Diario desmone

Los hechos:

El alto mando de la mayor concentracion mundial de guerra -el bastion de Empirream cuya sede está en Gorgul- se reunieron en un comité para estudiar un sorprendente acontecimiento recientemente ocurrido. El fundador Quelsed Gunteliam y la drago-ecologista Eileen Galvin interrogaban junto a la élite empirreana a los dos terratenientes que fueron testigos del suceso. En la puerta del gran salón donde estaban los presentes, una pequeña silueta emergía lejos del alcance visual de los guardias. Cuando todo el mundo termino de hablar, la silueta desaparecio, dejando en el ambiente un extraño olor a gas. Los terratenientes testigos salieron de la habitacion junto a la ecologista y el comité, Quelsed Gunteliam permaneció sentado en su sitio con una imagen descompuesta.

PROLOGO

15 años mas tarde...

Junto a un rio cristalino en un hermoso entorno verde y lleno de vida, una niña le sonrió y le llamó.

-¡Date prisa papá! ¡Va a aparecer de un momento a otro!- La niña estaba eufórica.

El hombre estaba muy intrigado en saber lo que su hija quería mostrarle.

-No corras tanto, espera, por favor...

Cuanto más se alejaba la niña, más sentía que sus piernas no respondían. Cuando levantó la vista, la niña había llegado a la cima de una colina lejana.

-¡Culgulheru baja de ahí por favor!

Casi cuando el hombre la alcanzaba, una gran explosión hizo que toda la cima saltara por los aires. Cuando el hombre miro vió a su pequeña con un aura esotérica que le producía náuseas. El hombre asustado fue corriendo hacia ella, pero por muchos esfuerzos que hiciera, sus piernas no se movían. La niña miro a su padre.

-Cógelo, ¿Por qué no me quieres?

El hombre lanzó un grito que resonó en toda la colina.

Argos Desmone despertó de la horrible pesadilla. Su cuerpo estaba impregnado en sudor y sentía como las piernas le temblaban. La puerta de su habitación estaba siendo golpeada. Aturdido se levantó y habló sin abrirla.

-¿Quién es?- hablaba con una voz muy cansada.

-Estoy buscando a Argos Desmone- la voz era de una anciana.

Argos miró por la ventana y no vió ni un palmo de luz en la calle.

-Es muy tarde, por favor vuelva mañana.

-Es muy urgente, por favor abra la puerta- la voz de la anciana se agravaba con cada palabra.

Argos estaba demasiado aturdido aún por la horrible pesadilla que había tenido, no tenía ningunas ganas de pensar.

-Lo siento mucho, pero tengo que descansar.

Argos escuchó los pasos de la anciana alejándose por el pasillo de la posada. Su cabeza le dolía mucho y no quería arriesgarse a escuchar de nuevo los horribles golpes de la anciana llamando a la puerta, así que entreabrió la puerta para asegurarse de que se había ido. La anciana no estaba, pero en su lugar había un asqueroso olor a gases del pantano. Comprendió enseguida que la anciana venía de la aldea Pokke, ya que en dirección al pantano era el único lugar habitado pasándolo. El hombre sufría una fuerte jaqueca y aún le temblaban las piernas, de modo que volvió a la cama. Tras pensar un poco en lo ocurrido, no tardó mucho en dormirse.

Al día siguiente Argos amaneció con unas náuseas considerables, el olor a gas aún seguía en el pasillo. El portero de la posada le dió una carta en cuanto abrió la puerta. El sello era de cera rosa, nunca antes la había visto, y el dibujo era de una torre con una estrella en la base. Argos no tenía ganas de sorpersas y dejó la carta en la mesa de su habitación. Después, bajo a la taberna a desayunar.

Cuando salió de la posada, vió a una pequeña anciana sentada en un banco junto a un árbol. Le volvieron las náuseas, el olor a gas le llegaba desde la otra calle. Argos no tenía ganas de volver a escuchar a la anciana, le estaba buscando y el quería desayunar tranquilo. El hombre dió la vuelta a la calle para llegar a la taberna sin ser visto por la anciana.

Argos entró en la taberna, siempre estaba llena de humo y era maloliente debido a los numerosos vagabundos que la frecuentaban, pero la comida era bastante buena. Al sentarse, la puerta de la taberna se abrió y entró la anciana del banco. Diréctamente, se dirigió hacia el tabernero.

