó el viaje…
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime13/04/10, 04:40 pm

Mmmm, ¿Lucas en coma?. No lo he entendido muy bien....¿Lleva diez años soñando estar en Silent Hill? :S ¿O quizás está en coma por alguna razón relacionada con la niña y que la salvase del hombre?. Entonces, todo lo de Silent Hill sería un sueño que tendría Alex... :S bueno, cuando lea el siguiente supongo que me enteraré y...bueno, yo espero primero el final malo ^^
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime14/04/10, 11:45 am

Final Malo
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La moto se deslizaba bajo el tormentoso temporal durante horas. Se cruzaron con un par de coches que parecían huir de la tormenta, que en un santiamén tomó el cielo. El silencio entre Lucas y Amy era total, tenso, hasta que, cansada de ver el mismo paisaje de campo y con las dudas carcomiéndola, la chica decidió elevar la voz por encima del ruido del vehículo:

- ¿Lo sabías desde el principio, verdad? Que terminaría por irme contigo –aclaró.

Lucas, con la visera de su casco bajada, no respondió. Amy interpretó su silencio como un sí.

- Seguro que piensas que estoy loca. Yo también lo pienso –aunque no podía verla, Amy sonrió con tristeza –Despertarte una mañana en un hospital, sin acordarte de cómo llegaste allí; que te digan que tu hermano esta en coma en otra habitación, y así estará durante el resto de sus días. Y tener que rehacer tu vida en un lugar del que nada recuerdas, sin saber nada, para luego irme con el primer desconocido con moto que me sigue…

- ¿Estás segura de que soy un desconocido? –preguntó Lucas.

- Es una forma de hablar. Me llevas persiguiendo desde que puedo recordar –y sentía algo dentro de ella que le decía que se habían visto antes, pero prefirió callarse ese detalle -. Así que se puede decir que te conozco de toda la vida. Lo que no entiendo es cómo supiste qué era el momento. ¿Cómo sabias que iba a salir hace unas horas de mi casa con la intención de dirigirme…?

- ¿…A Silent Hill? –terminó él. Ella se aferró más fuerte a su cintura al tomar una curva más cerrada -. No lo supe. Te esperaba noche tras noche. A que despertaras.

- ¿Despertar de qué?

- ¿A que ya no oyes la voz? –Amy tragó saliva -. Ella también está ansiosa por llegar. Será el fin de todo esto.

- ¿El fin de qué, Lucas? Quizás esa voz no sea más que un producto de mí desequilibrada mente.

- Te equivocas, Amy. No es fruto de tu mente. Es tu auténtica personalidad –Lucas giró la cabeza, confiado en la solitaria carretera. Su casco brilló bajo la luz mortecina que consiguió colarse por un resquicio nuboso, y su cabeza adquirió el aspecto de una pirámide.

La imagen le provocó un duro impacto a la muchacha. Un trueno asomó a lo lejos, y otro dentro de su mente, rajando la cortina oscura que cubría sus recuerdos. Ya había visto antes ese casco. La perseguía, con una espada gigantesca en la mano y ropas manchadas de sangre. Incansable. Abominable. Sintió, como si estuviera produciéndose en la realidad, el tacto frío de su mano en un tobillo, agarrándola, arrastrándola. Llevándosela con él. No pudo reprimir un grito…

Volvió a la realidad de golpe y porrazo, y nunca mejor dicho. Lucas se había despistado durante demasiado tiempo, y no se había percatado del enorme camión que se acercaba a toda velocidad en sentido contrario. Quiso reaccionar, pero no lo consiguió a tiempo. La moto y los dos ocupantes salieron despedidos en varias direcciones. Amy no recibió el golpe directo, pero perdió el conocimiento cuando cayó entre unos arbustos, en un lado de la carretera.

Unos ladridos y unos gritos la despertaron. Le llegaban amortiguados, pero le llegaban. Sentía todo el cuerpo entumecido, y el dolor no tardó en presentarse a oleadas por todos y cada uno de sus huesos. Sintió un leve cosquilleo húmedo en su mejilla. Con algo de esfuerzo, consiguió abrir un ojo, y vio una bola de pelo negra de orejas puntiagudas pasándole el hocico por la cara, intentando despertarla. Intentó mover una mano, mas no consiguió mover ni una sola de sus extremidades. Entonces, le entró el pánico.
- Socorro… -trató de articular con mucho esfuerzo, saboreando su sangre -¡Socorro…!

La bola de pelo negra le ladró en la oreja. Los gritos se acercaban. Decían algo así como: “¡Está por allí! ¡La vi por allí tirada!”. Con el único ojo que podía abrir, buscó a los dueños de aquellas voces, pero la luz del sol le hacía daño. Antes de volver a cerrar los ojos, vio unas figuras a contraluz acercándose.

