-Quincuagésima Sexta Sensación-
-Lucha Inmemorial-
(Ragna)
-No tardaremos demasiado en llegar- le dije a Darks mientras el jet comenzaba a despegar con mi compañero como piloto.
En ese momento, Alissa, la chica que Darkspinus había traído llegó hasta nosotros y alzó el brazo en señal de despedida.
-¡Au Revoir!- grité, haciéndome oír por encima de todos los sonidos.
Darks también la miró y luego me dijo:
-Menos mal que no ha venido. No quiero que vea como son las verdaderas luchas de los Essencers.
-Sobretodo las tuyas, amigo. Sobretodo las tuyas…
El Jet comenzó a surcar el cielo en dirección de Roma.
-¿Qué harás, Ragna? ¿Irás a por Black Rose directamente?
-¡No!, ¡Los mataré a todos!- perjuré, haciendo que mis dientes rechinasen y mis ojos brillasen furiosos por un momento- ¡Me las pagarán por haber matado a mi hermanastro! ¡No quedará Caído en pie!
(Renea)
-¡Oh, yeah!- alcé ambos brazos, en señal de victoria-¡Porque yo lo valgo!
Tomé aire y me tranquilicé. La puerta había cedido, era libre. Bueno, si conseguía salir de allí.
Me acerqué al otro extremo de la sala y recuperé el gigantesco pincel.
-Permiso Concedido- oí decir a una voz electrónica.
Y de aquella sala, sin ninguna puerta, se abrió un ascensor en un lateral. No me gustaba como pintaba eso.
Enarbolé el pincel pero, no había nadie. Aún así que abriesen una puerta cuando yo salía no era casualidad, ¿Habría alguien vigilando mis movimientos?
Aún así no tenía otra vía de escape así que me monté en el ascensor, aunque no había ningún botón para elegir piso.
-¿A qué piso?- inquirió la voz.
-A la salida…osea, al cero, a la planta baja…o como diablos se llame.
El ascensor se puso en funcionamiento…quizá simplemente todo estaba automatizado.
-Fallo en el sistema.
La luz del ascensor se apagó y también se quedó parado.
-Reiniciando…piso cuatro.
Una pantallita se abrió en un costado del ascensor y mostró unos números…iba por la planta menos seis.
Cuando llegó a la cero escuché unos ruidos y, en la pantallita aparte del número 0 también había unos nombres: Portero, Eric y…Mark.
Además, había oído los ruidos parecían…de combate, ¿Estarían allí?, si era así, ¿Cómo podía saberlo el ascensor?
No tuve tiempo de pensar más puesto que el ascensor llegó a su destino y un suspiro de alivió se escapó de mi cuerpo…ahora podría escapar de allí, todo era posible con un poco de ayuda externa.
Salí, buscando con la mirada su posición: la sala estaba decorada como la de un palacio, con una gran alfombra roja y mullida ocupando todo el suelo, cuadros en las paredes, una chimenea ardiendo –que a saber por donde saldría el humo- estanterías, sillones y sillas de madera…
Y a lo lejos, estaba él.
Sonreí:
-¡Has venido a ayudarme!- eché a correr, estaba de espaldas.
El joven se giró y dijo:
-Mi ama me ha encargado matarte- los ojos vitales de Félix ahora no brillaban, su voz era neutra y parecía cansada.
-¿Qué?- retrocedí instintivamente- el ascensor dijo que estarías aquí, Félix. Ahora podemos irnos, ¡tienes que ayudarme a escapar!
Félix se acercó con rapidez hacia a mí y me agarró del cuello. Entonces di un respingo por el olor a flores que lo rodeaba.
-Fé…lix- me estaba ahogando.
Le di un golpe al a altura de la articulación del codo y me soltó. Cogí un par de veces aire y empuñé mi Talismán.
-No se que te pasa pero…ese olor, era el de las flores oscura de las alcantarillas – me había fijado en él, la verdad es que olían bastante bien y de una forma peculiar-.
-Exacto- dijo alguien detrás de mí. Me giré y allí estaba una muchacha de cabello violeta.
-Mi nombre es Black Rose, supongo que no te costará mucho descifrar que fui yo la que os atacó en las alcantarillas…bueno, como ves, te he preparado un comité de despedida antes de que te puedas ir.
La chica se despidió y se metió en el ascensor:
-Yo usaré éste, creo que no lo necesitarás más.
Y las puertas de metal se entrecerraron y, una pared tapó a aquel ascensor.
-Te está controlando- susurré- así que esa es nuestra enemiga… ¡Primero te liberaré y después nos marcharemos juntos!