-Disculpe, ¿Conóce a Argos Desmone?

El tabernero, desgraciadamente, conocía a Argos, y éste le señaló. La anciana se acercó a él.

-¿Es usted Argos...

La anciana no terminó la frase cuando un pequeño felyne entró en la taberna escandalizado.

-¡Un garuga ha matado a una niña en la plaza!

Argos corrió hacia la puerta y se asomó, pero nada más abrir sintió como si una bomba le explotara en el cerebro. El garuga estaba rugiendo...



espero ke os guste, como no tenga audiencia no sigo eh? xD

wow, esta muy bien tio, los nombres son un poco extraños, sobre todo lo de Empirream XD pero weno, y te doy un consejo, no repitas tanto el nombre de Argos, se ace muy pesado, usa otras palabras para referirte a el, kedara mucho mejor, por lo demas esta muy bien escojido todo, las situaciones y las acciones estan bien pensadas, siguela, kiero saber komo kontinua

esta muy bien continua estoy ansioso continua....

CAPÍTULO 1 - El despertar del ex-soldado

Tras nacer, un garuga es estigmatizado por su madre de un zarpazo para comprobar que sus crías son capaces de sobrevivir dominando sus propios territorios, normalmente suelen dejarle la cicatriz en la cara, de ahí la feroz violencia de su aspecto. El garuga que atacó y mató a la inocente niña en la plaza de Helmo no tenía ninguna cicatriz, algo poco común y misterioso.

-¡Apuntalad la entrada, no dejeis que ese monstruo entre aquí!- el tabernero gritó a los clientes con un claro miedo en la voz

Argos ya había pasado por muchas situaciones similares a esta. El hombre perteneció a la concentración de Empirream tiempo atrás. La sede fue fundada por Quelsed Gunteliam, un profesor de esgrima de la vieja escuela del gremio. El complejo se construyó secretamente en Gorgul, la ciudad blanca, para evitar conflictos con el gremio de cazadores. Empirream protegia la ciudad de ataques de monstruos y escaramuzas con los bandidos. Al cabo del tiempo, se convirtió en el cuartel general estratégico mejor desarrollado del mundo. Argos era de la élite empirreana. Su destreza y preparación física no había muerto con los años, en todo el tiempo nunca había descuidado su potencial, practicaba diariamente enseñando las técnicas de la caza dando clases particulares a la sociedad rica de los alrededores y participaba en escaramuzas contra grupos de wyvern o asaltantes de caminos. Su complexión era envidiable: altura por encima de la media, pelo largo y bien cuidado, torso escultural moldeado con el ejercicio diario y manos grandes y fuertes con las que mantenía sin problemas grandes armas. Su carácter le había dado un gran respeto entre los demás. Su comportamiento era maduro y muy frío y sus problemas los resolvía de la manera más acorde a sus intereses, sin importar por quién tenía que pasar. Mucha gente lo consideraba una triste figura, había pasado por muchas desgracias en su vida de soldado.

Los clientes ayudaron a aislar la taberna del exterior para evitar al garuga. La anciana no se movió del sitio, como si la noticia del ataque no le hubiese causado ninguna impresión. Argos seguía aturdido por el rugido del garuga, sentía como si su cabeza fuera a estallar. El ex-soldado iba desarmado, no podía enfrentarse a la bestia en esas condiciones, y menos al temible garuga. Rápidamente fue al piso superior a buscar un arma, no encontró nada. Había una aljaba de flechas, pero no parecía haber ningún arco o ballesta. Cuando se dió la vuelta, encontró a la anciana, Argos se sobresaltó.

-Coge esto

La anciana le dio un arco largo de madera de dragón. En su extremo llevaba un grabado de una torre con una estrella en la base que en seguida resultó familiar al hombre. Sin tiempo para pensar, Argos tomó el arco sin mediar palabra, alcanzó las flechas y salió por la ventana a los tejados.

El garuga era temible. En su cola tenía más púas de lo normal. Sus alas eran tan oscuras que parecían comerse la luz del sol. Su rostro, al contrario, parecía menos agresivo que el resto de los garugas debido a que no tenía cicatriz. El monstruo estaba causando estragos. Aparte de la niña, ya había matado a varios soldados que intentaban proteger el pueblo de Helmo. La plaza era grande, y aún así parecía realmente pequeña al estar el garuga el ella.