- ¡Es ella! ¡Está aquí! –avisó uno de los paramédicos a sus compañeros.

- ¡Se lo he dicho! Paré el coche un momento porque me llamaron por teléfono, y la encontré.

- No se preocupe, vuelva al coche. Nos encargaremos nosotros de llevarla al hospital –otro de los enfermeros, ataviado con un chaleco reflectante, le tomó el pulso. El perrillo, que seguía a su lado, le gruñó e intentó morderle en la mano -. ¡Eh! ¿Este perro es suyo, señor? –le preguntó al hombre que había encontrado el cuerpo de la chica.

- ¿Qué? ¡No! Estaba con ella cuando la encontré. Seguramente será suyo.

- Pues nos lo tendremos que llevar también en la ambulancia. ¿Está la camilla lista? ¡Esta chica necesita atención médica cuanto antes!

* * *

- ¡Lucas, ven! –el shiba, negro y blanco, corrió hacia su dueña. Pese a su corto tamaño, el animalito saltó extasiado de alegría y obligó a la chica a sentarse otra vez en la silla de ruedas -¡Pero no seas tan bestia!

Era una tarde perfecta: el cielo estaba limpio y el sol daba su calor con cariño. A Amy, después de permanecer durante mes y medio encerrada en las cuatro paredes de su habitación en el hospital mientras se recuperaba de un accidente del que no recordaba absolutamente nada, se le antojo el día más brillante de su vida, y tardó algunas horas en acostumbrarse a la luz. Sus extremidades volvían a funcionar, su cuerpo sanaría las cicatrices y el médico le había dicho que pronto podría deshacerse de aquella silla de ruedas. Todo eran buenas noticias.

Aunque su mente guardaría para si misma los recuerdos de lo que ocurrió. Nadie encontró jamás alguna evidencia en el tramo de carretera donde la encontraron de lo que le pasó, por lo que aquel episodio de su vida quedaría en el olvido. Tampoco nadie la había reclamado, ni a ella ni a su perro, por lo que tendría que empezar desde cero. No le importaba. Se sentía capaz. Afortunada. ¡Incluso la habían hecho entrevistas y había salido por la televisión por su milagrosa recuperación!

Además, no estaba sola. Miró al cachorro que jugueteaba en sus faldas, Lucas. No sabía cómo había llegado a ella, pero los médicos habían sido muy amables al permitirle quedarse a su lado. En cuanto a su nombre… Amy no sabía porque le había puesto ese concretamente, pero le resultaba familiar.

Bueno, también fue por cierto “accidente” con unas letras de juguete que trajo una enfermera… El animalito juntó con el hocico las letras que componían su nombre en el orden correcto. Curioso, ¿verdad?
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime14/04/10, 03:18 pm

Woooo, ¿Y este es el final malo? ¬¬ me esperaba algo más trágico y sangriento y con más muertes jajaja. ¿Tienes ya los demás finales o aún los estás escribiendo?. Quiero ver alguno en el que vuelva a Silent Hill junto con Lucas (espero que haya uno así XD).
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Lulu

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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime14/04/10, 03:42 pm

Bueno, después de dos dias, me lo he leido entero y...¡¡¡me encanta!!
Yo, jugadora empedernida del Silent Hill, te digo que es una pasada!!
Para no haver jugado a ninguno lo has clavado!
Y el señor piramide...oish, lo adoro...da tanto miedo...y es tan pervertido...(en el dos sale dandole con una maniqui XD).
Me ha encantado Lucas y sobretodo, la parte donde el piramide persique a Alex en el hospital y le corta en el pie!!
Espero con ansias en siguiente final!
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Darkspinus

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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime15/04/10, 12:26 am

¿Lulú, que malvada y viciosa eres, no? Sí, a mí también me encanta cabeza pirámide y me pasé el silent hill 3 y el 4.
Como ya ha dicho nuestra malvada amiga, lo has clavado.
Ahora falta el Grand Finale, y espero que sea acorde a las circunstancias, ya que este era el malo, solo quedan dos. A ver con qué nos sorprendes.
Respecto a tu forma de escribir: lo haces dpm. Eres de los que mejor escribe por estos lares, desde luego.
Espero ver más cosas tuyas cuando me pase por aquí en un tiempo.
Mis felicitaciones.

Un saludo atemporal de un ser innatural.
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MensajeTema: Re: Fanfic Silent Hill: Double psycho   Fanfic Silent Hill: Double psycho - Página 2 Icon_minitime

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