Dibujé unos símbolos en el aire y lancé una llamarada que no se molestó en evitar:
-Como desees Renea, pero mi intenso amor por Marisa no podrá ser debilitado. Voy a matarte y tan sólo espero que me ayudes a calentar antes de que vaya a por Mark.
-Engreído…- chasqueé la lengua- voy a enseñarte a respetar a tus mayores, ¡sobretodo a los que tienen carné de conducir!
(Eric)
-The Blade…Forma ofensiva- puse mi nueva espada a la altura de mis ojos, haciendo que brillase momentáneamente – lo cual era raro puesto que no había ningún tipo de luz en aquella sala y, aún así, estaba iluminada.
-Bonita espada…lástima que no te vaya a servir para nada- trató de molestarme Portero.
La miré una vez más, aún no podía usar la forma ofensiva con todo su potencial y, me costaba transformarla en ella, aún así, era preciosa: parecida a la forma neutra, o sea, una espada convencional pero, casi el doble de larga y, con dientes de sierra por un lado mientras por el otro mantenía el filo recto.
-¿Sabes algo interesante? The Blade y el Cáliz de los Ángeles son Talismanes contrarios, todos y cada uno de sus portadores, cuando han coincidido en la misma época, han acabado luchando.
-Oí algo de eso, una Lucha Inmemorial…sus primeros portadores fueron hermanos enfrentados y, el espíritu de lucha entre ambos Talismanes aún está patente.
-Quizá no sea más que el destino, Eric- pronunció mi nombre con una risita- hoy tú te has presentado ante mí para morir. The Blade nunca ha derrotado al Cáliz de los Ángeles y, eso es algo que no cambiará.
Cerré los ojos y suspiré, aquel tipo era un poco plasta:
-Me tienes harto, “que si te voy a ganar”, “que si mi Talismán es mejor”, “que si tus ataques son una basura”, “que si mi defensa es más perfecta que la tuya con tus técnicas”… ¡Anda ya!, ¡voy a cerrarte esa bocaza! ¡Brisa!
Me acerqué a él rápidamente con la técnica y descargué mi arma, aunque el me bloqueó con la réplica de mi forma neutra.
-Brisa- dije de nuevo.
Lo rodeé, dispuesto a usar un Cortador Blade en su espalda pero, interpuso ahora la copia de la barra de Mark.
-Te ha faltado el “que si eres más veloz que yo”- sonrió.
-Como te odio… ¡Cortador Blade!
Mientras se afanaba en bloquear el ataque comencé a usar la brisa para correr por suelo, paredes y techo cada vez con más velocidad.
-¡Cortador Blade!
Ese fue el primero de una lluvia de ataques que comenzó a llover sobre el enemigo. No muchos le acertaron pero, los que lo hicieron lo dejaron magullado.
-¡Me estás cansando!- gritó ahora él.
Aún así, no cedí en mi carrera por toda la estancia y mis continuos ataques.
Por último, lancé un Cortador Blade a la vez que saltaba hacia él, pudo esquivarlo pero luego no pudo para mi acometida y le seccioné un brazo.
Portero gritó de dolor y la réplica de The Blade, que era la que sostenía en esa mano desapareció.
-Voy a acabar contigo de una vez por todas- mi tono era serio. El combate estaba siendo largo y eso me agotaba mucho, además, quería dejarme de tonterías.
Cuanto antes terminase, antes conocería a la chica que Mark me iba a presentar.
-¿Crees que ese nivel bastará para ganarme?-gritó él.
Parecía que quería hacer algo así que clavé mi espada en el suelo a la vez que gritaba un ataque, pero, no era un ataque cualquiera, era el ataque prohibido de la forma Ofensiva:
Brote de Espinas
The Blade se iluminó un momento y yo caí de rodillas. Me costaba mucha fuerza usar la técnica pero, me puse en pie con rapidez y hundí en el suelo la espada hasta que únicamente quedó el mango fuera de las baldosas.
-¡Y de la raíz madre brotarán, para atravesar a los corazones impíos! – recité.
Como activados por mi voz, cientos de brotes de espadas comenzaron a salir por todos los poros de la sala, sin control alguno, hasta que yo ordené que unos rodeasen a Mark para protegerlo y, después, señalando con un dedo a Portero, el resto comenzaron a crecer para herirlo a él.
-Todo lo que has dicho es cierto, menos una cosa: The Blade es el único Talismán Legendario cambiante que se puede enfrentar al Cáliz de los Ángeles- observé como Portero zigzagueaba para esquivar las espadas que brotaban del suelo- puede que tu Talismán no tenga ninguna debilidad pero, The Blade le gana en una característica con cada forma, es cuestión de usarlas correctamente y, The Blade será la que salga victoriosa.