Argos corrió a la plaza. Ya no quedaban soldados y el garuga parecía estar sin un solo rasguño. Nada mas llegar el monstruo soltó un grito ensordecedor, pero Argos iba preparado con tapones en los oidos, aunque las ondas acústicas de los rugidos también le dañaba en los ojos.

Argos estaba delante de la bestia. Ambos estaban quietos. Con rapidez tensó el arco y una carga eléctrica se posó en la punta de la flecha. El ex-soldado se sorprendió pero no bajó la guardia. El garuga le miraba, parecía estar a punto de atacar. La situación era realmente tensa...

waaaaaaaa qe pasada de historia muerte al garuga

Muy guapa tío, pero en vez de decir tanto, el Garuga dí, la bestia, el wyvern, o algo así xDDDDDD, siguela que está muy guapa.

gracias a todos y disculpad ke repita tantos adjetivos y nombres, no soi un escritos profesional!!! xD, estoi editando las partes para seguir vuestras sugerencias, gracias, mañana seguiré la istoria xD

tio mu wena tienes q seguirla en xD

CAPÍTULO 2 - La furia de Yian Garuga

Junto a una ventana que daba vista a la plaza de Helmo, la anciana miraba inexpresiva el escenario de batalla. Era horrible, el wyvern llevaba varias vísceras humanas en el pico y la cola, además había una pila de muertos calcinados por el fuego de la bestia. La anciana se fijó en la punta de la flecha que tensaba el ex-soldado, saltaban chispas eléctricas con el mínimo roce. La anciana sonrió, le había dado ese arco con idea. Llovía y el garuga estaba empapado. La madera de dragón del arco producía una reacción en ambientes húmedos aumentando la actividad de las partículas eléctricas. La reacción se producía sin apenas esfuerzo, hasta parecían salir chispas cuando la cuerda del arco no se movía. La lluvia mojaba las flechas y esto favorecía la carga eléctrica en el disparo.

Argos aún no había soltado la flecha. Su enemigo le miraba con la cabeza de lado, como queriendo intimidar a su adversario. De repente al hombre le flojearon las piernas. En el lugar donde el garuga debía tener los ojos había unas cuencas vacías, el monstruo era ciego. El ex-soldado estaba perplejo. Le sorprendió que el monstruo hubiera causado tal genocidio sin poder ver. Entonces, el hombre comprendió. El garuga aún no se había percatado de la presencia de Argos, por eso aún no había atacado. El único sonido en la plaza aparte del monstruo y la lluvia, eran las chispas del arco. La bestia estaba muy confusa. Argos pensó. Tenía una clara ventaja con la bestia, pero no quería subestimarla con tal escena de violencia ocurrida anteriormente. Con decisión, el ex-soldado disparó la flecha. El garuga no se movió. La flecha había atravesado su abdomen y la electricidad parecía quemarle las entrañas. La bestia seguía sin moverse.

La anciana observaba la plaza sin pestañear. No comprendía, al igual que Argos, la indiferencia del garuga ante tal punzada. Parecía como si no lo hubiese sentido.

Argos no sabía que hacer. Tras pensar un poco, se percató de que la tienda de explosivos estaba tras la bestia. Su idea estaba clara, no le importaban las consecuencias de la explosión. Pero, si el hombre se movía la bestia se le echaría encima. Argos sabía andar con sigilo, pero los charcos entorpecerían el silencio de sus movimientos. El hombre lanzó una piedra por encima del garuga y dió en una ventana. El ruido de los cristales rotos enfureció a la bestia. Argos aprovechó el escándalo del monstruo para poner un pequeño cebo; una bomba sónica que encontró en la taberna. La dejó en la puerta de la tienda con cuidado de que no reventara. Tras un par de minutos, el garuga se calmó. El ex-soldado aún no comprendía porque la bestia simplemente no se echaba a volar para alejarse. Argos cargó otra flecha y dió directo en la bomba, el estallido provocó una fuerte frecuencia. El garuga se enfureció y atacó a la tienda, la pólvora brotaba por el muro destrozado.

La anciana vió los sacos de pólvora desde la ventana, enseguida vió la idea de Argos. Ella sabía que la explosión podría volar toda la plaza por los aires, pero los alrededores también lo harían, muchas personas perderían sus casas. Desgraciadamente, viendo la indiferencia del garuga al dolor, no quedaba elección.