El preocupado Portero, tras escuchar mis palabras, no podía hacer otra cosa que estar la defensiva. Esquivó otro cúmulo de espadas y saltó hacia uno de los pocos lugares que quedaban libres del influjo de mi técnica.
-Sabía que saltarías ahí… ¡Cortador Blade!
La onda le alcanzó y le hirió a la altura de la cadera.
-Ríndete de una vez…y puede que te deje con vida. Hay unas celdas muy bonitas para Caídos no muy lejos de Roma.
-No lo entiendes…mi Talismán es la supremacía de los cambios. Es el rey de reyes, es imbatible, no ha perdido nunca.
Señalé con un dedo a Portero y las espadas, que le habían dado un respiro, comenzaron a brotar de nuevo.
Lo tenía bajo mi control.
Mientras Portero saltaba, su Talismán formó una armadura a su alrededor, le recreó el brazo cortado en forma metálica y, conformó unas alas a su espalda.
-Aquí no llegan tus espadas, no pueden crecer tanto.
Portero se había quedado flotando en el aire.
-Estúpido…-alcé otra vez el dedo, apuntándolo- Cierto es que no crecen más pero…crecer no es lo único que saben hacer…Volad y atravesar su corazón tintado de oscuridad.
Todas las espadas salieron proyectadas desde el suelo, como un vulgar cañonazo, hasta Portero y, muchas le atravesaron. Cayó al suelo, derrotado.
Me agaché a su lado y le dije:
-Me cansaste mucho, vejestorio.
Le di la espalda y chasqueé un dedo haciendo que todas las copias que habían nacido de The Blade desapareciesen.
Extraje del suelo a The Blade y me acerqué a Mark.
-¿Estás bi…?
Un disparo de pistola impactó apenas unos centímetros debajo de mi corazón. Me llevé una mano, sorprendido al a herida y, la sangre comenzó a brotar del agujero de bala.
Miré hacia Portero, no, él estaba muerto.
-¿Mark?
Allí, escondido detrás de Mark, tapándole la boca a mi amigo estaba Portero.
-Sabía que no podría contra esa técnica…así que cuando cubriste a Mark creé a un clon completo gracias a mi Talismán y decidí atrincherarme aquí, parece que fue una excelente idea.
Portero apretó el gatillo de nuevo y otra bala me dio, ésta vez, al estómago. Retrocedí varios pasos, sorprendido.
-Y la última…- mi enemigo apuntó a la cabeza y disparó la bala…que erró por poco ya que Mark le había mordido la otra mano.
-¡Eric!- gritó.
Mientras Portero se dolía Mark se arrastró hasta mí, tenía las manos y los pies atados con un extraño metal, no cabía duda de que era parte del Talismán de Portero.
-Te dije que si no ganabas no te presentaría a la chica…
-Perdona Mark, te copié una técnica para desarrollar la “Brisa”.
-¿Ves como al final yo te caigo mejor que Sigfried?
-Ni de broma.
La conversación era puramente banal. Ambos no podíamos hacer nada para evitarlo…
(Mark)
“Tú” nada no me hizo caso “haber, Doppelgänger, siempre me estás molestando y ahora que te necesito no apareces, te parecerá bonito”
“¿Qué diablos quieres?” me dijo, su tono era exactamente el mío tras una gran siesta.
“Un poco de ayuda me vendría bien”
“Te ayudo en éste combate si me liberas”
“No con Eric, déjame acabar con Portero y liberar a Alissa para que se marche con Eric y serás libre”
“Trato hecho”
(Eric)
-¿Mark?
Una corriente de pura maldad inundó la estancia, la de Portero parecía la de cualquier Essencer Primario a comparación de aquella…
-Dime que no lo has liberado.
-Sólo a medias, un poco de trabajo en equipo contigo mismo nunca viene mal.
Ante la atónita mirada de Portero – que se estaba regodeando hasta ese momento de cómo podía poner fin a nuestras vidas en menos de lo que canta un gallo – Mark rompió las ataduras y se levantó mientras se sacudía el polvo.
-Deberíais de fregar el suelo más a menudo…éstos Corruptos guarros de hoy en día…
Portero cambió de objetivo y apuntó a Mark y le disparó todo el cargador de la pistola…pero Mark saltó y comenzó a caminar por el techo, como si fuese lo más normal del mundo.
-¡Profunda tristeza que inundas el alma!- entonó- ¡Rompe la cadena que libera la “Gula”!- exclamó aquel Mark rebosando maldad.
Portero transformó su Talismán en un rifle y comenzó a disparar pero mi amigo bajó del techo y rodó hasta que el cargador se le gastó.