El wyvern parecía cansado. Afortunadamente estaba parado casi dentro de la tienda. El hombre no vio oportunidad mejor. Encendió un trapo lleno de aceite con pedernales, le costó trabajo por culpa de la lluvia. Lo lanzó contra la pólvora pero no ardió, el trapo se apago mientras volaba. Argos volvió a probar y el trapo llego casi apagado al montón de pólvora. Desgraciadamente, el ex-soldado no pensó en la rapidez de la pólvora al arder. En menos de dos segundos, todo saltó por los aires.

La anciana vio la catástrofe, Argos estaba en medio y estaba tragando llamas. Aunque la expresión fría de su cara no cambió, tenía fe en el hombre.

Cuando el mar de llamas se apagó, el garuga había desaparecido, en el lugar donde estaba sólo había una gran mancha de sangre coagulada, sus miembros estaban esparcidos por toda la plaza. El cuerpo de Argos estaba bajo un montón de barriles, no se movía. Tenía toda la espalda quemada. Su cuerpo estaba de una pieza, pero, no parecía tener vida...

weeeeeeee qe pasada el garuga uye jeje bonita historia

CAPÍTULO 3 - Sangre empirreana, corazón de bruja

La ciudad de Gorgul era mundialmente famosa, aprate de por la organización de Empirream, por sus contínuas afrentas contra poderosos wyvern que hacían sus nidos en las catacumbas de la población y en los alrededores. Gorgul era un lugar de difícil hábitad, por ello sólamente la habitaban los más poderosos y antiguos cazadores.

Gorgul fue destruida años atrás. Una poderosa bruja de la misma ciudad utilizó toda su magia dentro del complejo de Empirream, en el laboratorio de explosivos, para producir un estallido de tal magnitud que toda la sede y la ciudad quedaron reducidas a cenizas, se desconocen aún los motivos que empujaron a la bruja. Su nombre era Culgulheru Desmone, la hija del ex-soldado Argos Desmone. La bruja murió en manos de su padre tras la catástrofe. Argos no tuvo tiempo a decirle nada tras las últimas palabras de su pequeña

-Cógelo, ¿Por qué no me quieres?

El hombre tuvo que soltar el cuerpo agonizante de su hija cuando sintió un fuerte viento. La explosión no alcanzó un montículo próximo en el que habitaba un wyvern, el rathalos. Argos no estaba en condiciones de luchar contra la bestia, usó una bomba de humo y salió corriendo con su hija llevada en brazos. Desgraciadamente, en la misma zona también había un rathian, éste si había visto al hombre con su hija. El humo de la bomba se había desvanecido y, estando el rathalos furioso detrás, embistió contra Argos y Culgulheru. El hombre no necesitó pensar mucho, esperó el momento justo y saltó a un lado. La embestida del rathalos dió de lleno en el rathian descuidado, murió al instante. Aprovechando la confusión del rathalos, el soldado corrió hacia una pequeña cueva detrás de unas rocas. Su hija no respiraba. Su corazón no latía. Argos había perdido a su hija. Sus sollozos resonaron silenciosamente en la cueva toda la noche.

Al día siguiente, Argos dio sepultura a su hija en esa misma cueva, dijo unas palabras y salió de la cueva. El terreno a la luz del sol era muy tranquilo, en el lugar dode debía estar Gorgul había un humeante cráter. El cuerpo sin vida del rathian seguía en su sitio, no había rastro del rathalos. Argos no sabía que hacer, todos habían muerto. Hasta el momento no se percató de que todo había sido obra de su hija...

El aire era estéril. Había una brisa agradable que entraba por la ventana entreabierta. Sentía que su pecho gemía con cada inspiración. Argos abrió los ojos y se encontró en una habitación bien iluminada. Se incorporó y notó unas horribles náuseas acompañadas de un terrible dolor atrás. La espalda le ardió en la explosión, estaba carcomida y tapada con vendas antisépticas. Cuando miró por la ventana vió la plaza de Helmo, se percató de que estaba en la clínica. Su estancia le recordó al hospital que visitó tras la catástrofe de Gorgul y Empirream, y ello, le recordó a su hija.

-Culgulheru, ¿Por qué lo hiciste?