-Basta de truquitos inútiles…Desesperación.
Mark alzó el brazo para realizar su ataque pero nada ocurrió.
-Mierda…
-¿Qué pasa?-pregunté.
-Pues que el Talismán de Sorrow interfiere…mi Esencia sube y baja continuamente.
-Gracias por la información, se agradece…- el viejo formó de nuevo sus dos puños americanos y se acercó a Mark mientras ondas de color plateado trataban de impactar contra mi compañero.
-Demasiado lento…
(Mark)
“Lo único que funciona de la liberación es la velocidad y la resistencia…”
“No es mi culpa, tienes que usar tus ataques en el momento oportuno en el que tu Esencia se estabilice”
“Lo capto”
Portero llegó hasta a mí y me dio otro golpe en el estómago que ni siquiera me molesté en evitar: si creía que podría provocarme de esa forma dolor lo llevaba claro, había tenido tiempo de sobra como para recuperarme de mis heridas.
“No tienes mucha Esencia, recuérdalo”
El siguiente puñetazo iba dirigido a mi cara pero, lo atrapé con mi mano y susurré:
-Desesperación.
Para mi sorpresa funcionó…pero no del todo bien.
El cañonazo de Esencia fue tan sumamente potente que me lanzó contra una pared, ahora, el poder se había esfumado por completo.
“Odio este descontrol, o no sale o sale en exceso”
“No todo es malo…mira a Portero” me dijo el Doppelgänger.
Y lo miré… el ataque había desintegrado por completo la mitad derecha de su cuerpo, al menos, de cintura para arriba.
-Te veo más delgado… ¿Una operación de reducción de estómago?
-Oh, que gracioso- dijo.
Al instante su Talismán se extendió para imitar con metal todos los órganos dañados.
-¿Puedes dejar eso? Si no, esto va a ser el cuento de nunca acabar.
-Si me quieres derrotar entonces tendrás que acabar con el Talismán Legendario…ah, no, que son irrompibles.
-Aburrido…- alcé el brazo y lancé otra Desesperación que salió de nuevo con la potencia de la segunda.
“No malgastes”
“Es que es más divertido así: doble de grande, doble de daño”
“Y doble de consumo…más te vale que no lo esquive”
“Mierda” dije tras observar que Portero lo había evadido.
-Eric… ¡ahora!
Portero miró hacia atrás, aunque no había nada – jugar sucio a veces es inevitable- así que salté y aceleré en el aire hasta colocarme a su lado.
-Es una vaga imitación de la Brisa de Eric…ya que la mía no funciona.
Portero se volvió para mirarme pero yo puse un dedo sobre su pecho mientras decía:
-Susurros al aire, lágrimas de cristal, oscuridad impenetrable, ánima espectral…
Portero se desvaneció como si nunca hubiese existido, como ya hubiese pasado con Whisper – muchos – meses atrás.
Un extraño silencio sumió la sala, no podía haber sido tan fácil. Y llevaba razón…
-¡Bravo!- aplaudió.
-¿Puedes dejar de hacer copias de ti?- me quejé.
Allí, apoyado sobre una esquina, estaba Portero, no había reparado hasta en ese momento en él, y no era el enemigo malherido medio robot, el verdadero únicamente tenía algún que otro corte de los Cortador Blade de Eric.
-Ahora me toca jugar a mí, lo siento chicos pero dentro de poco termina mi turno de guardia y debo de sacar la basura…
Entrechocó los dos puños americanos y todas las baldosas se volvieron negras.
-No, otra vez no…- pataleó Eric.
Me quedé inmóvil, como una estatua y, Portero paseó hasta mí lentamente, no tenía prisa.
-Esto bastará- cargó su puño de electricidad y lo acercó hasta mi pecho, calculando. Luego lo estiró hacia atrás y golpeó.
-Sienta bien, ¿verdad?
¿Qué había sido eso?, no era ningún ataque como los anteriores, había algo diferente.
“Usó la electricidad para mandar impulsos eléctricos desde el corazón al cerebro…estás muerto”
No podía responderle, ni siquiera podía pensar.
“Corre, libérame, aún queda una oportunidad”
Todo se oscureció, se hizo el silencio. No noté como caí al suelo.
“Maldita sea” gritó el Doppelgänger “¿Piensas acabar así?”
Seguí sin responder, no podía contestar.
“¡No puedes morir! ¡No ahora! ¡Levántate!”
(Eric)
Vi como el golpe de Portero hizo que Mark cayese al suelo sin pronunciar palabra, y se quedó ahí, tirado, sin una contestación sarcástica o una amenaza.
Y yo era el siguiente.
Por suerte, las baldosas se tornaron blancas aunque, con los dos disparos y golpes diversos que había soportado, apenas podía arrastrarme.
Por eso ni se molestó en convocar de nuevo su técnica.
-Te lo avisé: eres basura- me bramó despectivamente- y ahora morirás aquí y ahora, portador de The Blade.
Alzó un brazo y la ya conocida onda grisácea de Portero trató de alcanzarme.
La onda acertó pero no sentí nada. ¿Habría funcionado? ¿Se abría recuperado?
Alcé la cabeza y abrí los ojos, delante de mí estaba la forma defensiva, cubriéndome. ¡Se había recuperado! Aún así sólo soportaría dos golpes más.
-Supongo que si que he perdido, pero, si voy a morir, tendré que hacer un esfuerzo para darle la vuelta a ésta situación…
Me puse en pie y le saqué el dedo corazón a Portero mientras sujetaba a The Blade con la otra mano.
-¡Vamos, abuelo!
Se lanzó a por mí, y esta vez, no me iba a defender. Apenas tuve el tiempo justo de convertir a The Blade a su forma ofensiva y dar dos zancadas para descargar mi arma.
Vi como mi Talismán le hizo una herida de gravedad pero, su puñetazo me mandó contra otra pared.
-La mejor defensa es un buen ataque…o eso dicen- el humo provocado por los escombros se disipó y mostró a un cansado Portero, eso sí: con un gran tajo que si no trataba pronto lo mataría, alzando las dos manos.
The Blade…forma defensiva.
Mi espada para la defensa se transformó en mi mano pero, me di cuenta de que no podía mover el brazo.
-Mierda…
Una gran bola plateada se conformó en su mano, dispuesta a acabar conmigo.
-Ahora es cuando Mark hace algo raro y me salva- murmuré esperanzado.
Eché un vistazo hacia el cuerpo de Mark, no se movía.
-¡Alto!- grité- ¿Y mis últimas palabras?- debía de ganar tiempo o algo…no tenía las más mínimas intenciones de morir.
-Oh, al menos reconoces que has perdido- se carcajeó Portero- está bien, ¿Cuáles son tus últimas palabras?
-Primero, date alguna crema para las arrugas y segunda y más importante: muere.
Una sombra atravesó el cristal de la puerta principal del edificio y, en su salto, llegó hasta el Caído y le pegó un rodillazo que lo desconcertó y le hizo perder la concentración sobre la onda, que salió disparada hacia mí
-¡Mierda!
Pero antes de que el ataque impactase contra mi maltrecho cuerpo, otro tipo me agarró de la camisa y me apartó justo a tiempo.
-Parece que no nos hemos perdido la diversión, Darks- dijo con jolgorio el que había hecho la entrada triunfal rompiendo los cristales.
-Y con esto, Mark me deberá una- añadió el otro.
Portero se levantó pero el primer joven, un par de años mayor que yo a lo sumo, alto, delgado y con gafas, se acercó y le propinó un puñetazo con unos guardabrazos metálicos que parecían sacados de la edad media.
-Éste está inconsciente dijo.
-Acábalo- dijo Darks- o déjamelo a mí.
-Hecho, no pienso dejar ningún superviviente…
El de los guardabrazos le pisó el cuello a Portero con unas pesadas botas del mismo estilo que la protección de los brazos.
-Uno menos, vamos Ragna, ayúdame a despertar a Mark.
El tal Darks, el que me había apartado de la trayectoria del ataque que iba a poner fin a mi vida, me ayudó a ponerme en pie y me dejó pasarle un brazo por detrás del cuello para ayudarme a caminar.
-Coge esa funda rosa- le indiqué mientras me derrumbaba al lado de Mark.
-No se despierta- informó Ragna- el corazón no le late.
-¿Está muerto?- pregunté. No podía ser posible.
-Mark no moriría así tan fácilmente…esperaremos un rato a que se levante mientras éste chico nos cuenta quien es.
-Es Eric- dijo el de los Talismanes “medievales”- la mano derecha de Sigfried.
-Si- asentí- y creo que lo mejor será que charlemos un rato. ¡Podías haber llegado antes, amigo de Mark! – le grité a Darks.
-¿Me conoces?
-Vi tu fotografía junto con la de Mark, Sorrow y otros dos o tres Essencers en el despacho de Sigfried…os lo cuento mientras trato de averiguar que le pasa a mi amigo.
-Sé breve, tenemos que rescatar a Renea.
-¿No era Alissa?
-Comienza- exigió Ragna- y si no me convences, te mataré, mano derecha del mal.