El ex-soldado no tenía ganas de pensar y se durmió. Ni siquiera se dió cuenta de que la plaza estaba perfectamente en orden...

Guau, muy guapa, esto me suena un poco a paranoya pero está guapa xD.

Guau qe pasada

CAPÍTULO 4 - Estudiando el pasado

En el gremio del pueblo de Kokoto, la drago-ecologista Eileen Galvin tomaba una taza de agua caliente mientras estudiaba unos antiguos manuscritos. Su pasión por el estudio de los dragones ancianos y los wyvern nació de una tragedia. Su padre cazaba Kelbis mientras su hija dibujaba el maravilloso paisaje de montañas y praderas. Una pareja de rathalos mantenían una feroz batalla en el cielo. Cuando un rathalos abatió a su adversario, el cuerpo de éste calló y mató instantaneamente al padre de Eileen. Cuando la niña miró el accidente el otro rathalos bajó del cielo. El monstruo fijó la mirada diréctamente en sus ojos, después, lanzó un rugido leve. El wyvern no consiguió intimidar a la niña, pareció asombrarse. Al cabo de unos segundos, se alzó en vuelo y se marchó por encima de las montañas. Desde ese día, Eileen intentó averiguar por qué el rathalos no la atacó, así que se dedico al estudio de los dragones.

Tras el accidente en Gorgul, Eileen se trasladó a la vida tranquila en el pueblo de Kokoto. La ecologista tenía 42 años. Trabajó de los 24 a los 27 en el complejo de Empirream. Su pelo era lacio y esbelto, y siempre recogía su dorada melena con una recatada coleta. Su piel estaba muy bronceada debido a sus innumerables horas pasadas bajo el sol estudiando la ecología de los mosntruos. Su figura era perfecta, se mantenía con ejercicio matutino diario, y su belleza no murió con los años. El carácter era pasivo. La simpatía de su forma de hablar la hacía muy sociable entre los peces gordos de la comarca. Tenía la reputación era impecable.

Cuando Eileen terminó la taza, vió una especie de símbolo cerrado por la falta de luz de la taberna del gremio; una torre con una estrella en la base. La ecologista no conocía este dibujo, pero tenía cierta idea sobre quién podría ayudarla, la anciana da la aldea Pokke.

Eileen recogió los manuscritos y se encaminó a casa. Una vez cobijada se desnudó y lleno la bañera de agua. Echó una mezcla de hierbas de fuego y polvos y el agua empezó a burbujear. Cuando se enfrió un poco, se metió y siguió estudiando los manuscritos.

Unos minutos más tarde, tocaron la puerta de la casa. La ecologista, aunque molesta por la inoportunidad, abrió la puerta sonriente. Era un mensajero que le entregó una carta. La cera que la cerraba era color rosa y el dibujo era de una torre con una estrella en la base. Eileen se quedó algo perpleja.

-Disculpe -preguntando al mensajero- ¿Quién le dió esta carta?

El mensajero dudó momentaneamente ya que recogía el correo de muchos sitios, pero reconoció la carta por la rara cera rosa.

-Me lo dió un felyne del desierto viejo, dice que la encontró en su campamento.

-Muchas gracias -expresó la ecologista con perplejidad-

Cuando cerró la puerta, Eileen se sentó y abrió la carta, su perplejidad aumentaba por momentos sin una clara respuesta.

Miembro Nº12021 del complejo estratégico de Empirream, Gorgul.

-Señorita Galvin, lamentamos informarle la trágica desaparición del director general de Empirream Quelsed Gunteliam. Los datos de la búsqueda son totalmente ilógicos. Ha sido usted seleccionada para la expedición al bosque púrpura, lugar donde desapareció el director, para el estudio de las extrañas subespecies de han aparecido reciente e inexplicablemente de un bucle en el corazón del bosque. Está citada en el viejo desierto del este, el campamento de La estepa, para organizar un rescate secreto lejos de los ojos del gremio. Le rogamos que no informe del contenido de esta carta a nadie.

Cordiales saludos del estepario Ronald Bash

Eileen no tuvo noticias del director de Empirream desde la catástrofe en Gorgul. Tampoco conocía La estepa, dedució entonces que era una organización secreta. La ecologista hizo la maleta. Antes de ir a la cita del desierto decidió visitar la aldea de Pokke para hablar con la anciana de esta organización, aún sabiendo que su existencia era secreta...